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Tuesday, October 14, 2008



No hay ningún personaje de ficción que en estos días de caos financiero haya sido más mencionado que Gordon Gekko, el miserable ese interpretado por Michael Douglas en la película Wall Street. Su foto ha salido en cientos de artículos, su frase "la ambición es buena, la ambición mueve al mundo" es replicada en los diarios y revistas, en Hollywood, siempre oportunistas, planean la segunda parte de la película y en Chile, para no ser menos, Andrés Benítez entrevistó al personaje de ficción.

El problema es que Gekko es algo ochentero y no ilustra bien a los actuales "masters of the universe" como los llamó Tom Wolfe en la Hoguera de las vanidades. Wall Street es de 1987 y es un fiel reflejo de los excesos de esa época y no de los de comienzos del siglo XXI. Al menos así lo han recalcado en varios artículos. Porque los amos del universo de estos tiempos, no trabajan en los bancos de inversiones, ni viven en Nueva York. De acuerdo a Tom Wolfe se ganan sus fortunas en pequeñas firmas de inversión privadas y viven en unas gigantescas casas en Round Hill Road en Greenwich, Connecticut. Si bien comparten algunos atributos, como ser enormemente ricos y buenos para asumir riesgos con la plata de los demás, los de estos tiempos, no son iguales ni los mismos.

Eso lo saben los periodistas y columnistas especializados en finanzas y si han acudido a la imagen del personaje de Wall Street es porque no hay un personaje mejor, no hay ninguno que simbolize al capitalista de estos tiempos. "Las vidas de los ricos y poderosos siempre han fascinado a los escritores. Pero ninguno ha relatado bien los excesos del siglo XXI", dice William Skidelsky, editor de libros del Observer, mientras que Pankaj Mishra se queja de lo mismo en el suplemento de literatura del Guardian.

Shakespeare, Balzac, Flaubert, Anthony Trollope, Upton Sinclair, Martin Amis, o Wolfe, en distintas épocas son algunos de los autores que tomaron el tema del exceso financiero y la acumulación y consiguieron retratarlo con éxito, pero en el último tiempo son pocos los que han logrado un buen acercamiento al tema. De acuerdo a Pankaj Mishra aunque hay algunas novelas que incluyen a personajes de Wall Street, rara vez se los ve trabajando sino que en sus mansiones en la Quinta Avenida.

"Esta ausencia no se limita a las novelas", dice Skidelsky: "La televisión nos ha mostrado cómo operan distintas profesiones, desde abogados y médicos hasta profesores y políticos, pero no hay un This Life de banqueros, ni un ER del mundo financiero" y agrega que no le parece convincente la explicación que dice que la banca y las finanzas son hoy demasiado complejas y oscuras para recrearlas sino que tiene que ver con que los escritores británicos tienen una aversión de larga data a escribir sobre los negocios. Dado el interés que generan los ricos en el público general, esto es revelador de su falta de sentido comercial, que no afecta de igual modo a sus "colegas" estadounidenses, menos pudorosos para hablar (escribir en este caso) de plata.
Por eso, según él, es entendible que el libro que con mayor certeza profetizó la actual crisis sea de un norteamericano: Cosmopolis de Don DeLillo.

"Estos son temas tremendos para un novelista -piensen en lo que un Kafka, o incluso un Dickens, hubieran hecho con ellos- y ciertamente merecen más salida literaria", y haciendo honor al humor negro que se les atribuye a los habitantes de esta isla, el editor del Observer cierra con un: "Tal vez uno de los muchos banqueros que ahora tiene tiempo se las arregle para hacerles justicia".

5 Comments:

Blogger Tweentysomething said...

No comparto, a priori, el mencionar a la ambición como el detonador de esta crisis. Más que ambición, entiendo lo que ha pasado como el resultado de una desidia generalizada, elevada a política de Estado. Reguladores, ciudadanos comunes, prensa especializada y en general, la sociedad toda, observaba con comodidad como las cifras azules aparecían en las pantallas sin hacer muchas preguntas y, más preocupante aún, sin hacerse muchas preguntas. Y no tengo duda que volverán a tales ubicaciones pasivas cuando todo esto haya pasado, para consuelo de quienes han hecho del manejo de los fondos de las personas su profesión, y que no están muy habituados a contestar muchas preguntas.

