El medio blog

Un medio dedicado a los medios.

Friday, April 27, 2007

El problema de llamarse Matías del Río

Por
Miguel Paz, autor del artículo "La guardiana del lucro"

“Una columna de periódico admite el cinismo, la ironía, el sarcasmo, la crítica mordaz, el surrealismo, el humor negro; lo único que no admite es el cabreo de quien la escribe. Un articulista cabreado, que confunde su gastritis con el Apocalipsis, no es un periodista, sino un moralista, un evangelista, un inquisidor, un plomo”. (Manuel Vincent, Banderías)

Querido Matías:

Pensé hacerme el macanudo y dedicarte una filípica estilo “Brilloso, pero no brillante” pero me arrepentí. No porque me faltaran ganas para serte franco, sino porque se me hace muy difícil igualar a Carlos Peña, estoy con mucha pega y, sobre todo, debido a que no entiendo tu pataleta.
No me pronunciaré de si hay que privatizar o no La Nación S.A. Tengo una opinión –la conoces de sobra- pero me la reservo; del mismo modo no te pediré que reveles las dificultades diarias de tu trabajo en CHV ni que cuentes de las tremendas intervenciones “ocasionales” de Ricardo Claro en la pauta de Capital, incluso cuando laborabas allí. Así que no nos pisemos la capa entre superhéroes.
Decía que no entiendo tu pataleta porque noto en tu columna cierta irritación mala leche que, siento, escapa de la cosa profesional. Tanto lo que escribiste como lo que dejaste convenientemente fuera, me obliga a pedirte un disclosure. O mejor dicho, que aclares quién escribe: ¿El periodista o el miembro de Astoreca
, una fundación educacional que recibe apoyo de la Sociedad de Instrucción Primaria de Patricia Matte? ¿Escribe el conductor de TV o el pariente de la directora de uno de los colegios de Astoreca, e integrante del directorio de la misma escuela? ¿Quién estimado Coco?
Porque faltas a la verdad y omites a conveniencia de tu argumentación datos que están a la mano de cualquiera, sospecho que tu epístola viene con el sello del sostenedor de colegios (muy buenos, por lo demás). Sería provechoso aclararlo, así como algunas afirmaciones de tu columna que paso a detallar:

1.- Afirmación: La Nación se pudre sin ser abierta –ni leída, por supuesto- en los escritorios de las oficinas públicas, casi únicos suscriptores, y por fuerza.
Dato: Según el último
informe SVCL (julio a diciembre de 2006) la circulación de La Nación Domingo es de 16.416 ejemplares con un promedio de lectores de 58.335. La circulación de Capital es de 12.152 ejemplares y su lectoría es de 18.233.

2.- Afirmación: La reciente edición dominical ha logrado superase a sí misma, alcanzando niveles de sumisión a La Moneda que ya no dan ni rabia (…) La portada de
La Nación Domingo del 15 de abril intentó con malas armas –y con información muy tendenciosa- desviar la responsabilidad propia de una de las peores semanas de sus jefes. Para tratar de tapar el error y el horror de la presidenta Bachelet de enfocar el centro de los problema de la educación chilena en el lucro de algunos colegios subvencionados, este diario optó por prender el ventilador en contra de Patricia Matte, una de las personas que más sabe del tema y que dirige la Sociedad de Instrucción Primaria, la que desde hace 150 años da educación de calidad, y sin fines de lucro, en sectores populares. ¿Cuál es el pecado que amerita su lapidación y el título de “La guardiana del lucro” a toda plana (en la lógica estatista de que el lucro es perverso)? Ser parte de una familia muy rica, tener los apellidos que tiene y ser de oposición.
Dato: Un medio tiene derecho y debe tener agenda propia. Si una historia donde hay personaje, conflicto y poder como la de la señora Patricia Matte no amerita ser reporteada y contada, hay que dedicarse a otra cosa. No tienes por qué creerme pero siendo uno de los autores del artículo de marras, te cuento que el tema lo propusimos luego de ver que la Alianza le rogó a doña Patricia que se pronunciara a favor del lucro a pesar de que sus colegios son sin fines de lucro. Un Matte es un Matte. No vengamos con tonteras y teorías del complot. Eso dejémoselo a Longueira, por favor.

3. Afirmación: Da más bien pena, especialmente por los profesionales que a lo mejor no tienen la oportunidad de salir corriendo y trabajar en otro sitio más dignificante y que deben taparse las narices y aperrar. A ellos mi solidaridad.
Dato: Soy periodista de La Nación Domingo, colaborador de Caras, profesor de periodismo de la Universidad Mayor, finalista año 2006 del Premio Periodismo de Excelencia de la Universidad Alberto Hurtado, categoría Reportaje con "El Mercurio y La Tercera: Golpe a golpe".
Algo más. Nunca he escrito un artículo bajo presión editorial.

4.- Afirmación: Tan autorizada es la voz de Patricia Matte en esta materia, que hace pocos días –según leí- la propia ministra Provoste la recibió en su oficina para hablar sobre educación. Pero a La Nación eso le importó poco y prefirió decir que
“la Alianza la convenció para salir a la pizarra en su cruzada contra la reforma de la educación”, en circunstancias que al día siguiente del anuncio presidencial, en una entrevista en que yo participé en Radio Duna, Patricia Matte dijo que si bien le parecía mal poner el énfasis en lo del lucro –lo mismo que dijeron Bitar, Brunner y la DC completa-, encontraba que el proyecto tenía muchas cosas positivas.
Dato: En el artículo se detalla la experiencia de la señora Matte: “Es una experta en temas de pobreza y educación (…). Por su labor a la cabeza de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP), una red de 17 exitosos colegios particulares subvencionados conocidos como las “escuelas Matte”, el nombre de Patricia es el único que genera consenso para ser ministra de Educación de un hipotético gobierno de la Alianza”.
Otro dato: En periodismo se reportea, se chequean las versiones de las fuentes y se contacta al aludido. La señora Matte no estuvo dispuesta a dar su versión, personas de la Alianza sí.

5.- Afirmación: Me rebelo a la clase de periodismo sobreideologizado que pone los odios sociales, sus sesgos y la amargura por sobre las verdades.
Dato: La encuesta de la Fundación Futuro sobre el proyecto de Ley General de la Educación revela que un
60,2% de los consultados está en contra del lucro en la educación.

*Posdata: No es por defender a La Nación pero hay que ser riguroso (además me gusta el billete): los que están preocupados por el uso de sus impuestos para financiar el diario pueden estar tranquilos porque La Nación S.A. se financia sola y distribuye ganancias entre sus dueños y trabajadores.

80 Comments:

Blogger TantoGusto said...

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5:46 PM  
Blogger TantoGusto said...

Auch. Vean porfa los apellidos del directorio. Con sólo leerlos me sentí elegante. Nunca vi tanta erre junta.

5:50 PM  
Blogger Unknown said...

Cuando se acusa a alguien de faltar a la verdad, hay que tener mucho cuidado de no hacer lo mismo. El señor Paz dice: "los que están preocupados por el uso de sus impuestos para financiar el diario pueden estar tranquilos porque La Nación S.A. se financia sola y distribuye ganancias entre sus dueños y trabajadores". Eso es derechamente mentira. Primero: el diario La Nación, teniendo el 1% de lectoría y circulación recibe el 10% de la publicidad estatal Segundo: El diario La Nación es dueño del 100% del Diario Oficial, medio en que es obligación realizar ciertas publicaciones y que cobra tarifas monopólicas.

Por lo tanto, para ser realmente rigurosos, el diario La Nación no se financia solo. Lo financiamos todos, queramos o no.

5:52 PM  
Blogger Miguel Paz said...

Álvaro, ojo al leer. Dije que La Nación S.A. se financia sola. Esta sociedad anónima de propiedad mixta -Estado y privados- agrupa al periódico, el Diario Oficial y la imprenta Gráfica Puerto Madero.
Respecto al tema publicitario: desde junio de 2006 hay una comisión investigadora en la Cámara de Diputados que está estudando el avisaje estatal en La Nación y otros medios. Puedes consultar sus resultados en la web de la Cámara.
Según un estudio del observatorio de medios Fucatel en 2005 "las cifras estatales invertidas en publicidad, en distintos medios de comunicación del país" ascendieron a 6 mil 413 millones 156 mil pesos en televisión y 4 mil 315 millones 23 mil pesos en prensa escrita.
Cito comunicado de junio pasado:
"En televisión, la publicidad se concentró en TVN (50 por ciento), seguido a distancia de Canal 13 (15 por ciento), Megavisión (15 por ciento) y Chilevisión (10 por ciento). En prensa, los principales destinatarios de la inversión publicitaria estatal fueron los diarios de la empresa El Mercurio (48 por ciento) y del grupo Copesa (29 por ciento). Ambos consorcios concentraron el 77 por ciento. Al diario La Nación solamente le tocó un 9 por ciento".
Salu2

6:27 PM  
Blogger Unknown said...

Sergio, lo que a mi me gustaría saber es si el diario, como tal, es capaz de solventarse, sin necesidad que lo apoyen. ¿Puede el Diario La Nación sobrevivir con la publicidad que vende y por la venta de ejemplares? ¿Podría financiarse sin el avisaje estatal? Si juntas al Diario Oficial y a la imprenta, son ellos los que permiten que La Nación no quiebre, y como dije antes, el Diario Oficial es un monopolio.

No entiendo muy bien tu argumento que La Nación sea una sociedad anónima mixta. ¿Con eso se valida su existencia? Además, el Estado tiene el 68% del capital. Los privados son meros acompañantes.

Precisamente es el informe de Fucatel el que abrió el debate de la injusta repartición de publicidad del Estado: de él se concluye que La Nación recibe un aporte en avisos que no dice ninguna relación que la cantidad de personas que lo leen o con la cantidad de ejemplares que circulan. El medio más perjudicado lejos, es La Cuarta. La Nación, en cambio, recibe una desproporcionada cantidad avisaje del Estado. Eso, claramente, es un subsidio.
Saludos

7:40 PM  
Blogger Miguel Paz said...

Álvaro, Sergio Paz es el que trabaja en El Mercurio.
Difícil responder tus preguntas porque no soy futurólogo y no hay una sola respuesta. Que el diario La Nación sobreviva "con la publicidad que vende y por la venta de ejemplares" o si podrá financiarse sin avisaje estatal depende de quien esté a cargo, de quién sea el gerente, cuál su estrategia, cuán bien hacen la pega, etc, etc.
No digo que se valide la existencia del diario por su estructura de propiedad (no me queda tan claro que los privados sean meros acompañantes), tampoco que se invalide. Sólo estoy aportando el dato para que quede claro y diciendo que no es correcta la afirmación de que La Nación S.A. se financia con nuestros impuestos. Pero si así fuere, en la lógica de que el avisaje del Estado se paga con el dinero de los ciudadanos, entonces también tendrías que quejarte de que ese avisaje va también a otros medios. La cuestión de fondo es que el avisaje se reparta con equilibrio. Algo que se está viendo en la comisión mencionada y, si no me equivoco, en la Fiscalía Nacional Económica. En este punto me detengo: han sido otros medios los que han buscado dilatar la entrega de información a la Fiscalía de su tiraje, venta y avisaje.
Salu2

8:43 PM  
Blogger Miguel Paz said...

