Para tener en cuenta
Mayo es en Estados Unidos el mes de las entregas de premios periodísticos. A comienzos de mes, el 9 para ser exacta, se entregó el American Magazine Award, algo así como el Oscar del periodismo escrito. Lo que ahí haya pasado no importa, pero sirve para introducir el artículo que ganó en la categoría reportajes: “The man who sold the War”. James Bamford hizo para Rolling Stone un perfil de John Rendon, el asesor comunicacional que inspiró el papel de Dustin Hoffman en Wag the dog. En esa magnífica película, premonitoria además (porque se anticipa al caso Mónica Lewinsky), un presidente de Estados Unidos se inventa una guerra en los Balcanes para tapar un escándalo sexual. Para eso le pide ayuda a un estratega comunicacional y un productor de Hollywood que parecen unas blancas palomas al lado del perfil que Rolling Stone de su versión en la vida real.
El artículo investiga el papel crucial que tuvo el poderoso Rendon en armar “el caso contra la guerra” de Irak y lograr el apoyo de la opinión pública a la intervención destinada a derrocar a Saddam Hussein. La historia muestra cómo el asesor comunicacional manipuló la información de tal modo que logró “capturar” a medios y periodistas en todo el mundo para realizar propaganda a favor de la guerra, a cambio de lo cual según algunos reportes recibió cerca de US $ 100 millones de la CIA y el Pentágono.
La historia es tan ilustrativa del grado de influencia que han alcanzado las agencias de comunicación en los medios y la ciudadanía que acá va una versión resumida para los que prefieran ahorrarse el trabajo de leerla, aunque, yo recomiendo enfáticamente ir a la versión original.
Durmiendo con el enemigo
Rendon es un influyente hombre que maneja una empresa familiar, The Rendon Group, que en 1989 fue contratada por la CIA con el objetivo de movilizar el apoyo internacional para deponer a Manuel Noriega en Panamá. Dado el éxito de su campaña que terminó con la invasión de estadounidense a ese país, en 1990 fue contratado por el gobierno kuwaití para que los ayudara a “vender” comunicacionalmente una guerra de liberación, ante lo que el propuso realizar una campaña destinada a convencer al mundo de la necesidad de unir fuerzas para rescatar a Kuwait. El tipo fue tan eficiente que se preocupó hasta de escenificar la victoria y dotó a la población recién liberada de brillantes banderas estadounidenses que relucieran en las cámaras de televisión.
El momento cúlmine de su carrera ocurrió en 1991 cuando fue reclutado por la CIA para que “ayudara a crear las condiciones” para remover a Hussein del poder. “Esto es como si el presidente John F. Kennedy hubiera externalizado la operación de bahía de Cochinos a la empresa de publicidad y relaciones públicas de J. Walter Thompson”. Rendon estuvo detrás de la creación del Congreso Nacional Iraquí, fuerza que agrupaba a los disidentes de Hussein, al que le dio el nombre y dotó de un líder: Ahmad Chalabi. “…Después del intento de golpe fallido contra Saddam en 1996, la CIA perdió confianza en Chalabi y cortó su cheque mensual”. Ante eso Rendon y su creación sencillamente se cambiaron de organización y comenzaron a trabajar con el Pentágono. Sus bonos subieron considerablemente después de los atentados del 11 de septiembre y su compañía estuvo encargada de crear una “Information War Room” que monitoreaba las informaciones de los medios durante las 24 horas y respondía inmediatamente con contrapropaganda. Para eso tenía acceso a información de gobierno altamente confidencial y contaba con un sistema llamado “Livewire” que le permitía acceder a todos los reportes y cables informativos antes de que llegaran a la Internet o de que incluso la CNN pudiera leerlos.
“Por ley, la administración Bush tiene expresamente prohibido diseminar propaganda gubernamental en casa. Pero en una era de comunicaciones globales, no hay nada que impida poner una falsa historia proguerra en ultramar, sabiendo con certeza que va a llegar a los ciudadanos americanos casi instantáneamente”. De las muchas acciones de Rendon sin duda la más decisiva fue la de dar a conocer el testimonio de Adnan Ihsan Saeed al-Haideri, un ingeniero iraquí que aseguraba haber colaborado con Hussein en el ocultamiento de toneladas de armas nucleares, químicas y biológicas. Chalabi, hombre de Rendon, ofreció una entrevista exclusiva con el personaje a dos periodistas: Judith Miller, una controvertida reportera del New York Times y Paul Moran, un colaborador de la Australian Broadcasting Corp. La historia de Miller en la portada del influyente diario, reforzada por la aparición en cámara de al-Haideri en la televisión australiana, fue la evidencia que Bush y los suyos necesitaban para convencer a la opinión pública de invadir Irak y hasta fue citada por el vicepresidente de ese país Dick Cheney. El único problema fue que era totalmente falsa: el supuesto ingeniero no había pasado ninguna de las pruebas con detectores de mentira realizadas por la CIA y tanto Rendon como Chalabi (y Cheney) lo sabían.
Epílogo
Tras la invasión a Irak, Moran, el periodista de la televisión australiana, se convirtió en el primer reportero en morir en una guerra "que encubiertamente él había contribuido a crear". Tras su muerte se supo que tenía una doble militancia: por una parte trabajaba como reportero en medios, mientras que el resto del tiempo operaba como agente clandestino de Rendon. A Judith Miller no le fue mucho mejor. Gracias a artículos como el que estamos citando se acrecentaron los cuestionamientos a su labor profesional durante el conflicto con Irak y comenzó a ser acusada de haber colaborado, o al menos de haber sido utilizada por el gobierno de George Bush. Después de que se comprobó la inexistencia de las armas de destrucción masiva, el New York Times debió disculparse por la falta de rigurosidad de sus notas, aludiendo así a las fuentes y textos de la reportera. Anticipándose a un despido, y después de 28 años de trabajos en el influyente medio, Miller renunció el 10 de noviembre pasado.
Rendon mientras tanto, aunque tal vez un poco más desprestigiado, sigue siendo un tipo millonario e influyente. Después de la publicación del artículo de Rolling Stone mandó un desmentido a la revista que vale la pena leer solo para ver la contundente respuesta del periodista.
1 Comments:
Entonces Rendon es a Bush como Francisco Javier Cuadra a la dictadura ¿no?
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