El medio blog

Un medio dedicado a los medios.

Thursday, December 21, 2006

BELTRÁN MENA, médico, académico UC y columnista Artes y Letras
Troya y Homero, Joachim Latacz (Ediciones Destino). Como en la película "12 angry men" o como en La carta robada de Poe, me gustan las historias de personas que resuelven enigmas sin moverse del sillón de su casa. Mejor si el enigma es uno real. Es el caso de Troya y Homero, en que a partir del hallazgo reciente de un sello redondo en Troya, comienzan a atarse cabos que llevan a la demostración de la veracidad de los elementos del mito: la existencia histórica de los aqueos y los troyanos, la determinación del idioma de los troyanos y sobre todo, que lo que conocemos hoy como Troya corresponde efectivamente a la vieja Ilion. Aunque parezca raro, nada de esto estaba probado 10 años atrás. Lo recomiendo como ejemplo de pasión por la verdad y rigor en la investigación, aunque la noticia a la que se aplique haya ocurrido hace 3200 años.

ALFREDO SEPÚLVEDA, escritor y periodista
Under the Banner of Heaven, Jon Krakauer ((Doubleday). Es el libro periodístico que más me gustó de los que leí en 2006. Muchos deben conocer al autor por sus clásicos Mal de Altura y Hacia rutas salvajes. El que recomiendo es una mirada con años de reporteo al mundo de los mormones fundamentalistas (no confundir con los mormones a secas), aquellos que están a favor de la poligamia –y que, según el libro, la aplican más con niñitas de 14, 15 ó 16 años que con mujeres más maduras.
El relato parte con un horrendo crimen. Los cuñados de un mormón fundamentalista asesinan a su esposa e hijo de meses porque se pasaron al mormonismo normal. Lo hacen porque recibieron una orden directa de Dios. A partir de allí, Krakauer viaja al sitio más aislado moral y temporalmente de Utah, el estado mormón. Son los viejos condados en el que la iglesia oficial de los Santos de los Últimos Días no entra, y donde la poligamia campea con total impunidad.
El libro hace ver que Estados Unidos puede ser tan aptos para incubar una fe violenta como Afganistán, Pakistán o Arabia Saudita. Otra cosa fascinante del libro es que el mormonismo es la única religión masiva y actual que nace en una época en que hay diarios; Krakauer se aprovecha de eso para contar la historia general de esta religión: y puede comparar la verdad cotidiana histórica con aquella construida por la fe. ¿Cómo hubiera sido si en la época de Jesús hubiera habido diarios?
El libro fue editado en Español por Península. Tiene un nombre mucho más malo que el original:
“Obedeceré a Dios: Dios, los mormones y el fanatismo religioso”.

ANDREA VIAL, directora Escuela de Periodismo Universidad Alberto Hurtado
An Inconvenient Truth, Al Gore. Si en diciembre del año 2000 unos pocos gringos jubilados y demócratas en Florida se hubiesen parado de sus sillas plásticas a votar por Al Gore, quizá Estados Unidos no estaría enredado en Irak y muy probablemente tendría firmado hace rato el protocolo de Kyoto. Así de distinta pudo ser la historia. Pero más que lamentarse, el señor Gore se dedicó a abonar lo que muchos piensan será una nueva arremetida a la Casa Blanca, trabajando incansablemente (y de paso ganando muchos miles de dólares) para crear conciencia sobre el calentamiento global. "An Inconvenient Truth", la biblia de Al Gore, es un documental pero también un libro; un texto un poco terrorífico, con un diseño de lujo, fotografías e infografías claras y provocadoras.
Aunque todavía el periodismo chileno no empatiza con temas científicos, el cambio climático es y será un problema que revolucionará todas las áreas de la vida. Hacerse el leso es poco rentable porque no está lejos el día en que los periodistas preparados en este tema se muevan como las figuras más solicitadas de la plaza. Hace 10 años en una feria sobre la industria del cable en Los Angeles, escuché a Gore hablar de la súpercarretera de la información. Más allá de su pinta medio insípida, el tipo trasunta pasión, es serio y un tremendo pedagogo. Me llamó la atención que se manejara con tanta propiedad en la alta tecnología considerando su cargo de vice presidente lo tenía preocupado de otros asuntos. Hoy aparece
más en Wired que en las páginas políticas: es dueño de uno de los canales más innovadores del mercado, Current TV, el modelo precursor de YouTube, y miembro del directorio de Apple. Está claro que soy una groupie de Gore, ( ruego no postear información del tipo "antecedentes de cómo un político le mete el dedo en la boca a los electores") por lo tanto no sé si la recomendación es sólo el libro, más bien creo que es el fenómeno Gore completo. Para ello sólo basta "guglearlo". Sale rapidito… era que no si además es uno de los asesores top de Google.