A ver. Por algunas preguntas que he recibido sobre cuál es el apoyo de la SIP a la Fundación Astoreca en la que participa Matías del Río, lo detallo en base a información del portal Educandojuntos.cl:
“Con el objetivo de difundir la exitosa experiencia del Colegio San Joaquín, la Fundación Astoreca creó el portal www.educandojuntos.cl”.
“A través de Educandojuntos, la Sociedad de Instrucción Primaria compartirá su método educativo, como programas, evaluaciones, material de apoyo a los profesores, etc.”
No es más pero tampoco menos que eso.
Salu2

9:08 PM  
Blogger Carlos Basso said...

No conozco al colega del Río (más que por lo que le he visto en TV) pero sí tengo el enorme gusto de conocer a Miguel Paz y sólo puedo pedirle a Matías un poco más de respeto por los colegas de La Nación Domingo. Miguel Paz es uno de los periodistas de investigación jóvenes más poderosos de Chile, un tipo serio, documentado y que escribe muy bien (para eliminar suspicacias, es mi amigo) y -eso te lo puedo asegurar- un tipo que no aguanta presiones de nadie. Creer en el estereotipo de que por trabajar en la Nación eres un títere de gobierno es una falacia tan feble como creer que porque escribes en Capital eres agente de la CIA.

10:15 PM  
Blogger Miguel Paz said...

Chuta! Voy a tener que invitarle una parrillada a Basso. Gracias por el "corneteo" estimado amigo. Se lo retribuiré cuando pueda:)

10:43 PM  
Blogger Unknown said...

Matías del Río pone un tema interesante de debate y los leguleyos de siempre atacan al mensajero.

Resulta que ahora la Nacion es un gran diario, un ejemplo de independencia, el paladín de la verdad, el modelo periodístico a seguir. Corten la chacota, en serio.

Además, comparar a la nacion con Capital es como poner a un delantero de Palestino con Schevchenko del Chelsea, se pasaron.

Lo triste del caso es que tenemos cero capacidad de debate, a muchos de ustedes les molesta que Matías haya trabajado en Capital, haya tenido un excelente programa de radio y haber sido conductor de El Termometro. La envidia de los coleguitas, palabra horrorosa que ocupan los periodistas que sueñan con escribir desde las trincheras.

Eso pasó de moda, viejito.

10:54 PM  
Blogger Miguel Paz said...

Aclaración y pregunta, no ataque, estimado "Mauricio" (las comillas van porque posteas como anónimo). Hay una diferencia. Bienvenido el debate. Me parece la raja que Matías haya trabajado en Capital y trabaje donde quiera y se sienta a gusto. En broma los "colegas" (tampoco me gusta la palabreja aquella) dicen que LND es el lado B de Capital.
LND publica y cuenta cosas que la revista couché no y viceversa. Capital entrevista a Nicolás Ibáñez, LND publica la denuncia de su señora por violencia intrafamiliar o cuenta casos de intereses abusivos de tarjeta Presto. Capital entrevista a Max Marambio y en LND le hacemos un perfil. Capital no publica temas de violaciones a derechos humanos, nosotros sí... y un largo etcétera.
En el camino intentamos hacer la pega lo mejor posible pero también debo aclararte que me hago cargo de las cosas que escribo yo y nada más y que mi respuesta a Matías es a título personal porque en su columna me metió en este baile.
En el futuro no ejemplifiques con Palestino, por favor. Mi equipo es Ñublense, aka "La longaniza mecánica".

12:52 AM  
Blogger Nelson Alvarez said...

Me quedaron algunas dudas, por ejemplo, que el 9% de la torta que recibe LN sea menor al gran porcentaje de El Mercurio, no quiere decir que ese 9% no represente una cantidad significativa dentro de los ingresos que recibe LN.

Si LN no tuviera relación con el gobierno, ese 9% sería menor? Quizás, como dicen en otro comentario, parte de ese porcentaje se iría a otros medios como La Cuarta.

Me parece interesante sí, la posibilidad de debatir, y sería mejor que en general a la hora de opinar sobre algo, se mencionara que se es pariente o se tiene alguna relación con las entidades que se nombran. Creo que se llama "Disclaimer" o algo así jeje

Cuando leí el post contra LND estuve de acuerdo en casi todo, pero ahora que leo a Miguel Paz, me quedó la película un poco más clara.

Ambos tienen cierta razón, y aunque está mal faltarle el respeto a los profesionales de LN generalizando tanto, también es notorio que el medio se queda bastante atrás en relación a los que deberían ser sus competidores: Los diarios de circulación nacional, y no una revista x.

Saludos de un lector común y corriente que no es periodista.

1:58 PM  
Blogger Unknown said...

Lamento que aparezca como verosímil el artificial recurso del “premiado” Miguel Paz de presentar como un conflicto de interés el hecho que Matías del Río ofrezca su tiempo en actividades en favor de la educación a través de la fundación Astoreca. No voy a seguir ese volador de luces. Lo que provocó está discusión es la validez de las críticas de Del Río a Paz como a su diario. Creo que la lectura de lo publicado en este blog confirma que La Nación no se financia gracias al periodismo que realizan sus profesionales, lo que si sucede en Capital (pregunten a sus anteriores propietarios si tienen dudas). Para mi queda claro que al afirmarlo disfrazado en el concepto de “La Nación S.A.” el "poderoso" periodista Paz otra vez fue poco riguroso, por decirlo suave. En un país con las necesidades que tiene Chile cuesta entender que los gobiernos democráticos hayan mantenido la costumbre autoritaria de destinar por años recursos públicos como los que genera un monopolio del Diario Oficial en favor del financiamiento del trabajo periodístico de un medio que en forma consistente ha mantenido niveles tan mínimos de lectura marginal que en el mismo gobierno se lo justifica "para tener una portada favorable en los kioscos". Quienes me conocen saben que no tengo nada contra La Nación, de hecho participé con entusiasmo en diversos intentos por convertir la empresa en un proyecto autosustentable. El tema es que Del Río dice "La Nación se pudre sin ser abierta –ni leída, por supuesto- en los escritorios de las oficinas públicas, casi únicos suscriptores, y por fuerza" y para relativizar esa frase Paz entrega cifras del SVCL que certifican una distribución de 16 mil ejemplares. ¿Se habrá preguntado el periodista del diario gubernamental que parte de esos ejemplares son comprados por entidades públicas repartidas por todo el país?. Demás está decir que dichas compras se realizan con otras platas tan públicas como deberían ser las utilidades del Diario Oficial que financian su trabajo.
Respecto a los números usados para relativizar la crítica de Del Río les comento que el sistema de certificación aludido tiene lagunas fundamentales. De hecho por sus debilidades ni siquiera es parte de la federación internacional de certificadoras de audiencias que reúne a las instituciones serias de más de 36 países. Por ejemplo, se trata de un trabajo que no mide a la prensa regional porque los diarios de Santiago no aceptan transparentar la cantidad de ejemplares que distribuyen desde Santiago por el resto del país. A lo anterior hay que agregar que las mediciones de lectoría del mismo estudio se hacen sólo en Santiago, por lo que los cruces de ambos estudios, como el que Paz realiza, también provoca distorsiones. Por más que duela los años han confirmado que La Nación no funciona.
El colega Paz debe ser de los que justifican sus fracasos sostenidos en captar lectores en las características del mercado publicitario. Varias veces se ha repetido que “hay un bloqueo” a todo lo “progresista”, conjetura débil si se analiza que en esos mismos años la radio Cooperativa, que se oponía explícitamente al régimen militar, se convirtió en la radio líder en las ventas de publicidad del mercado ya desde las postrimerías de ese gobierno. Otros casos como TVN y Chilevisión también confirmaron que se podía hacer un periodismo independiente de los “intereses empresariales” con el respaldo de los avisos comerciales. El ejemplo más claro de que era posible que una empresa nueva se hiciera un espacio en nuestro mercado ha sido el caso de Publimetro, la diferencia estuvo en que los casos que han tenido éxito captando avisos previamente fueron exitosos en forma sostenida en la captación de niveles de audiencia significativos, lo que no sucede en La Nación, que es lo que comentaba Matías del Río.

3:08 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

¿Y The Clinic, señor Arriagada, medio que recibe exiguas erogaciones por publicidad en comparación con su envidiable posición en el mercado?

9:00 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Por cierto, olvidaba que avisar en radio no es lo mismo que avisar en prensa.

El medio escrito (diario, revista) queda como objeto material, en cambio en la radio debe insistirse en el mensaje repetidas ocasiones para poder formar parte del cerebro del receptor.

Si bien es importante avisar en radio, no es menor tomar nota de las debilidades de este medio de comunicación.

Mi hipótesis personal: avisar por Cooperativa (por la levedad de las ondas) puede ser menos dañino que hacerlo por The Clinic, por simples razones de materialidad.

9:08 PM  
Blogger MariaPaz said...

Nunca he echo un comentario en un blog. Me gustaria preguntarle a Angelica que opinion tiene de que un proyecto Energetico Pais, relevante del gobierno, haya duplicado su presupuesto inicial de US$400MM para quedar en US$800MM por construir para 10 millones de m3/por día de Gas Natural Licuado, bajando la capacidad del terminal desde un total de regasificación de 15 millones de metros cúbicos diarios.
¿quien paga estos costos adicionales?, ¿el cobre?. Este proyecto involucra a una empresa de el Estado ENAP (20%), junto con Empresa Nacional de Electricidad S.A. (“Endesa Chile”), Metrogas S.A, quien a traves de su presidente (de Gasco -matriz de Metrogas-), Matías Pérez Cruz, han sido los unicos que han dado la cara con algo de la verdad.
¿Porque las autoridades no han mostrado ningun tipo de "sancion", "amonestacion" u otro por un Proyecto tan mal llevado?. A la empresa que se lo licito, compañías British Gas, realmente le influye que los costos hayan subido?. ¿Quien gana con esto? No creo que a los chilenos les de igual el Estado acaba de botar a la basura US$80MM de dolares, por mala gestion de sus "administradores" de empresas publicas. En una empresa privada, esta incompetencia le costaria el puesto a loas altos ejecutivos.

10:17 PM  
Blogger matiasdelrio said...

