Sobre el volcán
Aysén—. 24 de abril (Busco Algo Barato/Agencias/Orbitel). Media Blog, querida, te escribo desde la humedad telúrica de los fiordos patagónicos a la espera de que el volcán aparezca, pero lo único que he logrado ver es una mancha barrosa en el agua.
Creo que ya sabes que aquí vive poca gente. La ciudad es como Rengo o Molina, con los mismos monolitos de la plaza y el mismo diseño de retenes, pero con más madera. Incluso hay sitios eriazos que dado lo lluvioso del sector se transforman en áreas verdes de manera espontánea. Fuera de eso estaría siendo lo mismo que ir a Pomaire después de almuerzo, solo que en lugar de casas de adobes encuentras tejuelas, muchas tejuelas. El urbanismo chileno es un buen ejemplo de que a la hora de fundar ciudades la creatividad es una pérdida de tiempo y el paisaje un elemento intercambiable. Igual que cualquier chileno los nativos del lugar observan con una mirada que se balancea entre la curiosidad, la desconfianza y la rabia. Con tendencia hacia este último sentimiento. Yo les devuelvo la mirada con algo de compasión y ellos me responden con gestos de burla. He tratado de ser dulce, tal y como me lo has repetido “hasta el hastío”, según tus propias palabras, pero con esta gente no hay caso. Es como si quisieran desquitarse, con lo que sea.
Lo único que he sacado en limpio es que ha temblado un montón desde hace mucho tiempo (sé que quieres datos duros, número de réplicas y blablabla, pero nadie se ha dedicado a contar los temblores y a mí las matemáticas se me dan fatal). “El enjambre sísmico” (expresión adorable que incluiré en mi vocabulario) comenzó justo después de que la gente dejó de arrojarse por el puente Rojo que me recuerda San Francisco. Nadie sabe muy bien por qué se arrojaban, hubo conjeturas de mafias de la droga, venganzas y las omnipresentes sectas (en este parte debería haber una cita al experto en sectas Humberto Lagos). Finalmente nada se sacó en limpio y me da frío averiguar por mi cuenta (entre nos si yo viviera aquí también tomaría medidas drásticas con mi destino). El ambiente tiene algo de Twin Peaks, pero con un décimo de la renta per cápita del pueblo televisivo. Una porción importante de la población de Aysén trabaja en las salmoneras con sueldos discretos (¿tenemos algún auspicio de exposalmones? Puedes sacar esto si nos trae problemas) y suelen recordar un pasado de capital regional bullante ahora extinto. A uno no le queda más que asentir porque si no fuera por el informe meterológico yo no me habría dado cuenta que entre Punta Arenas y Puerto Montt había alguien más que Tompkins.
Me advirtieron que vería paisajes soberbios, a mí no me parecen tanto. Sólo te puedo decir que es como el Cajón del Maipo pero con más agua, más árboles y sin los Astorga. He visto pocos bichos. Algunos pájaros que yo no sé identificar. Mi unidad de medida para describirlos es la gaviota. Algunos son más grandes que una gaviota, otros más chicos que una gaviota. A mí no se me da la ornitología así que tendrás que conformarte con eso. La residencial mugrosa en la que me tienes alojado no tiene cable y el baño tiene una manchas de humedad desde la que surgen pequeñas poblaciones vegetales. Nunca me advertiste de lo estrecho de tu presupuesto para corresponsales. Yo te hacía una mangnate, un mogul, como dicen los gringos. No importa, soy un hijo del rigor.
Los tiempos muertos los paso leyendo. Y créeme que no es fácil. ¿Conoces otro ejercicio más absurdo que juntar letras con la vista? Estoy algo confundido con los despachos de tus compañeros de profesión (detesto la palabra colega). Según los periodistas hubo un tsunami, según los expertos no. Hay uno que recicla lo aprendido después del terremoto del 85 y se llena la boca hablando de placas tectónicas y recordando con un extraño orgullo que en Chile tuvo lugar el terremoto más intenso de la historia. A ese le gusta preguntarle a la gente si “lo ha perdido todo” o si está muy nerviosa, que es como preguntarle a un condenado a cadena perpetua qué piensa de su futuro. Yo me resisto a hacer grupo con ellos. Recuerdo que me advertiste que debía ser más sociable (aun me duele el palmotazo que me diste en la mejilla), pero me cuesta Media Blog.
