Periodismo glam

Ya está en las mejores librerías, el libro del Premio Periodismo de Excelencia, cuya elaboración y lanzamiento son los responsables del abandono en que ha estado este blog. Pero ya salió. El jueves pasado se realizó la premiación de la cuarta versión de este concurso para prensa escrita. Pese a que tenía su competencia -uno, el lanzamiento de Héroes en Canal 13 y dos, los rumores de cambio de gabinete que comenzaron a circular esa tarde y que hicieron que varios periodistas se bajaran a última hora del panorama y se quedaran en sus oficinas esperando el anuncio que no fue hasta ayer-, la ceremonia estuvo bien concurrida.
Organizado por la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, el Premio se ha ido transformando en algo así como el evento glam del periodismo chileno, y ojo que no lo digo solo yo, sino que lo confirma Claudia Álamo quien al momento de salir a recibir su diploma como ganadora en la categoría Entrevista/Perfil dijo algo así como que es el Óscar del periodismo nacional. A la directora de esta escuela, Andrea Vial, todavía no se le borra la sonrisa.

Aunque en la mañana se temió lo peor y pájaros de mal agüero hasta anunciaron lluvias, finalmente ni siquiera el Transantiago logró aguar la fiesta, aunque hay que decirlo, hizo lo suyo. Los invitados y premiados llegaron por goteo y mientras los precavidos comenzaron a aparecer con media hora de anticipación, los más confiados o los que estaban en cierre, llamaban con quince minutos de atraso para decir que estaban atrapados por los tacos. Para no castigar a los puntuales, el conductor, Iván Valenzuela, inició la solemne ceremonia y comenzó a llamar a los cuatro premiados y 21 finalistas al escenario para que recibieran sus premios y diplomas. Al final todos o casi todos los que tenían que llegar, llegaron a tiempo, incluso la periodista Andrea Lagos, de Paula, que tuvo que correr para no quedarse abajo del escenario mientras la nombraban e hizo la entrada más espectacular de la versión 2006 del PPE.

La periodista Margarita Serrano, finalista en la categoría reportaje con un artículo sobre el caso de las mamaderas envenenadas, protagonizó la gran salida del libreto del evento. Al subirse al escenario a recibir su diploma, pidió el micrófono y le dedicó su premio a Magaly Ramírez, la mamá de las guaguas envenenadas que estaba presente en el público y llegó hasta el escenario en silla de ruedas.

El ganador Pablo Vergara contó los ocho años que pasó reporteando el enigmático caso de Jorge Lund, lo que se tradujo en el reportaje “La maldición del narco sin cabeza” con que ganó esta versión del premio. Rafael Gumucio, quien se coronó en la categoría opinión, reivindicó su condición de no periodista y agradeció, mientras que Roberto Farías, que empató con Claudia Álamo en la categoría Entrevista/Perfil prefirió saltarse los discursos. Después de todo eso, empezó el cóctel.