Respetable público:

De toda la amargura mostrada por Miguel Paz, sólo me interesa aclarar un punto. El resto, no vale la pena.
Efectivamente tengo el orgullo de ser parte del equipo fundador y del directorio del Colegio San José de Lampa, un proyecto que partió hace cuatro años en un grupo de amigos, como un sueño de dar EDUCACION GRATUITA de calidad a niños en situación de pobreza.
Omití esta información en mi columna sobre La Nación y sus miserias fundamentalmente porque no guarda relación con los temas planteados. Pero además, por otras dos razones: por pudor, ya que me formaron en la escuela de que las obras sociales en que uno participa no son para publicarlas, aunque reconozco que he roto ese principio en un par de entrevistas con el objeto de conseguir socios aportantes (es una necesidad permanente y agobiante). La segunda, porque nuestro colegio NO tiene nada que ver con la Sociedad de Instrucción Primaria. Lo que Paz pudo confundir esta vez es que la SIP es una de las muchas instituciones educacionales invitadas a nuestro portal www.educandojuntos.cl, donde todos comparten contenidos, pruebas, guías y métodos con colegios de todo Chile y de toda condición.
Este emprendimiento (palabra que los conservadores detestan tanto como el lucro ajeno) partió por conseguir varios cientos de millones de pesos a través de la ley de donaciones privadas para construir los primeros tres edificios, dado que ninguno de nosotros, todos profesionales entre 30 y 40 años, teníamos plata para financiar esta obra. Gracias a que hubo gente que confió en nosotros, hoy más de 400 niños de Lampa –en ocho años más serán mil- se educan gratis en un colegio precioso, equipadísimo y con profesores que nada tienen que envidiarle a los colegios de nuestros propios hijos. De hecho, en su corta historia, el San José de Lampa ya es todo un hito en una comuna que tiene un promedio Simce de 233 puntos, versus los ya dramáticos 253 puntos a nivel nacional y los 258 puntos de la Región Metropolitana.
La siguiente parte del desafío es financiar la operación mensual que bordea los $50 mil por niño, necesarios para pagar sueldos, cuentas, materiales, etc… Esto lo logramos gracias a los $30 mil que aporta el Estado por medio de la subvención (además de la alimentación que da la Junaeb) y otros $20 mil que nos donan los casi 400 padrinos que mes a mes nos dan en promedio 1 UF. Si alguien se interesa en apadrinar un niño, será muy bienvenido.
Respecto de la directora del colegio, también puedo contar con orgullo que se trata de mi hermana mayor, profesora de historia y geografía y con estudios de post título en gestión en educación en la UC y una larga trayectoria enseñando en diversos colegios. Pero ante todo, es una directora de lujo y con resultados estupendos que ya se pueden medir.
Finalmente, para los eternos mal pensados, aclararé que la gestión del directorio no sólo es constante, dedicada y ad honorem, además implica un desembolso económico mensual personal que no me parece muy elegante mencionar, es cierto, pero que lo hago para evitar más daños de los que nos ha tratado de ocasionar el autor.
Matías del Río C.

12:30 AM  
Blogger Unknown said...

Interesante el punto de Bruno sobre la diferencia de lo radial y lo escrito, pero incompleto. En realidad aunque la prensa "quede" (archivada en una biblioteca cuando no se usa para el pescado) ya no sigue funcionando publicitariamente. Nadie que compra un aviso valora que ese aviso permanezca dos días después porque los medios pierden actualidad y, por lo mismo, la atención masiva que busca el avisador. Es evidente que hay diferencias entre la radio y los diarios pero tienen que ver más bien con el grado de concentración con que se "consumen" ambos soportes. En el caso de la radio su contenido funciona como un contenido coherente como un medio que se "consume" como actividad secundaria, mientras la prensa escrita tiene la ventaja que la persona está concentrada el leer. Lo anterior lleva a que siempre se la incluye en un mix de soportes bien trabajado para hacer una parte más "racional" del trabajo publicitario. Pero todo esto no relativiza la no existencia de un bloqueo ideológico: una multinacional como Nestlé no está en La Nación por su baja lectoría y no está en The Clinic porque es un medio con una línea editorial alternativa que condicionaría a sus avisos. En todo el mundo medios tan "jugados" como The Clinic no reciben la publicidad de la industria tradicional, pero esa misma línea editorial le ha permitido al irreverente semanario contar con avisos de empresas importantes cuando tenían una campaña en la que necesitaban asociarse a ese perfil.

10:16 AM  
Blogger Bruno Córdova said...

Resulta curiosa su afirmación, señor Arriagada.

En Estados Unidos, la Meca del liberalismo económico, la Volvo puede pagar publicidades en revistas para homosexuales (entiéndase como "rupturista" a los ojos de un pacatus chilensis) e incluso el neocon australiano Rupert Murdoch, a inicios de los 90, no se atoró con la idea de comprar programas "rupturistas" que hasta el día de hoy le han redituado millones y millones de dólares: "Married with children" y "Los Simpson".

Entonces, ¿el problema es el modelo de mercado o el problema está radicado en nuestro país?

11:56 AM  
Blogger Unknown said...

Estimado Bruno. ¿Cuál es la afirmación curiosa?. A mi me extraña que pieses que Los Simpson y Casados con Hijos, creados y producidos para canales abiertos de los Estados Unidos bajo el modelo de publicidad tradicional, tienen algo que ver con la carencia de avisos que tienen medios como el de The Clinic. Creo que lo que aludes tiene que ver más bien con el limitado tamaño de nuestro mercado. Desde siempre la publicidad chilena ha sido poco generosa respecto a los medios muy segmentados, lo fue con el canal Rock and Pop y lo ha sido tanto para la revista Hacer Familia como para The Clinic.

5:32 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Creo que estaba claro mi ejemplo, pero como no lo está, debo especificarlo: mi alusión a Rupert Murdoch suponía un ejemplo de cómo los grandes capitales en EUA pueden lucrar pensando en EL MERCADO en lugar de pretender a supeditar el mercado a antiparras ideológicas (tan risible como querer tapar el sol como un dedo), como ocurre por estos pagos.

En cuanto al panorama local, me cabe una pregunta: ¿The Clinic es un medio "muy segmentado"?

¿Puede ser "muy segmentada" una publicación periódica que llega a los primeros lugares de lectoría del país y que ni siquiera viene adosada a un medio principal, como es el caso de una de sus rivales cercanas, la revista Paula?

Lo que yo planteo está muy lejos de asuntos de "tamaños de mercado". Mi planteamiento va a que los capitales dejen de una vez por todas de querer pontificar con la plata.

A aquellos pobres imbéciles y cerriles, bien vale decirles: "el mercado está afuera".

6:10 PM  
Blogger Unknown said...

Bruno: Quizá no entendí tu punto usar como ejemplos al baluarte de Mega, Casado con hijos, y a la ya eterna serie vespertina del canal de la UC, Los Simpsons. Que los consideres modelos del uso del mercado sin "antiparras ideológicas" me parece ambiguo. Pero aprovecho el punto para decirte que con esas "antiparras" que tanto te irritan estás aludiendo a la línea editorial, un componente fundamental de los medios que, entre otras cosas, produce el proceso de segmentación que tanto te intriga en The Clinic. Se dice en el mundo de las revistas que "Las revistas para todos son revistas para nadie", algo similar a lo que ocurre en el sector de las radios: para hacer una revista o radio que te guste a ti se le deben agregar contenidos que molestaran a terceros. Pero como esto parece el día de la marmota ya que nos estamos repitiendo con una polémica similar que se dio el 8 de julio del año pasado en el blog de la UC (www.blogsuc.cl te recuerdo algunos comentarios que te escribieron otros cuando opinaste cosas parecidas que complementan mi explicación:
Cristobal Fernández te dijo que “El bajo porcentaje de la torta publicitaria que tiene The Clinic no se debe a intereses personales. Se debe a que el avisador, con el fin de proyectar una imagen de marca determinada, estima que publicitarse en The Clinic sería contraproducente para lograr su objetivo, dado el estilo e imagen del mencionado medio”.
Gonzalo Meza te complementó la explicación con lo que llamó su “Hipótesis de la seducción”: "una medio periodístico debe seducir en tres áreas: debe seducir a los lectores (que dan circulación), a los avisadores (que dan plata) y a los que saben de periodismo (que dan respeto). Un medio exitoso puede tener muy poco de algunos de estos índices (como The Clinic, que tiene pocos avisadores) pero compensa con tener mucho de los otros (lectores). Cada uno de estos índices tiene dinámicas propias: no es verdad que los avisadores no se la jueguen por el Clinic por razones ideológicas. Muchos sí, pero no es la única razón: es verdad que también la calidad del papel de diario atrae poco a los avisadores, que prefieren que sus avisos se desplieguen mejor, y pagan más por llegar a esa clase de revistas. Y claro, una estrategia puede dañar la otra: si The Clinic cambiara su estrategia (tener más avisadores) quizás debería cambiar papel, pero eso subiría el precio de tapa y bajaría el número de lectores".

10:01 AM  
Blogger Libre.Pensador said...

Matías. Más allá de la respuesta de Miguel/Sergio Paz, el nuevo (declarado por sus compañeros de escritorio y por él mismo) súperperiodista chileno. Más allá de tu propia primera columna. Más allá incluso de que te digan Coco. Debo decirte que enterarme ahora, y por ti, de que estabas involucrado en el tema hace bastante ruido. No soy quién para poner en duda la caridad tuya y de tus amigos. Te educaron para decir que ayudas sin decir (en la historia tenemos el caso de Jorge Alessandri, a quien educaron para llegar a ser presidente diciendo que no le interesaba la política), pero ahora que veo que estabas metido en el tema hasta el cuello, sólo reafirma lo que muchos pensamos: tu columna respondía, sobre cualquier otro propósito, a una maniobra de operador político de un grupo de interés al que perteneces. Eso no tiene nada de malo, por cierto. Sólo te desnuda un poco más. Nadas más. Nada menos.

11:18 AM  
Blogger Unknown said...

Grandilocuente librepensador, lo que hace más ruido es tu anonimato... Piensa que si no fuera por los comentarios respecto al al "superperiodista" podrías ser el mismo Miguel/SergioPaz. ¿Eres uno de aquellos que temen por su vida o carrera por dar su nombre en estas conversaciones? Una de las características de esta forma de conversación es que se puede comentar anónimamente, pero para tener una voz autorizada que dirima quién participa y quién no en determinados grupos de interés ya es necesario dar la cara.
Yo pienso que lo que hizo el premiado Paz al meter este dato en el debate fue un volador de luces para no contestar las críticas a su trabajo como al estado de su diario, mientras que tu actitud de invalidar una crítica a un artículo tendencioso sobre el tema de la educación por provenir de un periodista que colabora con un proyecto social de su hermana es una simple leguleyada.

12:10 PM  
Blogger Julio Reyes said...

