Aunque la derecha se vista de seda…
La última discusión en torno a la eliminación del lucro en la educación puso los pelos de punta en la Alianza. Aunque la ministra Provoste argumentó que era simplemente porque les dolía el bolsillo, la oposición justificó su rechazo a la medida en principios más altos como la defensa de la capacidad para emprender y tomar riesgos de las personas y las palabras libertad individual y de enseñanza aparecieron una y otra vez. “Yo veo un fortalecimiento del Estado, del poder Ejecutivo, de la administración. Se está robusteciendo porque tienen más atribuciones en desmedro de los derechos de las personas u otras instituciones", dijo por ejemplo, María Luisa Brahm, del Instituto Libertad en El Mercurio después de que el gobierno diera a conocer el proyecto de Ley General de Educación.
En esa misma premisa, se supone que se basó el rechazo de la Alianza al proyecto de depreciación acelerada en el Senado. Según los parlamentarios de oposición no se trató solo de darse un gustito y pasarle la cuenta al ministro de Hacienda y a los grandes empresarios que siempre creen que tienen el sartén por el mango. Tampoco de que de un día a otro la derecha haya renegado de la empresa y sus propietarios sino que de lo contrario: lo que al menos pareció que trataban de decir en sus discursos es que justamente quieren despejar el camino para que haya más empresarios y que no sean siempre los mismos grandes los que se benefician y se quedan con el lucro. “Más que un rechazo a la orientación del proyecto, lo que ha habido claramente es la constatación de la insuficiencia del proyecto. En consecuencia lo que la Alianza ha hecho es encontrar la manera de lograr impulsar su programa de apoyo a las pymes y darles un alivio real y no solo para la galería”, explicó Andrés Allamand en La Tercera.
Todo eso fue analizado con profusión en los medios. Varios periodistas y columnistas llegaron a la misma conclusión: algo importante pasó. “El día en que cambió la política chilena” o “Ya nada será como antes” fueron algunos de los titulares y pareció que por convicción, oportunismo o desesperación (elija) la derecha iba a tratar de lograr más sintonía alejándose de la defensa de los que se cuidan solos y saliendo a vender la idea que siempre ha debido vender: no me den, no me pongan donde hay, sino que déjenme hacer.
El problema es que a la Alianza todo su aprecio y fe en la gestión privada se le acaba justamente cuando se trata de cuestiones de fe, tal como lo demuestra su actitud en la discusión que se daba al mismo tiempo en torno al programa Papavilla, un programa de MTV que ridiculiza al Vaticano y al Papa y que está siendo transmitido por el servicio de cable VTR (que mucha gente nunca hubiera llegado a sintonizar si no fuera por esta polémica y que por lo que vi –unos 15 minutos- es bastante fome).
Por favor que no me malentiendan. Si hay algo irritante es ese buenondismo progre que tolera todo excepto que alguien se declare católico u ose defender una posición ligada al Vaticano. Obviamente los católicos tienen todo el derecho a molestarse por la sátira, a reclamar, rechazarla, salir, manifestarse y escribir columnas. No veo por qué no podrían exigir respeto y mostrar su indignación como cualquier otro grupo mayoritario o minoritario, que se siente que sus líderes o ritos son injuriosamente representados.
Lo que sí cuesta más entender es que el abogado José María Eyzaguirre, que además de socio de Ricardo Claro en el estudio Claro y Cia, es miembro del Tribunal Supremo de Renovación Nacional vaya al Consejo Nacional de Televisión, un organismo estatal, a denunciar a VTR por transmitir un programa que a su juicio viola los “valores morales y culturales propios de la nación”; que el diputado UDI Marcelo Forni anuncie que espera que este organismo actúe “rápido y con rigurosidad” y que ninguno de sus correligionarios en la oposición se acuerde en esta oportunidad de la libertad individual, la iniciativa privada o la capacidad de tomar riesgos de las personas. No pues, porque cuando se trata de defender convicciones religiosas viva el fortalecimiento e intervención del Estado.
Pero así el discurso derechista no convence a nadie. Si uno cree que es el Estado tiene un papel importante en la solución de sus problemas, ok, vale, vaya y pídale a sus organismos que le digan qué puede o no puede ver. Pero si usted anda predicando la importancia de la libertad de las personas y las empresas, y se siente ofendido por un programa que se emite en un servicio de cable que contrató libremente y paga mensualmente no vaya a pedirle al papá (o al Papa) Estado que le solucione el lío. Sea responsable. Simplemente no lo vea, o si le parece que eso es insuficiente proteste, descontrate el servicio y dígale a los que piensan como usted que hagan lo mismo. Si tal como se ha anunciado en este caso, estos son mayoría, lo más probable es que VTR, poco dispuesto a perder a su clientela retire el programa solito, sin necesidad de multas y sanciones. Pero claro, es mucho más cómodo tomar la decisión uno, pedir ayuda estatal para imponérsela a los demás, seguir gozando del cable y no tener que limitarse a los saludables programas de la TV abierta como Mekano. Muy bien, pero no se quejen después cuando por ejemplo, el gobierno intente obligar a Canal 13 a emitir los comerciales de prevención del SIDA que promueven métodos no católicos.