1:01 AM  
Blogger Villalobos said...

Es muy extraña la glamorización que tuvo la figura del empresario en Chile en las últimas dos décadas. Me acuerdo cuando recién apareció la Capital y salían viejos -o no tan viejos- en portada y uno se preguntaba ¿pero cuál es la noticia? ¿Que hicieron plata? ¿Cuál es su rollo?

Cinco años después, todos teníamos claro que un empresario merecía tribuna y respeto por el solo hecho de tener una gran empresa.
De pronto la moral revista Cosas se trasladó a todos los medios. Y uno veía a gente como Lizana (¿o Lizama?) y los Angeliotti y los Luksic opinando sobre temas absolutamente fuera de sus esferas: empresarios hablando del divorcio, de la censura, de televisión.

Tiene sentido sólo si lo miras de la perspectiva más básica: lo que importa en el Chile de hoy son los resultados y quienes consiguen resultados son los empresarios así que preguntémosle a ellos.

Que estos gallos en Chile se hayan vuelto líderes de opinión para el populacho -no para los empresarios, que no leen diarios locales ni mucho menos la Capital- es un fenómeno muy local, pero creo que está conectado con la resurrección de Gekko y esta fe ciega que le tenemos a la gente de las Bolsas. "Ellos sabrán lo que hacen". No, puh, parece que no saben.

Ahora, Hollywood no es TAN oportunista. La secuela de WS tenía una década en proceso y se reactivó a principios de este año. Lo interesante es que en esta última versión del guión -dicen- Gekko sale de la cárcel decidido a ser "bueno" y ayudar al perraje a recuperar su plata de las corporaciones. Como un Shark, pero de las finanzas.

6:17 PM  
Blogger Ni tan huaso said...

Es cierto que los reyes de los hedge funds estan ahí en Greenwich son ex-Wall Streeters que se retiraron de la esfera regulada para hacer lo que el mercado les aguantara (y aguanto mucho) desde la comodidad de sus suburbios millonarios. Pero sin la complicidad de los grandes bancos de inversion con incentivos mal puestos y la estupidez de los banqueros comerciales esta crisis no hubiera ocurrido. Es patética la falta de liderazgo en la industria financiera, donde ningún banquero experimentado fue capaz de parar a los pendejitos de 28 años recién salidos del MBA, porque a la corta ganaban todos mas bonos y en realidad no entendían bien lo que estaba pasando.Para que decir los reguladores tratando de ser libremercadistas en un mundo que tampoco entendían. Codicia y estupidez del sector privado, ideologización e incompetencia del sector público.

2:50 PM  
Blogger Fernando said...

Bueno, escribir sobre empresarios y empresas es tema delicado; solo lo pueden hacer aquellos que lo conocen desde dentro, y en ese caso los temas son fascinantes para los profesionales del ramo pero aburridos para los demás; por ejemplo el caso ENRON (The smartest guys in the room; Mc Lean y Elkind). Por otro lado escribir sobre los muy ricos es muy peligroso y si alguno de ellos publicase sus memorias, o serían aburridas e insinceras o van directamente a la cárcel.Yo escribí sobre el mundo de la empresa un libro que se titulaba "Filosofía y Ética Empresarial" y aunque no señalaba a nadie en particular me dio algunos disgustos, por eujemplo, con los sindicatos etc. etc.
Por otro lado el Sr Gekko es cartón piedra, no tiene nada que ver con un auténtico tiburón de las finanzas; lo sé porque me he peleado con ellos en más de una ocasión y, por cierto, nunca les he perdido la cara y les he zurrado duro.
Saludos cordiales
Chávarri

2:05 PM  
Blogger Eduardo said...

La frase de la película Wall Street es "greed is good", la que se traduce a "la codicia es buena". Cuando uno usa la palabra codicia y no "ambición", toma una connotación distinta.

9:15 PM  

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