Creo que el debate se ha ido charqueando. Ninguno de los temas interesantes planteados por los polemistas (en especial para los no periodistas) siguen en pie. La vinculación de Del Río con gestión educacional, no lo inhabilita para criticar a un medio por una supuesta obsecuencia política. Tampoco se saca nada sicoanalizando a Paz, y atribuirle a una supuesta envidia las críticas planteadas en su respuesta.
Como tengo fe en el blog como medio, me interesaría rescatar algunos de los tantos temas interesantes envueltos en esta polémica: (a) ¿Se financia La Nación? ¿Es válido el subsidio cruzado que le da el Diario Oficial para justificar su existencia? (b) ¿Cuán funcional es para el gobierno tener La Nación? (c) ¿Es necesario, como sugirió Del Río, no tener avisaje para hacer periodismo investigativo económico?

12:47 PM  
Blogger cienfuegos said...

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2:49 PM  
Blogger cienfuegos said...

Uf. A ver. Por favor, que alguien toque la campana, atrás los seconds, atrás los egos y ordenen sus argumentos.

Paz, me parece, tenía un punto con el tema de desde dónde escribía Matías, pero la explicación de Matías me parece creíble.
Ojo, sí, con la importancia de aclarar eso cuando uno se lanza una filípica como la que se mandó el Sr. Del Río. Si escribió furioso, es probable que no haya editado su texto y eso explicaría esa omisión, que me parece relevante, sea que la SIP ponga lucas o ponga ideas: la relación era necesario transparentarla.

Lo malo es que Paz no sea hace cargo de algunas cosas que me siguen dando vueltas: el titular, por ejemplo. Todo lo que él dice en defensa técnica de la nota y del análisis periodístico que los llevó a hacerla elude el que con semejante portada, uno no se esperaba mucha imparcialidad. Quizá la hubo, pero uno entraba ya predispuesto por "la guardiana del locro", perdón, lucro.

Me molesta, por otra parte, que el Sr. del Río, que por la radio y en televisión, parece ser un tipo abierto y riguroso, quiebre lanzas con tanta garra por la parcialidad de La Nación y - quizá es culpa mía y no lo he leído o escuchado- guarde silencios respecto de la abrumadora parcialidad con que el duopolio (suena elegante decirlo así, no?) cubre los temas de gobierno, o teletrece o megavisión en TV, p. ej.
¿El problema es la fuente de financiamiento? ¿El mercado como regulador ético? Dicho en difícil: Claro que hay muchos argumentos, con los medios escritos que tenemos, para que el estado tenga un medio escrito. Tiene que cumplir otros requisitos y garantizar una cierta imparcialidad (no cronométrica, como la que usan en TVN, por cierto), pero no me venga con que el mercado lo hace de pelos y chao el estado.

Creo que el argumento ad hominem suele ser el más débil en un debate serio y, por lo mismo, esa descalificación a los periodistas de LND que hace Matías es bien fea y debe estar en la base de la igualmente desubicada agresión ad hominem que le devuelve Paz.

Ojalá usen sus aguerridas plumas con más cudado. esto no debiera ser una pelea afuera del colegio, sino un debate en un espacio público. Cuidemos este blog, que es un lujo.

2:51 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Señor Arriagada:

1) Como no entiende mi punto de vista, lo explico nuevamente.

Los ejemplos de "Married with children" y "Los Simpson" no los he planteado a partir de sus retransmisiones en televisoras locales.

En realidad, me reduzco a la figura del neocon (me gusta cómo esa palabra suena en francés) Rupert Murdoch, quien a finales de los años 80 acogió en su naciente cadena Fox programación demasiado liberal para su conservadurismo PERSONAL.

Con ello, Murdoch vio MÁS ALLÁ de aquello que he llamado "antiparras ideológicas". A la postre, ganó muchísimo más dinero que el que habría ganado de haber sido un hombre con "antiparras".

2) Lo anterior demuestra la existencia de propietarios de medios de comunicación que pueden tener consideraciones editoriales mucho más tolerantes que sus fueros personales. Algo que escasea en Chile, con la excepción de Sebastián Piñera en CHV.

3) En cuanto a The Clinic, voy a tomar la trilogía que ha reseñado: se trata de un medio "que da respeto" y "que da lectores". Con estos dos elementos, ¿por qué no llega el tercero?

Ahora cito:

"Cada uno de estos índices tiene dinámicas propias: no es verdad que los avisadores no se la jueguen por el Clinic por razones ideológicas. Muchos sí, pero no es la única razón: es verdad que también la calidad del papel de diario atrae poco a los avisadores, que prefieren que sus avisos se desplieguen mejor".

De ser cierto lo que afirma, explíqueme por qué hay empresas que gastan páginas enteras por La Hora, cuyo papel es bastante inferior y es igualmente transversal a The Clinic.

Otro punto respecto de la misma cita. Usted dice que "no todos" los empresarios tienen aprensiones ideológicas, pero "muchos sí". ¿Cuántos "sí"? ¿Menos de la mitad, más de la mitad? Arriésguese una cifra.

4) A mí esta discusión también se me hace repetitiva. Aunque no lo crea.

4:36 PM  
Blogger Alfredo Sepúlveda said...

Más allá del tema de las lectorías o de la repartición de la torta publicitaria, el propio gobierno no considera a LN en el mapa de las influencias del periodismo chileno. Ejemplo: la "carta" de Bachelet en Reportajes de El Mercurio el fin de semana anterior al pasado. Uno puede luchar mucho por el pluralismo y la democracia, pero el gobierno cuando tiene algo que decir lo dice en El Mercurio. Si uno como gobernante cree que el país vive en un duopolio horroroso, no puede ser que a la primera necesidad recurra al duopolio que abomina.
Entendería que quiera combatir el malévolo sistema de la prensa chilena a través de la mantención de un espacio periodístico público como lo hizo con TVN, un canal que, bien o mal, fue profesionalizado y dotado de autonomía justamente para evitar que fuera usado como el niño de los mandados del gobierno de turno. Conlos años, y aun con todas las medias verdades de esa autonomía, TVN es hoy un actor influyente.
Pero con La Nación el gobierno no ha hecho nada parecido. Es más: entiendo que el cargo de director del medio ha estado vacante por eones, lo que, con todo respeto por quienes hayan tomado las decisiones en el caso de la portada de marras, explica, para mí, un título de esa naturaleza; y da cuenta del abandono intelectual y moral en que lo tiene el gobierno (no digo que Miguel Paz sea un inmoral, sino que el gobierno tiene a La Nación botada moralmente).
Si asumimos que La Nación como medio del Estado tiene derecho a existir -no estoy de acuerdo, pero da lo mismo-, ¿por qué el gobierno actúa con este pasotismo? ¿Por qué no toma una posición activa y crea un diario público, no uno "de izquierda", no uno "progre", sino uno público? ¿Por qué no identifica los supuestos problemas que la prensa chilena enfrenta a causa del malévolo duopolio y hace de La Nación la respuesta a ellos? Ok: que entre plata pública, pero que haya un sistema, una institucionalidad que disponga de responsables de esa misión y del gasto de esa plata.
Es medio tirado de las mechas, pero no menos que la situación de subrogación eterna que existe en LN hoy.
Aventuro una respuesta. El gobierno no hace nada con LN porque no la necesita. Por más que el duopolio "le dé", siempre va a tener las puertas de Vicuña Mackenna y de Santa María abiertas.
Aventuro otra teoría: Bachelet confía poco en el libre flujo de información de una sociedad democrática. Al primero que no le conviene una La Nación en estilo TVN es al propio gobierno.
Por eso debe ser bien descorazonador levantar la bandera del pluralismo democrático en la prensa cuando a la hora de los quiubos la propia jefa demuestra que no cree en él.

5:10 PM  
Blogger Unknown said...

Qué lata más grande. Éste, que se asomaba como un debate serio y entretenido, terminó pareciéndose más a una reyerta callejera en la que en cualquier momento Paz le dice a Del Río (o viceversa) que “más encima mi papá le pega a tu papá”.

¿Sacar a colación los premios de Paz? ¿Han escuchado alguna vez eso de que “un periodista es tan bueno como su último reportaje”? Vieja y repetida, pucha que es verdad la frasecita. ¿Traduzco? En esta pega, la genialidad que hiciste/reporteaste/escribiste ayer no te da inmunidad para la barbaridad que hiciste hoy. En definitiva, el currículo –premios y clases incluidas- no sirve de aval cuando te sientas a escribir ni mucho menos es traspasable como prueba de calidad al medio en el que laboras.

¿Los lazos de Matías? Último. Si tuvo la formación que dice haber tenido, primero: nunca jamás debió opinar de algo en lo que tenía vínculos, más encima de la forma en que lo hizo, es decir, denostando-basureando a un medio y a todo su equipo (me acordé de un senador listín que hace un tiempo quiso votar una ley que tocaba intereses económicos de su patrimonio); segundo: por la manera y sobre todo por la ocasión en que los expuso, dudo que alguna vez haya querido hacer caridad anónima. Ésta era su carta bajo el brazo, una jugada política de las viejas, de las feas, de las que, afortunadamente, caen por su propio peso.
Para el bronce, sólo una frase suya, que lo delata sin necesidad de debate: “…nada tienen que envidiarles a los colegios de nuestros propios hijos”. Uf, de terror.

Voy a insistir en algo que escribí al comienzo de todo esto: Es bueno el debate en torno a LN y LND, como también es bueno que se hable del cambio urgente que requiere la educación en Chile. Lo que nunca me pareció bueno es que se hiciera un análisis tan básico, tan escolar (tan visceral, agrego ahora) como el que hizo Matías. Porque, les recuerdo, él dijo que hay dos tipos de periodismo, el bueno y el malo. En el primero estaba LND y en el segundo los otros medios. ¡Los otros medios¡ ¡LT; Elmer, LUN! ¡¡TVN!!

Pucha, Mati, me da tanta lata todo esto que hasta tengo que reconocer que te conocí, que coincidí contigo en un vespertino ya desaparecido (curioso, por falta de publicidad), donde no sólo eras conocido por tu parentesco con el director, sino también por trabajar -y aportar- poco. De hecho, llegaste a tener un cargo ejecutivo, de esos intermedios, de esos que sólo sirven para tener una foto de la familia en la oficina y para discursear largo y tendido sobre nada mientras el resto corre para cerrar a la hora. Hace poco, cuando te vi en TV, pensé que habías cambiado, que eras otro Matías, que la vida te había dado un empujón. Qué lata.

Y antes que salgas a acusarme de amargada y uses esos argumentos tan propios de tus debates blogeros, quiero aclararte: no, no estoy amargada ni te odio. De hecho, te tengo, tenía al menos, cierto aprecio, algo como maternal, buena onda que le llaman, y hasta te defendí harto, y hartas veces, en círculos de colegas. Pero tú solito te encargaste de terminar con mi cariño.
ivana

5:30 PM  
Blogger Rodrigo Mora said...