La última discusión en torno a la eliminación del lucro en la educación puso los pelos de punta en la Alianza. Aunque la ministra Provoste argumentó que era simplemente porque les dolía el bolsillo, la oposición justificó su rechazo a la medida en principios más altos como la defensa de la capacidad para emprender y tomar riesgos de las personas y las palabras libertad individual y de enseñanza aparecieron una y otra vez. “Yo veo un fortalecimiento del Estado, del poder Ejecutivo, de la administración. Se está robusteciendo porque tienen más atribuciones en desmedro de los derechos de las personas u otras instituciones", dijo por ejemplo, María Luisa Brahm, del Instituto Libertad en El Mercurio después de que el gobierno diera a conocer el proyecto de Ley General de Educación.
En esa misma premisa, se supone que se basó el rechazo de la Alianza al proyecto de depreciación acelerada en el Senado. Según los parlamentarios de oposición no se trató solo de darse un gustito y pasarle la cuenta al ministro de Hacienda y a los grandes empresarios que siempre creen que tienen el sartén por el mango. Tampoco de que de un día a otro la derecha haya renegado de la empresa y sus propietarios sino que de lo contrario: lo que al menos pareció que trataban de decir en sus discursos es que justamente quieren despejar el camino para que haya más empresarios y que no sean siempre los mismos grandes los que se benefician y se quedan con el lucro. “Más que un rechazo a la orientación del proyecto, lo que ha habido claramente es la constatación de la insuficiencia del proyecto. En consecuencia lo que la Alianza ha hecho es encontrar la manera de lograr impulsar su programa de apoyo a las pymes y darles un alivio real y no solo para la galería”, explicó Andrés Allamand en La Tercera.
Todo eso fue analizado con profusión en los medios. Varios periodistas y columnistas llegaron a la misma conclusión: algo importante pasó. “El día en que cambió la política chilena” o “Ya nada será como antes” fueron algunos de los titulares y pareció que por convicción, oportunismo o desesperación (elija) la derecha iba a tratar de lograr más sintonía alejándose de la defensa de los que se cuidan solos y saliendo a vender la idea que siempre ha debido vender: no me den, no me pongan donde hay, sino que déjenme hacer.
El problema es que a la Alianza todo su aprecio y fe en la gestión privada se le acaba justamente cuando se trata de cuestiones de fe, tal como lo demuestra su actitud en la discusión que se daba al mismo tiempo en torno al programa Papavilla, un programa de MTV que ridiculiza al Vaticano y al Papa y que está siendo transmitido por el servicio de cable VTR (que mucha gente nunca hubiera llegado a sintonizar si no fuera por esta polémica y que por lo que vi –unos 15 minutos- es bastante fome).
Por favor que no me malentiendan. Si hay algo irritante es ese buenondismo progre que tolera todo excepto que alguien se declare católico u ose defender una posición ligada al Vaticano. Obviamente los católicos tienen todo el derecho a molestarse por la sátira, a reclamar, rechazarla, salir, manifestarse y escribir columnas. No veo por qué no podrían exigir respeto y mostrar su indignación como cualquier otro grupo mayoritario o minoritario, que se siente que sus líderes o ritos son injuriosamente representados.
Lo que sí cuesta más entender es que el abogado José María Eyzaguirre, que además de socio de Ricardo Claro en el estudio Claro y Cia, es miembro del Tribunal Supremo de Renovación Nacional vaya al Consejo Nacional de Televisión, un organismo estatal, a denunciar a VTR por transmitir un programa que a su juicio viola los “valores morales y culturales propios de la nación”; que el diputado UDI Marcelo Forni anuncie que espera que este organismo actúe “rápido y con rigurosidad” y que ninguno de sus correligionarios en la oposición se acuerde en esta oportunidad de la libertad individual, la iniciativa privada o la capacidad de tomar riesgos de las personas. No pues, porque cuando se trata de defender convicciones religiosas viva el fortalecimiento e intervención del Estado.