ÁLVARO BISAMA, escritor y crítico literario de la Revista de Libros
Debería recomendar libros, pero por alguna razón que se me escapa, prefiero sugerir dos discos, uno en las antípodas del otro y viceversa: dos bandas sonoras de las que no me puedo despegar estos días.
El primero es la compilatoria de covers y versiones de Molotov,
“Con todo respeto”, un trabajo irregular pero cuyos puntos altos son imprescindibles. Los Molotov son la única banda que puede saltar del desmadre a la política sin perder un ápice de credibilidad: tocan hip hop que suena como rock y cantan en un spanglish que suena como una frontera sólo posible en sus cabezas. Hay de todo acá, desde versiones bailables de kermesse de los Misfits, pasando por parodias de Los Toreros Muertos (si es que eso es posible) hasta “La revolución no será televisada”, de Gil Scott-Heron, que creo que es el tema que vale el disco: un largo poema/canción/collage donde Los Molotov reinterpretan en el presente un viejo tema de spoken-poetry de un cantante clave del radicalismo político de los 70. Es el momento en que se acaba la fiesta e irrumpe la realidad pura y dura, con las imágenes en teletipo de un México –o una Latinoamérica- que linda con desastre, la violencia y la basura televisiva.
El segundo LP, es
“Nudo ciego” de Andrés Valdivia, que se descarga gratis por la web y que hace lo contrario que los mexicanos, construyendo los paisajes de la soledad afectiva amplificados como el ruido de una ciudad que está vacía o algo así. Porque Valdivia lo hace bien, cantando como si quisiera desaparecer, convirtiéndose en una sombra en el intento. Así, en sus canciones brilla el desamor, las imágenes filosas y una poesía minimal que alcanza a ratos epifanías tristes o conmovedoras sobre el hastío. “Y es tan vulgar ser joven y estar muerto”, dice en un tema con una elegancia que linda con el aburrimiento, como si no quedara nada afuera de esa iluminación, de ese pedazo de paraíso o un infierno que son sus canciones.

ANDREA PALET, periodista y editora
Los suicidas del fin del mundo, Leila Guerriero (Tusquets). La autora es una gran periodista argentina y amiga muy querida, pero no lo recomiendo por eso sino porque es buenísimo. La nota de prensa dice que es un relato trágico y descarnado, pero a mí me deben haber extirpado los sentimientos porque lo encontré fascinante y hasta cómico a ratos.

ANDRÉS AZOCAR, director Escuela de Periodismo UDP
La Gran Guerra por la Civilización, Robert Fisk (Destino). Este es uno de los grandes corresponsales de la prensa inglesa y su libro, una recopilación de su trabajo en el Medio Oriente. El texto es enorme (1.500 páginas), bastante caro ($34.000) y a veces molesta que el autor sienta que es el único profesional no musulmán que entiende los complejos procesos históricos en esa parte del mundo. Pero es periodismo clásico, explica claramente el trabajo de editor y del periodista en el frente de combate, deja en evidencia la manipulación de algunos medios y aprovecha de mostrar la cara más desconocida de una zona compleja, triste y ardiente. Es un repaso al elocuente trabajo de la corresponsalía y una radiografía de cómo las superpotencias han tratado inútilmente -según el autor- de influir en el Medio Oriente. Para destacar los tres encuentros de Fisk con Bin Laden en las montañas de Afganistán, antes del 11-9.