Señoras y señores:
Esta pelea de pasillo es muy poco digna. Como espectador puedo decir que ¿no es labor de los mismos periodistas dar a conocer las implicancias y los conflictos de intereses de los que opinan - inclusive de sus colegas -?.
Creo que el señor Del Río ya había dado a conocer esa pertenencia varias veces e incluso el mismo Paulsen nombró su proyecto en algún capítulo de Tolerancia Cero.
Y...me sorprende que el tema de "La Nación" no sea tocado más profundamente en el marco del tema de la propiedad de los medios y no con esas falacias ad-homimen de Miguel Paz - a quien admiro como cronista-.
Comprendo que de rabia que la Revista Ercilla haya sobrevivido a punta de CD´s de regalo y ediciones especiales de Augusto Pinochet. Comprendo también que a pesar de su pingüe circulación de rabia que tenga avisos en la TV.
Pero de verdad qué lata que no exista capacidad de discutir el problema de LND con alturas.

8:14 PM  
Blogger Unknown said...

Estimado Bruno, arriesgándome a ser insultado por quienes piden sacar del cuadrilátero a seconds con temas de seconds como el nuestro, sigo adelante con nuestra conversación. Te adelanto que yo no me aburro con este tema, son mis fenicios, ten presente que me dedico a hablar de esto todo el día con mis alumnos.
El tema del "papel" fue una idea que aportó mi ex alumno Gonzalo Meza como alternativa de desarrollo al The Clinic, como una alternativa para captar otro tipo de avisos.
Lo que me interesa ver contigo es el tema de la segmentación que diferencia a The Clinic de La Hora.
Los estudios muestran que The Clinic distribuye 33 mil ejemplares por edición, frente a los 100 mil diarios de La Hora. También muestran que The Clinic es leída por un promedio de 240 mil lectores mientras que La Hora se mueve entre los 220 mil y los 330 mil, esto a pesar de distribuir tres veces más diarios. Lo anterior reafirma tu cuestionamiento, ¿porqué vende más avisos La Hora? Hay muchas razones, por supuesto la más relevante tiene que ver con el bajísimo precio que tienen los avisos en La Hora, lo que se suma a la venta de avisos como paquetes con otros medios de Copesa... pero para nuestra conversación otra diferencia relevante es que The Clinic es un medio con una línea editorial tan marcada que condiciona a los que avisan en él. Esto es lo que te explicaba otro ex alumno, Cristóbal Fernández. En ese sentido The Clinic es todo lo contrario a La Hora, un diario que tiene una línea editorial especialmente neutra. ¿Cuántos avisadores toman en cuenta ese tipo de criterios al poner los avisos? Me atrevo a decir que casi todos, especialmente cuando son avisos contratados profesionalmente, es decir a través de agencias de publicidad. Evidentemente The Clinic tendría más avisos si nuestro mercado publicitario tuviera un volumen similar al de mercados como el norteamericano, el de los países europeos o del mismo Brasil. Pero aunque un mercado mayor permitiría entregar más recursos a los productos segmentados editorialmente, esa misma línea del medio explica que tanto en Chile, como en esos países que acabo de mencionar, a pesar de que los medios alternativos pueden alcanzar prestigio y lectores, nunca llegan a contar con el mismo tipo de avisos que otros medios informativos menos "provocadores".

8:26 PM  
Blogger Ricardo Leiva said...

el NYT pilló robando a la revista caras

April 30, 2007
Magazine Says ‘Toxic Bachelors’ Article Was Stolen
By ANDREW ADAM NEWMAN
The pop culture magazine Radar has accused a Chilean magazine of plagiarizing its article “Toxic Bachelors,” which depicted celebrities like Colin Farrell and Matt Dillon as cads.

Then again, Radar, which has been published on and off over the last few years, freely concedes that it borrowed the “toxic bachelors” concept from other sources, like a book by Danielle Steele and the “Sex and the City” TV series.

And Radar says that an Australian magazine, NW, paid to reprint a version of “Toxic Bachelors,” which ran in Radar’s March/April issue.

Now Radar would like to see some compensation from the Chilean magazine, Cosas, which also apparently tried to sell magazines by printing pictures of single men alongside articles describing them as bad boys.

The article, “Solteros Tóxicos,” “imitates the tone, character, feel, concept, format and storyline of the ‘Toxic Bachelors’ article to a high degree,” wrote Scott P. McBride, a lawyer with the Chicago firm of McAndrews Held & Malloy, in a letter April 27 to Cosas. The letter demands that Cosas pull the issue from newsstands and compensate Radar an unspecified amount.

After reviewing the English and Spanish articles for The New York Times, Laura Turégano, associate director of the King Juan Carlos I of Spain Center at New York University, wrote in an e-mail message, “The Chilean article is a copy of the Radar article,” adding that the descriptions of each bachelor “contain both exact translations of the Radar article and slight adaptations.”

Cosas, which publishes editions in Chile, Peru, Ecuador and Bolivia, did not respond to e-mail requests for comment. Manuel Santelices, whose byline is on the Cosas story, is listed as a member of the magazine’s New York bureau but does not have a published number.

Maer Roshan, the editor of Radar, said by telephone that he was amused that Cosas “had the chutzpah to put a byline on the story.” A snide item on Radar’s Web site said, “How do you say, ‘We will soon own your entire magazine’ in Spanish?” ANDREW ADAM NEWMAN

8:27 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Señor Arriagada, lo cito:

"The Clinic es un medio con una línea editorial tan marcada que condiciona a los que avisan en él".

De ser como lo plantea, El Mercurio no sería el medio que concentra la mayor parte de la torta publicitaria en la prensa escrita.

Humildemente, le digo "jaque".

11:30 PM  
Blogger Verónica said...

Me sumo a lo que dice el profe Basso y que, escuetamente, le comenté a Miguel en su blog: el Periodista es un empleado del medio, un subordinado, eso. Que no es lo mismo que agachar el moño. No sé si me explico.

Seguramente, si el día de mañana Miguel es contratado por sus capacidades en Copesa o El Mercurio, muchos le dirán que se dio vuelta la chaqueta (para que estamos con cosas, si todos queremos y necesitamos un buen sueldo para pagar las cuentas).

Siempre he pensado que esta profesión es un apostolado, una vocación. Si la cosa es no es andar captando datos porque sí para después construir una buena historia. Al menos para mí, es más que eso.

Le encuentro toda la razón a Paz cuando se pregunta que quién escribió la crítica. No sabía que Matías era miembro de un directorio educacional. En fin, el Periodista es uno de los pocos profesionales que, generalmente, no puede ser polifuncional. Más aún si trabaja en un medio.

Ya, prefiero no seguir opinando porque aún no cacho muy bien el tema (y soy mandada a hacer para mandarme carriles)

saludos.

1:11 AM  
Blogger Unknown said...

Bruno. Por la dificultad que presentas para entender la diferencia comercial entre El Mercurio y The Clinic no se si el ajedrez es lo tuyo. El Mercurio, más allá de su línea editorial, es un diario de interés general. En todas las latitudes hay diarios similares con contenidos, que más allá de la línea conservadora o progresista que sostengan, son percibidos como soportes positivos por parte de los avisadores. Entendería que puedas ver a La Nación del premiado Paz como un producto similar, pero The Clinic es otra cosa. Yo la definiría como una revista satírica que alude a la actualidad. Wikipedia la describe "como un medio con una fuerte presencia de humor sexual, muy típico de la reprimida sociedad chilena. Sus principales dardos se dirigen a todo lo relativo al régimen militar, el Partido Comunista, la Concertación, la derecha, la iglesia católica y al poder en general". Todos estos "intereses" la segmentan. Si revisas solo los titulares de esta semana, en la entrevista a Marinakis, a Anita Tijou o a Adanowsky; si lees lo que sus mismos editores llaman el webeo y sus temas "clínicos", pienso que ya deberías entender el punto del grado de segmentación que tiene ese medio. Pero no hay peor ciego...te recuerdo lo que te escribió hace casi un año en este mismo sitio Cristobal Fernandez, en la época que preferías firmar tus artículos como "Inmundabeach":
"El bajo porcentaje de la torta publicitaria que tiene The Clinic no se debe a "intereses personales". Se debe a que el avisador, con el fin de proyectar una imagen de marca determinada, estima que publicitarse en The Clinic sería contraproducente para lograr su objetivo, dado el estilo e imagen del mencionado medio".

10:42 AM  
Blogger Bruno Córdova said...

Señor Arriagada:

1) Enhorabuena ha especificado el punto que le cité anoche, porque de tratarse como lo dijo originalmente, habría incurrido en abierta contradicción.

Entonces, el problema de un Clinic no radica en su línea editorial, sino porque no es un diario de interés general.

2) Por cierto, quisiera citar unas líneas que ha señalado previamente:

"En todas las latitudes hay diarios similares con contenidos, que más allá de la línea conservadora o progresista que sostengan, son percibidos como soportes positivos por parte de los avisadores".

Desgraciadamente, su enunciado no puede hacerse extensivo a la realidad chilena, por cuanto no poseemos un referente progresista de gran diario de interés general.

De hecho, la razón de nuestro debate radica en cierto modo en elucidar el porqué de aquella carencia. Lo anterior, a raíz de la discusión primitiva de la legitimidad de La Nación como órgano del Gobierno.

3) Me parece poco exhaustivo calificar solamente a los intereses de The Clinic como excluyentes, en circunstancias que El Mercurio tiene de editorialista a Hermógenes Pérez de Arce y de columnista a Cristóbal Orrego, sujeto provisto de un derechismo aún más recalcitrante que el del mentado Hermógenes.

¿Acaso el conservadurismo no puede ser un interés excluyente? No, si los avisadores más importantes piensan parecido.

4) El siguiente juicio me parece algo relativo.

"El avisador, con el fin de proyectar una imagen de marca determinada, estima que publicitarse en The Clinic sería contraproducente para lograr su objetivo".

¿Dónde están radicados los objetivos, en el consumidor o en la marca que avisa?

A lo que voy: si el mercado potencial de un producto se ubica en un medio X, pero el dueño del producto se siente complicado por el medio X, el problema no le corresponde al mercado, sino al dueño del producto.

2:13 PM  
Blogger Max Herrera said...