Pero así el discurso derechista no convence a nadie. Si uno cree que es el Estado tiene un papel importante en la solución de sus problemas, ok, vale, vaya y pídale a sus organismos que le digan qué puede o no puede ver. Pero si usted anda predicando la importancia de la libertad de las personas y las empresas, y se siente ofendido por un programa que se emite en un servicio de cable que contrató libremente y paga mensualmente no vaya a pedirle al papá (o al Papa) Estado que le solucione el lío. Sea responsable. Simplemente no lo vea, o si le parece que eso es insuficiente proteste, descontrate el servicio y dígale a los que piensan como usted que hagan lo mismo. Si tal como se ha anunciado en este caso, estos son mayoría, lo más probable es que VTR, poco dispuesto a perder a su clientela retire el programa solito, sin necesidad de multas y sanciones. Pero claro, es mucho más cómodo tomar la decisión uno, pedir ayuda estatal para imponérsela a los demás, seguir gozando del cable y no tener que limitarse a los saludables programas de la TV abierta como Mekano. Muy bien, pero no se quejen después cuando por ejemplo, el gobierno intente obligar a Canal 13 a emitir los comerciales de prevención del SIDA que promueven métodos no católicos.
10 Comments:
1) El Estado es laico.
2) Por ser laico, no debe prestarle ropa a las religiones.
3) Cuando una religión se siente ridiculizada, no es más que una mofa a una organización social como cualquier otra, como un partido político, un club de tiro o un centro de madres.
4) Por lo anterior, la Iglesia no tiene un estatus especial que determine que las burlas a su institución ponderan más que las proferidas a otras instituciones. (Benedicto XVI también ofendió a la comunidad científica con sus dichos sobre contra el creacionismo hace medio año atrás, ¿recuerdan?)
5) Asuntos como "Papavilla" mejor discutirlos por lo que son y no por los dogmatismos de siempre. Razonar más en tangible y menos en abstracto.
Aclaración: Yo también soy creyente, me crié en un entorno católico, respeto la cristiandad, pero me joden estas querellas que vuelven cada cierto rato.
De acuerdo salvo en un aspecto. Forni, Eyzaguirre y unos cuantos más no son "la derecha", y el titulo de tu post induce a pensar en una actitud corporativa de la derecha para pedir la intervención del estado. Una analogía semejante sería decir que la Concertación esta a favor del aborto por Enriquez y 2 más. No creo que en ese caso hubieras titulado: La Concertación promueve el aborto.
Obviamente que en ese caso no hubiera titulado la Concertación promueve el aborto porque cada vez que Enríquez y dos más hablan del aborto salen otros varios a contestarles. Acá, no he visto a nadie en la derecha que salga a responderle a Forni e Eyzaguirre. Tal vez eso no significa que todos estén de acuerdo pero sí me hace pensar que a ninguno le parece un asunto que sea necesarios salir a rebatir. Ya sabes, hay algo de eso del que calla otorga.
La única iglesia que ilumina es la que arde, decían los anarquistas y sigue siendo una gran frase.
La contradicción que la Iglesia tiene como ente público en Chile es tan antigua y arraigada que apenas la vemos. He aquí un poder religioso que opera como político a la hora de temas como el divorcio y el aborto (y los derechos humanos en dictadura, seamos justos, aunque ahí su participación fue bastante pobre), que dice defender la libertad y basarse buena parte de sus estatutos fundacionales en el libre albedrío, pero que se espanta ante la posibilidad de que otros lo ejerzan.
Lo que nos indigna a muchos sigue siendo un hecho básico (presente también en el tema con Papa Villa) y es que a la curia le importan un carajo los no-católicos: somos no-ciudadanos para ellos y es probable que en el fondo incluso les moleste que tengamos derecho a voto. Por eso se esfuerzan por evitar no que sus feligreses no vean una película, sino que pujan para que nadie en el país la vea.
Por eso dejan en sus puestos a conchadesumadres como este obispo sureño (¿de Puerto Montt?) que dijera a pito del cura Tato que los sacerdotes "en ese trance" debían ser juzgados por tribunales propios y no civiles y que había que ser más “comprensivos” con ellos (?).
En este contexto, lo de Papa Villa es lamentable: he visto dos episodios y nada de lo que muestran ahí (básicamente, un Papa juguetón y algo memo) es más ofensivo que la propia realidad. Cualquier discurso del exnazi que ahora está en el Vaticano es 100 mil veces peor que toda la “irreverencia” que puedan inventar los de MTV.
Complementando a Villalobos, he recordado los recientes movimientos de la curia para desviar los informes periciales sobre la muerte del cura Piccardo, los cuales planteaban la evidencia de roces anales que sólo podrían explicarse si la persona sostenía relaciones anales con otro hombre.