6 Comments:

Blogger jpgarnham said...

Gracias por el post. Un poco tarde para pedirlo al viejo pascuero, pero temprano para las vacaciones.
El de Krakauer suena sabroso.

9:06 PM  
Blogger Rodrigo Pinto said...

A mí no me gustó Mal de altura de Krakauer, pero después de pensar un poco concluí que es sobre todo porque mi papá era aNdinista y en mi casa había toda una colección de libros sobre primeras ascensiones, desde el Cervino o Matterhorn hasta el Everest, desde el Chimborazo al Fitz Roy, que leí a una edad inconfesable en la era de la televisión. Eran libros escritos por los mismos tipos con una ingenuidad a toda prueba, casi tanto un registro de época como la crónica del evento. Algunos ni siquiera tenían fotos, sino ilustraciones. ¿Dónde estarán esos libros? Se impone un suspiro tipo Charlie Brown: sigh...

Así las cosas, nada de raro que Krakauer me haya parecido cínico, calculador y poco comprometido con la montaña. Igual el de los mormones suena atractivo.

El de Fisk me pareció notable, simplemente, un documento de época imprescindible.

1:12 AM  
Blogger Manuel Martínez said...

Muchas felicidades Angélica, para este 2007, que traiga muchas alegrías y copuchitas nuevas del periodismo.

Un saludo de navidad

3:03 AM  
Blogger perrokerr said...

Una especie de post con forma de columna:


El Mostrador.cl, 26 de Diciembre de 2006


Los libros del año

por Artemio Lupín

Leo en El medio blog, de Angélica Bulnes, los títulos que 34 ilustres del mundo de los mass media consideraron como aquellos que “podrían interesarle a la gente a la que le gustan los medios y el periodismo”. Como toda elección, ésta es, sin duda, arbitraria y atrabiliaria. ¡Era que no! Pero de cualquier forma no dejaron de llamarme la atención algunos ‘’tics’’ de nuestra elite intelectual y comunicacional que se transmiten por ósmosis en la famosa listita. Y como nadie me invitó a dar mi opinión, igual decidí meter mi cuchara en forma inconsulta, pese a que, reitero, nadie me ha dado velas en este entierro.

Pero antes de la nómina a lo Nick Hornsby, algo sobre los tics de los notables. De los 34 encuestados vía mail por Angélica (no la conozco, pero me cae bien), doce –es decir, casi un tercio de ellos- se sienten en la obligación de citar títulos en inglés para demostrarnos lo cultos y viajados que son.

Es más: un despistado al que se le perdona el nombre menciona películas en vez de libros, pero lo hace en inglés, of course... Y el ecléctico Fernando Paulsen recomienda “Un matemático lee el periódico”, de John Allen Paulos (Tusquets), pero recuerda que también está disponible una versión del mismo en la lengua de Shakespeare, porque la traducción no es muy feliz.

¿Será por eso que los chilenos tenemos fama de pro-yankis en Latinoamérica? ¿Vocación de cipayos o simple deseo de presumir? Busco la definición de siútico en el diccionario y encuentro dos. La primera es de la RAE: 1. adj. coloq. Bol. y Chile. Dicho de una persona: Que presume de fina y elegante, o que procura imitar en sus costumbres o modales a las clases más elevadas de la sociedad. La segunda sostiene que “la palabra ‘siútico’ en Chile se refiere a una persona que presume ser muy elegante, o sea un ‘snob’. Esta palabra viene del inglés ‘suit’, que quiere decir traje...”