El señor Paz ha realizado una defensa realmente pueril, liviana y femenina por no decir de "yegua loca". La Nación es un diario tendenciosos, sesgado y mediocre. A modo de ejemplo, mientras quedaba la del panadero en el transantiago La Nación titulaba sobre los derechos Humanos, algo con lo que no hay que jugar pero que ese pasquín utiliza regularmente como caballito de batalla para tapar las mediocridades de su mecenas el Gobierno. Le pediría por favor al "Todo poderoso periodista de la investigación" que tratara de ser riguroso. Igual lo comprendo ya que tiene que justificar donde trabaja y su "todo poderoso" trabajo de investigación.
Al señor Córdova le pediría que imprima los comentarios y con lápiz y papel los trate de entender. Muestra una cerrazón mental y falta de argumentos realmente de culto del corte Escalona o Longueira.
Alfredo, es obvio que el Gobierno no publica en La Nación porque quién lee ese diario y lo que es peor quién le cree. Otro tema la entrevista que le realizaste a la dueña de este blog está a la altura del comentario de Carlos Basso a Paz.

Esperando las viscerales respuesta de Córdova y sus yeguas se despide
Max.

6:11 PM  
Blogger Unknown said...

Para los que les interese la conversación que sostenemos con Bruno Córdova creo que hemos dado un buen paso. Prefiero solo aludir una línea argumental, la relativa al conflicto comercial de la línea del The Clinic. Prefiero solo comentar que pienso que las diferencias con los medios que son mejor soporte de avisos van por ambos lados, tanto porque The Clinic es un medio extremadamente segmentado (en este sentido si tuviéramos un mercado más grande la revista tendría más avisos) y por su línea editorial (que explica que diarios similares de otros países como Francia e Inglaterra tampoco reciben al avisador tradicional en sus páginas).
Es importante comentar que justamente la gracia del quincenal es esa jugada línea editorial, eso es lo que explica el éxito que ha tenido entre sus fieles lectores.
Pero me interesa dejar a un lado al quincenal para analizar otro punto que nos acerca de vuelta con el cuestionado aunque premiado periodista Paz: el problema de La Nación. Para mi uno de los efectos negativos de mantener artificialmente a La Nación como un diario eternamente deficitario es que afecta al resto del mercado, entre otras cosas limita las posibilidades del desarrollo de una alternativa de diario progresista. En nuestro país sigue siendo una asignatura pendiente el desarrollo empresarial de una empresa capaz de mantener en el tiempo un diario “de izquierda”. En los últimos 30 años han surgido innumerables proyectos que han tenido como característica común la incapacidad para construir una masa de lectores habituales que les permitiera resistir las represalias con que los ha enfrentado la prensa tradicional. Primero fue Fortín Mapocho, luego La Época, El Metropolitano y recientemente Diario Siete, que se lanzó como diario con el 50% de la propiedad en manos del mismo grupo Copesa.
Otro de los aspectos comunes de estas aventuras ha sido que tras el fracaso sus responsables aducen como justificación que las características del mercado de diarios heredadas del gobierno militar hace imposible la entrada al mercado de alternativas de otro signo ideológico. Ya comenté en esta misma conversación que el ejemplo más claro de que era posible que una empresa nueva se hiciera un espacio en ese mercado fue el caso de Publimetro, la diferencia estuvo en que los casos que han tenido éxito captando avisos previamente fueron exitosos en forma sostenida en la captación de niveles de audiencia significativos.
La otra disculpa de dichos fracasos es que los tres gobiernos de la Concertación, que ha gobernado desde el fin de la dictadura, no han usado la inversión publicitaria estatal para apoyar a la prensa “independiente”: el director de Punto Final se quejó de que “las motivaciones discriminatorias de la empresa privada (en línea con las críticas de mi interlocutor Córdova) no deberían ser válidas para la publicidad estatal ya que al gobierno que reconstruye la democracia debería interesarle fomentar el pluralismo informativo y cuidar de sostener a los escasos medios independientes y críticos que en Chile intentan hacer efectiva la diversidad”. En su reclamo cita el estudio del Observatorio de Medios Fucatel, que establece que de los 8,2 millones de dólares que el gobierno invirtió en el 2005 en prensa escrita (sumando los presupuestos del gobierno central, municipalidades, servicios e instituciones del Estado) un 48% se destinó a los diarios de la empresa El Mercurio y un 29% a los del grupo Copesa, que concentraron por lo tanto, el 77% del total de la inversión publicitaria pública. Aunque en sus mismos reclamos se muestra claramente la debilidad crónica que ha tenido la prensa de izquierda cuando reconoce su tamaño relativo, al decir que diariamente El Mercurio y La Tercera lanzan 600 mil ejemplares a circulación, mientras que la prensa independiente distribuye apenas 5.580 ejemplares de prensa independiente cada día (se refiería a la suma de Punto Final, The Clinic, El Periodista, El Siglo, Le Monde Diplomatique y la ya desaparecida revista Rocinante). “Por cada ejemplar de la prensa independiente, circulan más de 1.000 ejemplares diarios del monopolio ideológico” , reclama olvidando de paso la lógica del avisaje público que llega a los medios no para definir el grado de pluralismo del sistema de prensa sino para alcanzar ciertas audiencias a favor de mensajes de interés público.

7:15 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Para el señor Herrera:

Lo mío no es cerrazón mental, sino la espera de argumentos que me puedan convencer.

Señor Arriagada:

Al igual que usted, soy partidario de que el Estado a través del avisaje público "calibre" en cierta medida los ingresos de los medios y permita el fomento de la prensa independiente. Sin embargo, aquel trato me huele a alimentar al perro con las sobras.

Ahora cito:

"En los últimos 30 años han surgido innumerables proyectos que han tenido como característica común la incapacidad para construir una masa de lectores habituales que les permitiera resistir las represalias con que los ha enfrentado la prensa tradicional".

De acuerdo a lo que señala, efectivamente existen aquellas represalias, las cuales deberían ser contrarrestadas con "lectores habituales".

Un diario de interés general, para competir en igualdad de condiciones, debería ser tanto o más que uno de los dos diarios principales de la plaza: la misma maquinaria, la misma planta, los mismos sueldos. No puede sino partir en grande.

Cuando nació Diario Siete, era una versión reducida de las noticias. No tenían tantos periodistas como para cubrir toda la actualidad y dependían en gran medida de la corresponsalía extranjera. Intentaban disimular los pocos textos y la poca publicidad con grandes fotos. ¿Por qué no podían disponer de más artículos? Por una sola razón: dinero.

Si el avisaje no fuera sesgado, los medios tendrían más dinero para crecer. Si el avisaje no pidiera como condición la "neutralidad" política, no solamente los Publimetro serían rentables.

La Hora (versión late nineties) fue un diario fracasado, pero con una cuota de avisaje que habría envidiado el también fallido Diario Siete. No en vano, el primero duró más que el segundo.

Cito nuevamente:

"Otro de los aspectos comunes de estas aventuras ha sido que tras el fracaso sus responsables aducen como justificación que las características del mercado de diarios heredadas del gobierno militar hace imposible la entrada al mercado de alternativas de otro signo ideológico".

¿Y por qué esto no podría ser cierto? Subestimar esta apreciación me parece algo tan extravagante como la tesis de Hermógenes que versa que las torturas denunciadas por las víctimas de la represión de la dictadura no fueron tales, sino que consistían en ardides deliberados que venían en "manuales de subversivos" donde se detallaba qué-decir-a-quiénes.

Si todos los medios fallidos han acusado exactamente la misma razón como cierta, quizá no estén errados. ¿O acaso ellos también tendrán un "manual del medio de izquierda" el cual les indica que en caso de fracasar deberán todos decir "fue culpa del statu quo"?

No me parece justo tomar aquella apreciacion tan a la ligera. Publimetro tiene éxito, pero a cambio debe demostrar neutralidad ideológica.

The Clinic puede ser The Clinic y no tener avisaje, pero El Mercurio no se avergüenza de Hermógenes ni de (B)orrego y concentra la mayor parte de la torta publicitaria.

Un diario de izquierda nacerá y sobrevivirá en la medida que (1) los capitales no deseen vetarlo negándole el avisaje y (2) le permitan obtener el dinero que lo lleve a capturar más lectores.

8:32 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Para concluir, quisiera insistir en algo que planteé previamente:

Si el mercado potencial de un producto se ubica en un medio X, pero el dueño del producto se siente complicado por la línea editorial del medio X, el problema no le corresponde al mercado, sino al dueño del producto que niega al mercado por sus convicciones personales.

8:35 PM  
Blogger Unknown said...

Varias cosas.
La pregunta que hacía Matías del Río (y que Miguel Paz no contestó) era si acaso se justifica que el estado chileno, que es de todos, tenga un diario tan pero tan partisano como la nación. Para los efectos de la discusión, da lo mismo si del Río es amigo o no de Patricia Matte, si del Río es buen o mal periodista, si del Río es o no un carajo (¿te fijas Matías como salen a flote todos tus defectos por no pensar como se debe?). La Nación efectivamente tiene a veces contenidos de calidad, pero su orientación es, en términos generales, burdamente partisana. Es cosa de mirar los titulares en el día a día, o durante las elecciones presidenciales (en las campañas uno tiene la legítima duda si los titulares son ideados por periodistas de verdad o simplemente salen de los comandos), o recordar cómo buscaban con desesperación "el dato" que pudiera inculpar a Jovino Novoa en el caso Spiniak, así fuera revelando las huellas que tenía el caballero en la espalda o en los testículos.
Por otro lado, el hacernos creer que La nación no pierde plata porque el diario oficial sí gana es un argumento barato, propio de gente como Francisco Vidal: con esa lógica bastaría con meter a Efe y a Chiledeportes bajo Codelco, y todos contentos porque nadie pierde plata. Ridículo.
Por último, y para no latear tanto, lo de Bruno es un despropósito: es cierto que tanto El Mercurio como el Clinic tienen una línea editorial, pero eso no los hace equivalentes. Es verdad que en el Mercurio escribe Hermógenes y su odiado orrego, pero también escriben Squella, Tironi, Lucas Sierra, Carlos Peña, Brunner, el cura Berríos, Patricio Zapata, Max Colodro, Sol Serrano y un largo etcera. Simplemente, el mercurio no es un clinic de derecha: son medios radicalmente distintos, en todo orden de cosas. La izquierda acostumbra echarle la culpa a otros cuando las cosas no le resultan, pero si no tienen un medio de relevancia es simplemente porque no han sido capaces de levantarlo. Un medio de izquierda sobrevivirá si logra tener contenidos de calidad con los que logre lectores y avisadores. Es complicado, pero no tanto.
Atentos saludos

5:33 AM  
Blogger Unknown said...