Mientras tanto termino de subrayar mis frases favoritas de “Ácido sulfúrico”. Es el libro de Amélie Nothomb, la francesa loca que te conté a propósito del programa de Eva Gómez. Sin duda la tele es un potente catalizador de prodigios y demonios. Un día te da a Raquel, otro día Paulina y ahora tenemos a Eva y su curiosa idea del Servicio de Utilidad Pública. El libro sugiere una impactante relación inversamente proporcional entre la crítica ética de los medios escritos a los programas de televisión y los niveles de audiencia. Entre mayor es el cuestionamiento, mayor la sintonía. ¿Será que la gente es mala de adentro? No sé lo que pienses tú, pero yo creo que sí y que los productores de televisión del mundo han descubierto la veta y no hay vuelta atrás. Como en Chile la desgracia está estrecha y crónicamente vinculada a la pobreza hay un material humano inagotable para sacarle partido. En Estados Unidos al menos tienen a Britney y en España a Leticia. Aquí sólo queda ventilarle la vida sexual a una mujer agobiada.
Por el momento yo me esfuerzo por conseguir algún familiar de una víctima para darte un informe pormenorizado de su presente dramático y su futuro trágico. Como decía Wojtyla, los pobres no pueden esperar.
Tan tuyo como siempre
Tanto Gusto
15 Comments:
Sin ningunísima duda, el mejor despacho que se ha hecho desde la zona del trágico evento de unas abejas (alguien ha estado hablando incansablemente de enjambre de algo)
Concuerdo con rodrigo, aburrido me tienen con la seudo ciencia que tratan de explicar, el seudo dramatismo que tratan de crear y el claro tinte de show de polémica que tiene todo. Me gustó el post, mucho.
La agudeza de TG vale diez veces más que las cuestionables observaciones del señor Matías del Río.
¡Esto sí que es un medio blog!
Que un muchacho como TG se estacione en una residencial de esos pagos, con los hongos, la falta de calefa y la mala recepción televisiva, y todo en aras de un poco de información real para los lectores de este blog, es algo que me conmueve hasta las lágrimas. Mostro.
Gran texto, ahora mismo lo linkeo y lo hago correr.
y el alcalde de aysén???...alguna referencia a su humor diferente...el circo vía satélite ya se va a otro pueblucho con problemas para que luego siga todo igual, así es la realidad de la crónica. Sentimental mientras pueda vender...quien viene después...Contulmo, Machalí?
Genial. Linkeada. Gran corresponsal.
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Tremendo despacho, me entretuve mucho leyendolo, ciertamente los medios han hecho un festin con el miedo de la gente, y las salmoneras con la seguridad de sus trabajadores, mas valen unos salmodolares q unas cuantas vidas
Concuerdo con los comentarios generales sobre la calidad del despacho de Tango Gusto. Perdón, no sé si será hombre o mujer. Prefiero pensar que es niña y los recovecos literarios, esa crónica que legítimamente se ensimisma en la mirada personalísima, con prescindencia significativa de datos y hechos, es una oda a un estilo talentoso de escribir para una tribu, con códigos y desdenes periodísticos que todos comparten y celebran con algarabía.
Gran pluma y excelente uso del humor usando tangencialmente, como escenario de fondo, una tragedia regional, para en realidad conversar sobre egos urbanos, que es lo único que importa.
Espero ansioso otros despachos. En el intertanto y sabiendo que quizás para la diversión originaria importa un bledo, hago dos rectificaciones: la autora citada, Amelie Nothomb, no es francesa sino belga. Y una relación inversamente proporcional es aquella que mientras una variable sube, la otra baja proporcionalmente. El ejemplo citado de la televisión es lo contrario. Si a mayor cuestionamiento, mayor sintonía, la relación entre la crítica y el rating es directamente proporcional, no inversa.
Error, señor Paulsen.
Tanto Gusto es varón. Puede disfrutarlo en dosis periódicas desde Se Siente Rubio, blog referencial para muchos de los parroquianos de El Medio Blog.
don Bruno:
Pido perdón si se sintió como ofensa, pero ¿cómo saberlo? Esa es la gracia de los seudónimos: si lo deletreas mal (me di cuenta tarde que puse Tango en vez de Tanto Gusto) o cachas mal, igual sirve para proteger la verdadera identidad del autor. Que, en definitiva, es para lo que se necesita un seudónimo, ¿o no?