La lista es larga y sesuda, pero yo me quedo con dos proposiciones, que por otra parte no tienen nada que ver con el periodismo. O por lo menos no con el periodismo de los manuales españoles, que sirven para sacar adelante el “pituto” de dar clases en alguna universidad, aunque dudo de su utilidad real a la hora del reporteo o la experiencia directa en una redacción. Me refiero a “Ilusiones perdidas”, de Honorato de Balzac (la sugerencia de Pedro Gandolfo, el editor de Artes y Letras) , Y “Troya y Homero, hacia la resolución del enigma”, de Joachim Latacz (Ediciones Destino), simplemente porque rayo con la antigüedad clásica, como ya se habrán dado cuenta si me han leído más de una alguna vez.

A los demás, en su inmensa mayoría, les digo “no, gracias”, porque a alguien que se desayuna y se acuesta con el periodismo en su cabeza, como un sueño recurrente, lo que menos se le ocurre es más de lo mismo cuando hablamos de literatura gratificante. Sospecho (no lo he estudiado estadísticamente) que a los que más les interesan esos temas es a aquellos que nunca han reporteado y que entraron al periodismo por la ventana o por un puesto jerárquico heredado desde la cuna. Como es el caso de Felipe Edwards, subdirector de La Segunda, que propone “Los elementos del periodismo”, de Bill Kovach y Tom Rosenstiel (Ediciones El País).

Lo divertido, en todo caso, es la justificación: “Conozco a pocas personas en nuestra profesión en todo el mundo que estén a la altura de Bill Kovach por su experiencia, honestidad, transparencia, profundos valores éticos (la negrita es mía). Los autores se concentran en el ejercicio del periodismo en Estados Unidos, pero sus reflexiones son válidas y adaptables para cualquier país en donde se valorice la libertad de expresión”. Es decir, “el diablo vendiendo cruces”, como diría mi abuela, para cualquiera que conozca algo sobre la historia reciente de El Mercurio en nuestro país y lo que dice al respecto, por ejemplo, el Informe Church.

Otras joyitas: un libro sobre management(¿?) (Lorena Medel, Revista Capital); una guía para comprar revistas de papel couché (Camila Berger, directora de arte de Paula); y un texto sobre la saga artúrica (Cecilia Rodríguez, académica de la UAH), el toque naif y tiernucho propio de la Navidad.

Lo de Carlos Peña, por otro lado, no está mal (biografía del Che Guevara, de Jon Lee Anderson) y tampoco lo de Miguel Paz (Galimberti: De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA, Marcelo Larraquy y Roberto Caballero), salvo en la “caída” de comparar a los montos con el MAPU.

Y sin más que decir pasó, entonces, a lo mío. Mi propia lista de opciones para posibles regalos atrasados o armar bibliografía para el verano. Si es que existe la posibilidad de tomarse algunos días lejos del mundanal ruido y de las sandeces del revival pinochetista o el último escándalo de corrupción, promovido por Jorge Schaulsohn y con el gentil auspicio de La Tercera.

1) Metamorfosis, Ovidio. Publio Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.) recrea los mitos fundacionales de la imaginería greco-latina. Bellamente escrito, no por nada se ha mantenido más de veinte siglos más lozano que nunca y ha sido fuente de inspiración inagotable para pintores, escultores y artistas de variada musa.

2) Historia de los griegos, Indro Montanelli. Un paseíto o sobrevuelo por el mundo de la Hélade. Desde su vida cotidiana hasta la filosofía de Epicuro, un señor que, pese a las deformaciones posteriores que ha sufrido su doctrina, sólo se alimentaba de pan y queso, y no tenía nada que ver con la gula, la glotonería o el sibaritismo. Imperdible la teoría de Montanelli sobre la decadencia de los griegos. A los helénicos, dice este polígrafo italiano, los habría “matado” la globalización; es decir, cuando la polis les quedó chica y se expandieron demasiado por el mundo.

3) Cuentos imprescindibles, Anton Chejov. Editado por Lumen, con prólogo de Richard Ford. Ideal para encargarlo a alguien que viaje a España o Argentina, porque acá debe salir, sospecho, un poco carón.