Bruno. Con el fin del día del trabajo y la vuelta al mismo termino mis comentarios ante este post. Cuántas veces te he explicado que no creo para nada que el Estado tenga que arbitrar recursos para intervenir de manera alguna en el sector de los medios. No hay nada más incompatible al periodismo profesional que aquello. Por favor revisa lo que te escribo antes de despiezarlo y comentarlo. Si un funcionario del Ministerio de la Salud, por ejemplo, usara los recursos que el presupuesto público destina al trabajo de comunicaciones de su repartición para "garantizar el pluralismo" caeríamos en un sinsentido. Qué sabe de él de cuánto pluralismo necesita un país. Eso es propio del populismo autoritario de un PRI Mejicano, de los Fujimori o los Chaves de moda. El presupuesto que tiene el funcionario debe usarlo para publicitar las actividades sanitarias a través de los medios que ya cuenten con audiencias relevantes para su objetivo comunicacional y debe hacerlo a través de un sistema profesional de compra de medios para evitar cualquier tipo de amiguismo o compra por afinidad ideológica. No puedo estar más de acuerdo con tu comentario de que un diario debe partir en grande, pque para eso requiere recursos, muchos recursos, pero no requiere de publicidad "concedida" por un Estado arbitrador. La publicidad va a venir cuando el diario tenga éxito en capturar audiencias. ¿Cómo entonces se puede tener un diario de otro signo? Haciendo un buen proyecto empresarial. Empresarios con ganas de ganar dinero existen tanto dentro del país como fuera de él Aunque sería más fácil levantar un proyecto progresista sino existiera un diario subsidiado como La Nación.

6:57 AM  
Blogger jlarrain said...

Matias, te admiro por tu estomago en escuchar tanta idiotez. Paz y otros que se sumaron no toleran que un Del Rio Covarrubias (muchas rr segun el post de un resentido anonimo) pueda escribir contra un diario que hace en forma permanente una apologia del resentimiento social. El solo titulo del post de Paz lo resume todo "el problema de llamarse matias del rio".

Tampoco pueden tolerar que no seas el tipico momio Pinochetista y buscan otra forma de atacarte ya que nunca torturaste a nadie y de lo que me acuerdo de cuando eras pendejo eras simpatizante PPD.

Paz ademas nos cree idiotas a todos agregando una S.A. a la sociedad de socorro mutuo del grupete que se apodero de nuestros impuestos. Varios posts dejaron claro la disimulada deshonestidad de Paz.

El diario en cuestion si lo leo porque un socio, aun concertacionista, esta suscrito y a la hora de ir a defecar me encanta reirme un poco. He leido multiples joyas de este gran medio que alberga a tantos premiados. Recuerdo un articulo donde acusaba a la Camara de la Construccion de estar haciendo colegios para educar mano de obra barata para sus empresas. Recuerdo la campaña sistematica contra Jovino Novoa y luego contra Sebastian Piñera.

Me acuerdo sin embargo de la columna que le censuraron a Felipe Bianchi en esa voz de las minorias. A continuacion la reproduzco.

Columna cesnsurada en diario financiado con nuestros impuestos

"Chupasangres y Explotadores" (carta abierta al compañero Escalona)
Por Felipe Bianchi

Esta columna debió se publicada en La Nación domingo del 27 de agosto. Pero la censuraron. Su autor, Felipe Bianchi trabajó 15 años en El Mercurio y 5 en el Mega. ¿Lo censuraron alguna vez por esos lados?, le preguntamos. "Nunca, jamás, lo juro. Esta fue mi primera vez. Y dolió"

Es simpática y emotiva la lucha de clases, compañero, pero la verdad es que está un poco añeja. Seamos francos: suena remota, antediluviana. No parece un discurso muy brillante ni muy sustancioso a estas alturas del cuento. Hasta resulta un poquito antiestético. Aparte, ya no le viene a la Concertación. Si las cosas no fueron desde un comienzo por ese carril no es ahora, cuando la izquierda lleva años chapoteando en las ideas del libre mercado, el momento de recuperar la lógica de los obreros contra los patrones.

Suena tan absurdo y caricaturesco como pensar que los mineros de La Escondida son unos tipos de camisas abiertas y picotas en la mano. Por favor. Han pasado ya muchos trajes Armani bajo el puente, muchas vacaciones en Cachagua, muchos viajes a Europa, muchas ONG, muchas productoras de cine, muchos institutos de estudio o de crecimiento personal, muchos almuerzos en el Fournil, muchas casas en Chiloé y en Tunquén, muchos negocios con Cuba y con México, muchas bufandas y calcetines rojos (de marca) como para que la izquierda salga ahora con este numerito, compañero.

Es cierto que también es bastante ridículo que la derecha salte aterrada ante la posibilidad de que usted, Escalona, sea el Altamirano de los nuevos tiempos. Darle peso, consistencia, espesor y reciedumbre a un par de palabritas bien o mal usadas es como mucho. Mucha forma y poco fondo, digo. Balas pedidas. Miedo excesivo.

Bueno, todo ha sido excesivo en estos días. Qué lata estar desenterrando a cada rato, a ambos lados de la vereda, los fantasmas del '73.

Compañero conseglieri: la cagó no más, qué quiere que le diga. Dio el pie para los aullidos, las quejas y los lloriqueos del enemigo. Aparte, eligió el peor momento: a horas de la reunión de la Presidente con los empresarios. Los obligó a todos a dar explicaciones. ¿Y qué ganó? Nada. ¿Por qué? Porque no había nada que ganar.

¿Imagen pública? Las pelotas. Al revés. ¿Cambiar el tema? Tampoco. Al ratito volvimos a escuchar los majaderos análisis de la supuesta ingobernabilidad en que estamos inmersos. Hasta el interior del PS se engrifaron con su arrebato.

¿Cuál es el problema, dice usted? ¿El tipo de lenguaje? ¿La descalificación? ¿La oportunidad? ¿La irresponsabilidad partidaria? ¿La arrancada de tarros? ¿El que no sepa perder y se haya picado con el "pobrecito" Allamand? No, todo eso es paja, si me perdona el exabrupto.

Para mí el problema es otro, compañero. El problema es que se echó como 30 años encima. Se alejó varios escalones (escalones-Escalona) de lo que se está conversando en las calles, en las universidades y en las casas. Mientras usted sigue hablando en una suerte de arameo, por acá, por el mundo de los de a pie, el tema de los empresarios y los trabajadores tiene que ver con otras cosas, con otros problemas. La guerra se acabó hace rato. Los guevones chupasangre y explotadores, obviamente, siguen existiendo. Pero son los menos. Y además importan poco, ideológicamente hablando.

Los problemas ahora son otros: la movilidad, las barreras de entrada, los subsidios a los más chicos, la escasa meritocracia, la falta de renovación de los grupos económicos y de quienes los dirigen, el inmovilismo, la rigidez social, la famosa paridad con las mujeres, la relación de progreso con ecología. Problemas que tienen que ver con un solo tema: el cómo entro. No el cómo le pego a los que ya están adentro.

Va por ahí la cosa, compañero. Y tanto a usted como a los de la otra verdea se les pide lo mismo: limpieza de métodos, reglas claras, igualdad de oportunidades. Con eso nos basta. Lo otro es oportunismo, como decía Gumucio.

Revise la lista de los grandes empresarios chilenos de la actualidad. Hay dos cosas que llaman poderosamente la atención: la gran mayoría hicieron la plata ellos mismos, en una generación, y casi todos son extranjeros o descendientes de extranjeros. Incluso varios no son ni siquiera de derecha. El mapa de antes se borró hace rato. La antigua aristocracia castellano-vasca ya no tiene poder en este país. La derecha conservadora ya no controla el parlamento ni la sociedad. La iglesia casi no pincha ni corta. Ya han pasado dos décadas desde la maldita dictadura.

Estamos en otro país, compañero. Hace rato. Y si sigue habiendo chupasangres y explotadores, a estas alturas la factura habría que pasársela a la Concertación. Ojo con los autogoles.

1:11 PM  
Blogger Miguel Paz said...

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6:18 PM  
Blogger Miguel Paz said...

Estimados:
Agradezco todos sus comentarios, incluidos los de aquellos a los que les cuesta debatir sin entrar en caricaturizaciones.
Nada más quisiera insistir que en el caso de Matías del Río sí era necesario el "disclosure" o "disclaimer". No porque haya conflicto de interés en que realice labores sociales, o porque él defienda un modelo educativo o porque abogue por la privatización de La Nación. El problema es que al OMITIR su vinculación con la Fundación Astoreca -que recibe apoyo de la SIP entregando su "know how" educativo al sitio web de la Fundación- Del Río cae en falta porque su argumentación se lee como una simple excusa para atacar el "mal gusto" del tono en que es tratado un tema que le toca personalmente. NO he buscado hacerle daño a Fundación Astoreca o desacreditar su labor. Mi único objetivo al develar su vinculación con Astoreca ha sido hacer visible el lugar desde el que escribe Del Río y aclarar algunas de sus afirmaciones.

10:09 AM  
Blogger jlarrain said...

Paz no escondas la mano con que arrojaste la piedra. No se trata de caricaturizar sino que de hacerse responsable de lo que escribes. El que uso caricaturas fuiste tu al momento de titular la columna y pretendes terminar el debate con tu ultimo post luego de leer algunas contundentes respuestas como la de Alvaro.

Intentaste decir que Del Rio no fue honesto al ocultar que es miembro del directorio de la fundacion Astoreca. Del Rio aclaro debidamente que la SIP no tiene relacion con la Fundacion Astoreca por lo que no cayo en la mas minima falta.

El que cayo en muchas faltas y muy burdas fuiste tu por lo que tus acusaciones se te devuelven como boumerang. Dices que a algunos le cuesta debatir sin caricaturas. Veamos si es cierto. Quiero tus respuestas a lo siguiente:

1.- Afirmas que La Nacion S.A. se financia sola y distribuye ganancias entre sus dueños. Acusas a Del Rio de Omitir la pertenencia a una fundacion. No estas maliciosamente confundiendo los hechos por el simple mecanismo de agregar un S.A. a tus palabras? Que cantidad de cosas omitiste con ese S.A. ? Para empezar que La Nación, teniendo el 1% de lectoría y circulación recibe el 10% de la publicidad estatal Segundo: El diario La Nación es dueño del 100% del Diario Oficial, medio en que es obligación realizar ciertas publicaciones y que cobra tarifas monopólicas. Quien, siendo empleado de la Nacion omite datos importantes y convenientes ?

2.- Presentas a La Nacion como el medio que publica y cuenta cosas que Capital no hace. Publica la denuncia de la señora de Ibañez y temas de derechos humanos ... y un largo etcétera.

Te pronuncias sobre la intervencion del Gobierno en su Linea Editorial? Es que no existe ? No te dio asco la censura a la columna de Felipe Bianchi ?

2:01 PM  
Blogger feña said...

oiga jlarraín, ¿desde cuando el mercado le da credenciales morales a la gente?

Es cierto que personas como Von Hayek estaban convencidos de que el mercado, la mano invisible, eran la mano de dios. Pero me imagino que era una manera de decir nomas, para qué nos entusiasmamos tanto con esto de "SI TIENE AVISAJE, DEBE SER DE CALIDAD".

5:42 PM  
Blogger tabano said...