No quieren que el móvil de la muerte del cura Piccardo tenga que ver con líos homosexuales.
Muy agudo el comentario: lo comparto absolutamente.
Sobre la súbita autonomía de la Alianza frente al gran empresariado, me pareció muy decidora su actuación en el tema de regulación del lobby. Sólo aceptaron apoyar el proyecto cuando el Gobierno cedió a sus presiones para que los gremios (Sofofa, SNA, CPC, etc) no sean considerados como lobbystas (¡!). O sea, no estarán obligados a dejar registro público de sus contactos con la autoridad. Si los gremios no hacen lobby, yo no sé qué es un gremio entonces. Su razón de ser es representar intereses frente a la autoridad (lo que en sí mismo no tiene nada de malo).
Ahora, ¿por qué la derecha está tan interesada en que no se transparenten los contactos de los empresarios con las autoridades? Me parece escandaloso. Pero nadie dice nada. Sólo me enteré de esto por un breve en La Segunda, justo un día después de la ‘heroica’ votación de la Alianza en contra del depreciado proyecto de A. Velasco. Impresentable. ¿Ya nada será como antes?
El que calla otorga significaria que el peso de la prueba recae en el que calla. Este seria el caso de la derecha, segun tu respuesta, que deberia probar que no esta porque el estado defienda a la iglesia. En la concertacion es diferente, el peso de la prueba no esta en ellos y basta que dos beatos contradigan a enriquez para que queden libres de toda sospecha de una determinada conducta corporativa en el tema del aborto.
Sin embargo, en otros temas, como por ejemplo el estado empresario o la propiedad privada hemos visto como ha sido la gente de la Concertacion no estatista (liberales o autocomplacientes) la que calla cuando las facciones estatistas gritan a los 4 vientos por un estado mas grande y controlador. Segun tu criterio no estarian callando y por tanto otorgando estos concertacionistas no estatistas ? No deberian salir a contradecir a los estatistas asumiendo ellos el peso de la prueba de que la Concertacion no es socialista ?
Estas usando varas diferentes para medirlos, el peso de la prueba recae en el que calla para la derecha en cambio en la concertacion solo en el que habla.
aunque la concertación no fuera un ejemplo de coherencia política, ¿por qué dejar de exigirle coherencia a la derecha como defensora de la libertad?
Veo cierto desvío en la línea de discusión promovida por Angélica. Las iglesias que arden, el nazismo benedictino, las teorías delirantes sobre sacerdotes asesinados brutalmente asesinados por su homosexualidad, no tiene mucho que ver con el comentario. Una duda. ¿ Se lo creerán ? ¿ Quedarán contentos luego de leer lo que escriben?
Que la derecha sea inconsecuente por pregonar un Estado interventor en los contenidos televisivos y retraído en lo empresarial y educacional es una tesis interesante, aunque no necesariamente certera. La denuncia al CNTV, para tener éxito, debe demostrar que existió infracción a la Ley de Televisión y no sólo a sentimientos, creencias o impresiones. Tarea difícil para el que la intenta. La bofetada de Carrera a O'Higgins de este fin de semana, ¿ puede ofender a los valores de la patria ?. La suspensión por las razones que fuere de una serie sobre la Guerra del Pacífico, ¿ puede ser una afrenta a mis sentimientos sobre la libertad de expresión ?. Lo que está claro es que no hay censura en la intervención del Consejo, sino una actuación a posteriori que tampoco es apta para impedir la emisión de capítulos futuros de la serie denunciada. Me parece, por último, que la actuación de los órganos jurisdiccionales que conocen del reclamo de un particular, desde esta perspectiva, no es ni puede ser mirada como "intervención del Estado".
Del 13 al 31 de mayo de 2007, se realizará la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe cuya sede será el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, Brasil, la cual será inaugurada por el Papa Benedicto XVI, antes conocido como cardenal Josep Ratzinger, responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Para no agobiar a nadie, posteo en el blog blogentero.blogspot.com la carta que asociaciones laicas chilenas pretenden hacer llegar al Papa.
Dudo que él la lea, o que admita que la leyó, menos aun que la responda, pero no es mala idea que la leamos nosotros, seamos o no católicos, nos interese o no la religión, para aprender de una vez por toda que la Iglesia está atravesada por fuertes tensiones internas y no es ese edificio monolítico e integrista que algunos intentan vendernos desde muchos medios de comunicación, tanto de izquierda como de derecha.
Dato para tener en cuenta: La importancia que el laicado cobra al interior de la iglesia aumenta en relación inversamente proporcional al número de vocaciones religiosas.
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