Paulsen:
Es curiosa tu duda sobre el sexo. También es curioso que escojas palabra "niña" en lugar de "mujer". Te cuento un secretito que a lo mejor te estremezca: soy un varón "especial". (aquí pongan un medley de Crying Games/Dancing Queen/I Will Survive acorde con la estética Chileaversión). No sé si me entiendes. En tu canal han dedicado muchos espacios sobre la gente como yo: Cómo pensamos, cómo vivimos, dónde se nos puede encontrar, la manera en que hay que acercarse a nosotros. Han hecho reportajes de catecismo laico neoprogre con interesantes hallazgos bajo el puntudo sello de la cámara oculta (¿son humanos?, ¿nacen o se hacen? las siete diferencias entre uno y un travesti/entre uno y un pedófilo/entre uno y una ameba). Sé que para muchos hombres no-especiales de tu edad el nicho ecológico que nos corresponde es otro (peluquerías, programas de farándula, crónica roja, el amigo- payaso-de-la-mujer) pero te revelo que en realidad la fantasía de manada zoológica que hay tras esa mirada no existe (Aquí poner de fondo a Sandra Mihanovic con Soy lo que soy).
Por último, previniendo cualquier equívoco deseo latente y con todo respeto: no te pases rollos conmigo. Eres inversamente proporcional a mis deseos. Dejando de lado eso, me pareces un tipo respetable. En serio. Y no lo digo sólo para cumplir con el consejo Media Blog de ir por el mundo con menos ponzoña.
Cariños
TG
PS saludos a Eva. Dile que me recuerda cada vez más a Andrea Caracortada de Kika (la película de Almódovar, otro que no es niña)
rqjhkTG
Qué quieres que te diga. Lo único que me preocupó de tu post es la frase siguiente:
"Sé que para muchos hombres no-especiales de tu edad el nicho ecológico que nos corresponde es otro (peluquerías, programas de farándula, crónica roja, el amigo- payaso-de-la-mujer)..." Muchos hombres no-especiales de mi edad (entra My way de Frankie) son responsables de cuanta bellaquería, prejuicio, estereotipo, canallada e ignorancia no solamente sobre los hombres especiales como tú, sino sobre todo lo que altera su mundo de receta de cocina, repetible, carente de dudas y torpe escapador de miedos inevitables. Incluyendo la contra a una enorme cantidad de hombres no-especiales como yo.
Ten la seguridad ( suave comienzo de Brother in Arms de Dire Straits) que en la trinchera de tus innumerables batallas -las que se dan y las que deben darse- soy más un cómplice que un adversario o algo peor, un neutro.
Así que tanto gusto, Tanto Gusto, y que sigan las palabras llenando los espacios vacíos, que no hay especialidad más igualadora que contar bien una historia.
La columna "sobre el volcán" muestra una visión que sorprende. Sorprende porque intenta ser divertida, y claramente no lo es.
Sorprende porque el autor(a)(ya entraré en este punto) coloca el relato en una especie de altura desde la que se burla de lo patagónico y de los patagónicos, y eso, en estos momentos de tragedia, sólo logra poner en alto su impertinencia.
Sorprende porque se autodenomina "enviado especial", en este caso a una zona de crisis. Y cualquiera que haya trabajado en esta condición, sabe perfecto que para hacer periodismo hay que acercarse a la gente y no intentar ponerse por sobre ella, y menos aún menospreciarla por no haber crecido en alguna barriada urbana y aspiracional, como en la que, sin escarbar mucho, debe haber nacido el autor(a).
Sorprende también que el autor(a), si es que alguna vez estuvo en Puerto Aysén o la zona golpeada por el terremoto, sea incapaz de entender a la gente del lugar y lo reduzca todo a la pensión barata en que supuestamente se alojó y las miradas poco amistosas que dice haber recibido, las que después de leer su columna no sólo entiendo, sino que comparto y aliento.
Y sorprende más todavía la incógnita sobre el género del autor(a), que en último término pudo haber servido para identificar el trasfondo de tanta sensiblería y palabra menor contra un pueblo que vive con orgullo en el austro, en un ambiente de esfuerzo y perseverencia contra los elementos de los que el autor(a) nunca podrá ser parte.
Patagón Antonio
¿Hay algún psicopedagogo en el público? ¡Tenemos una emergencia por aquí!
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