4) 2666, Roberto Bolaño. Una sola prevención: No lo compren en Mendoza, a riesgo de ser estafados. Yo me ensarté como un gil. Para ahorrarme unos cuantos pesos, adquirí esta meganovela en la vecina ciudad de allende los Andes. Craso error: me leí todo el libro, las mil y tantas páginas, porque siempre es un placer leer a Bolaño, y al final descubrí que le faltaba un folio decisivo –diez o doce páginas justo antes del desenlace-, lo que fue bastante frustrante, por decir lo menos. Parece que Anagrama argentina imprimió una versión fallida y en vez de destruirla, como hubiese correspondido, decidieron venderla en la frontera a quienes están de paso en la ciudad y no pueden volver a reclamar. Una clásica avivada porteña que tiene a los ''chilenitos'' como víctimas predilectas.

5) Cantos, Catulo. Los “Catulli Carmini”, una gema que también pasó la prueba de los dos mil años y sigue ahí, moderna y vanguardista. Cayo Valerio Catulo era un joven patricio, del siglo I a.C., que vivió sólo 33 años y formó parte de la escuela de los llamados neotéricos o “poetas nuevos”. Corriente que se inspiraba en la poesía griega alejandrina de Calímaco y otorgaba gran valor a la concisión y el epigrama. Catulo despreciaba al poder y escribió ácidos poemas atacando a Julio César, que era amigo de su padre, y a su círculo de corruptos lugartenientes.

Celebró también la sexualidad desenfada y abierta en sus textos a su amada Lesbia, nombre que ocultaba el de una dama bella y licenciosa, y además casada, que lo castigó con múltiples engaños. Un buen ejemplo de su poesía beatnik es el siguiente: “La mujer mía dice que prefiere no entregarse a nadie más que a mí, ni aunque el propio Júpiter se lo pida. Lo dice: pero lo que una mujer dice a su amante ansioso, debe escribirse en el viento y en una corriente de agua". Y privarse de ella sería, en palabras de Jorge Luis Borges, un curioso ascetismo. Sobre todo considerando que una muy buena edición bilingüe de esta obra se puede encontrar, gratis, en esta dirección de internet: http://www.babab.com/biblioteca/books/rosario_gonzalez.pdf De modo que no hay excusas, hay que puro leerlo y disfrutarlo.









alupin@elmostrador.cl

5:03 PM  
Blogger Comunicaciones digitales said...

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1:20 AM  
Blogger Comunicaciones digitales said...

"LA REVOLUCIÓN DE LOS BLOGS"



El doctor José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra y creador del blog eCuaderno ( www.ecuaderno.com), estima que en el ciberespacio ya hay cerca de 50 millones de blogs.

Lo más sorprendente es que tal cifra se duplica cada seis meses. Tal hecho inspiró a Orihuela para lanzar al mercado el libro "La revolución de los blogs".


El académico y blogero señala que las bitácoras son el medio que más rápidamente ha crecido en la historia de la comunicación y que "se han convertido en un contrapoder que opera como un mecanismo de control y crítica".


Orihuela cifra en 175 mil los weblogs en castellano, y establece en el libro el perfil de los blogeros como internautas veteranos, en su mayoría varones de entre 20 y 26 años y que ejercen profesiones relacionadas con las nuevas tecnologías.


Según cree José Luis Orihuela, los medios tradicionales han sabido comprender que "los weblogs constituyen un desafío para ellos y para el periodismo, lo que ha renovado la exigencia de mejorar la calidad de la información y de responder de modo más adecuado a las demandas de una audiencia con voz propia", dice el académico.


El manual, editado por La Esfera de los Libros, se divide en 5 capítulos.


Antonio Cambronero, autor de blogpocket.com, es el responsable de escribir el prólogo de este libro. Señala que la publicación está especialmente pensada para principiantes, quienes encontrarán en sus páginas la obra más clara y actualizada sobre los blogs escrita hasta la fecha.


Un aporte de un periodista blogero

Arturo Catalán C.
www.arturocatalan.cl

1:22 AM  

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