Al margen de que la mentada columna de Bianchi es bastante mala -sobre todo esa pose simpaticona de liberal cool enterado, que descalifica como añejo lo que no le agrada o no entiende o no le conviene entender-opino que el hecho de no publicarla sí fue un acto de censura.
Cada cierto tiempo, la historia de Chile se gasta bromas como ésta. Si mal no recuerdo, un antepasado de Felipe Bianchi, un tal Eliodro Yáñez, ese sí un liberal de tomo y lomo, (tío de otro tal Álvaro Yáñez Bianchi, alias Jean Emar) cofundó y dirigió La Nación en su etapa más gloriosa. Diez años que se interrumpieron abruptamente en julio de 1927 cuando la empresa periodística fue incautada por la dictadura de Ibáñez, que transformó el diario en el vocero del gobierno. Hasta la fecha.

Tal vez llegó la hora de devolverle La Nación a sus legítimos dueños: los Yáñez, los Bianchi o lo que queda de ellos... Aunque pensándolo bien, en vista y considerando los vástagos, quizás La Nación termine convirtiéndose en un periódico deportivo como El Gráfico.

Mejor que no.

2:57 AM  
Blogger tabano said...

Corrijo: Álvaro Yáñez Bianchi (Juan Emar) era hijo de Eliodoro Yáñez, no sobrino. Sorry.

3:06 AM  
Blogger Citizen Almeida said...

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11:29 AM  
Blogger Unknown said...

No es por ser majadero (esto ya lo dije en un post en otro artículo), pero va al caso explicar por qué el Estado tiene participación en La Nación S.A., la que aunque mayoritaria, cede la dirección de la empresa a los socios privados.

La Nación intenta quebrar un duopolio -como puede, muchas veces de mala forma- y así enfrentar el vendaval editorial de EM y LT, creo que con más que sobrado derecho (sino esos dirían lo que quisieran), logrando abrir temas valiosos: DD.HH., prácticas empresariales reñidas con la ética y la ley, medio ambiente, y otros temas de política internacional.

El Diario Oficial es clave para garantizar el conocimiento de la ley y las actuaciones jurídicas de sus ciudadanos (aunque lo bypassen las mineras, y El Mercurio insista en que las publicaciones que ahí se realizan se puedan hacer en cualquier diario de circulación, como por ejemplo... El Mercurio). De no exisitir y de no ser estatal, no habría garantías que asegurasen los derechos inherentes a los actos que deben ser publicados, produciendo, en la dispersión de publicaciones, trampas, engaños y tretas leguleyas (muchas de las que actualmente usan las mineras al no sentirse obligadas a publicar únicamente en El Diario Oficial), perjudicando los derechos de terceros.

Y finalmente la imprenta Puerto Madero asegura el acceso de cualquiera a los medios físicos para publicar (porque dónde creen, que se imprime, por ejemplo, The Clinic).

Por último, un anécdota que retrata a Matías del Río, que lo cuento aunque no tenga nada que ver con el tema. Cuando trabajaba en La Hora (y era competencia de La Segunda)se hizo una votación acerca del personaje del año (1998). En mis funciones, me tocó llamar a diversos personajes para que dieran su opinión. Uno de ellos fue Nicanor Parra, quien desde Las Cruces me pidió el fax del diario para dar su veredicto. Mandó uno de sus corazones ofreciendo un corazón, con un texto que lamentablemente no recuerdo pero que daba por personaje del año a Sola Sierra (fue el año en que detuvieron a Pinochet). Feliz, se lo mostré a Del Río (mi jefe), quien lo miró con desdén, y dijo "no, no va con el formato de la votación, no cabe". Quedé frío, le argumenté que el tipo era candidato al Nobel, que si ganaba uno de sus obras, por chica que fuera, estaría en el diario, etc. Nada. El mono lo pegué en un corcho bien visible del diario y un mal día desapareció.

11:31 AM  
Blogger Citizen Almeida said...

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11:33 AM  
Blogger Unknown said...

No es mi intención escribir anónimo, pero desde que google se compró este sitio, no cacho cómo firmar. O sea, Ismael es el segundo nombre de Andrés Almeida, o sea yo.

11:38 AM  
Blogger Glock said...

Jajaja! Idolo, Miguel Paz. Y escribes bastante mejor que el Coco.

7:27 PM  
Blogger Uno Poniente said...

Ismael,
Tú dices que el estado tiene "sobrado derecho" de tener un diario para competir al duopolio. Sin embargo, no lo argumentas, no das razones. Y aún suponiendo que eso sea cierto -cuestión muy discutible- ese diario debería ser del estado y no del gobierno de turno; o sea, debería estar al servicio de todos los chilenos y no de intereses políticos serviles. El supuesto "derecho" del estado a tener medios de comunicación es válido sólo si cumple con las mínimas normas de ecuanimidad que la nación, a todas luces, no cumple.
Salud

8:26 AM  
Blogger Citizen Almeida said...

Caturro:

una de las razones por las que el Estado tiene derecho a tener empresas, incluso en un modelo subsidiario, donde está minimizado, es para regular monopolios, es decir, para asegurar que dos gatos se lleven todo para la casa y vendan lo que quieran. Basta con eso.

No se tus grados de inocencia, pero las distinciones entre Estado y Gobierno, sólo las puedes encontrar en los libros de derecho constiticional, y en el caso de los medios de comuniciación, más se nota ¿o me vas a decir que te crees eso de la autonomía de TVN? Tal vez la BBC se salve, pero hay que ser inglés para eso.

11:19 AM  
Blogger Uno Poniente said...

Andrés,
Es que si no se hace para cumplir tan loable objetivo sino para servir ciertos intereses políticos, es mejor que no se haga. En todo caso, como ya se ha dicho aquí, la nación termina siendo irrelevante por su misma condición de diario del gobierno de turno.
Y, aunque no me gusta TVN, me parece que 24 horas tiene algo más de independencia que la nación, y eso lo valoro.
Salud

11:54 AM  
Blogger feña said...

entonces es un problema de 'excelencia periodística', y no de principios.

12:24 PM  
Blogger Uno Poniente said...

Feña,
Dije al principio "suponiendo que eso sea cierto". A mi no me gusta que el estado tenga medios de comunicación, pero si los tiene -como es el caso- lo mínimo es exigirles que si no lo quieren vender lo administren como la gente: sin perder plata (que al final ponemos todos, aunque sea con el iva de la cerveza como dijo alguien) y sin estar al servicio de ciertos intereses políticos.
Salud

1:01 PM  
Blogger Unknown said...

Demás está decir que no creo en la idea de que a mayor cantidad de fuentes informativas mejor servido estará el público. Para mi eso es un mito que ciertos periodistas han construido alrededor del concepto de "interés público". Un economista me aseguraba que no hay ningún trabajo serio que demuestre aquello. Del punto de vista de la competencia en el mercado, que muchos pretenden defender, es una afirmación ideológica, por más que intuitivamente tenga mucha lógica. Son de esas frases plausibles que les gusta "declamar" a los abogados, que las dicen con voz grave. Según mi experiencia, el mundo de los diarios no muestra ni de cerca (agradecería ejemplos, por favor)que la atomización favorezca el desarrollo profesional de medios de un sector.
¿Está garantizando algo el gobierno manteniendo una La Nación deficitaria crónica? En la práctica como lo hace tan mal no equilibra para nada el supuesto "duopolio", hasta los suecos de Publimetro han hecho más por aquello. Lo que si resulta de esa mantención artificial es que se limita el espacio para el desarrollo de un buen proyecto "progresista". No hace mucho cerró Diario Siete (no es secreto a voces que sus dueños se lanzaron porque esperaban el cierre de La Nación). Cuánto tiempo lleva sin concretarse el proyecto Le Monde. La mejor crítica a la existencia de La Nación la firmó el novio del año, Pablo Ditborn, gerente del The Clinic que tanto emociona a nuestro entusiasta Bruno. Él ha sufrido la existencia de un medio estatal que, por más que le entregue bonos por "ganancias" al premiado Paz, afecta mucho más a la prensa alternativa que al duopolio que con suerte nota su existencia. Ninguna comunidad requiere una cierta cantidad de diarios, basta con un Estado que garantice que exista libre entrada. Esto no es más que exista la posibilidad de que un tercero entre al mercado, pero solo si es capaz hacer un producto más eficiente y atractivo, no con ayuda de subsidios especiales. Quién todavía cree en periodismo gubernamental.

8:44 PM  
Blogger Citizen Almeida said...

Caturro,

todos los diarios sirven a intereses políticos (los de sus dueños) y está bien que así sea, y eso, a veces, no se contrapone con los "loables objetivos" que mencionas (¿o te compraste la idea de que política es sinónimo de maldad?).

Eduardo,

Tu incredulidad fundada en una conversación con un "economista" (quién, qué postula, cuáles son sus preceptos) tiene una validez igual a cero.

Tus argumentos no funcionan ni por lógica ni por autoridad. Es como si yo dijiera que la variedad de platos que sirven en un restaurante no es un indicador de su calidad, que eso es un mito que crearon los proveedores para vender más vegetales y carnes, porque me lo contó un chef cuyo nombre omito (porque o es un don nadie o porque lo inventé). Mal

Después preguntas "¿está garantizando algo el gobierno manteniendo una La Nación deficitaria crónica?" La respuesta es sí. Está garantizado que será publicada y registrada una serie de abusos empresariales que nunca LT y EM van a cubrir, así como otros temas incómodos.

Te concedo el punto sobre los límites que LN pone a la aparición de un diario "progresista". Es posible. Pero tal vez La Nación puede ser ese diario progre que aún no tercia en el mercado. La gente de la Concertación se queja amargamente de que no tienen medios, sin ver que ese diario, con un proyecto innovador y autónomo, podría convertirse en el referente que se espera (hasta se le puede cambiar el nombre).

Después mencionas al gerente del Clinic. Mi estimado, él puede criticar todo lo que quiera a LN, pero no puede imprimir en otra parte que en Puerto Madero (de LN S.A.) ¿o crees que lo podría hacer en las imprentas de EM o de COPESA, sin perder autonomía?

Y, al final preguntas si alguien cree en el periodismo gubernamental. Bueno, en un país como Chile en el que los empresarios están altamente ideologizados, conforman un oligopolio y no tienen límites para cometer abusos laborales, qué quieres que te diga.

Salud

1:20 PM  
Blogger Uno Poniente said...

Andrés,
No, no me he comprado la idea de que política sea sinónimo de maldad. Simplemente espero de un diario que nos pertenece a todos un mínimo nivel de imparcialidad. Simplemente porque se supone que nos pertenece a todos, no a unos pocos. La nación no es un diario pluralista ni mucho menos: es el diario de un sector del gobierno. Es todo. Ocupar recursos públicos para servir a determinados intereses políticos se llama corrupción aquí y en la quebrada del ají.
Y no sé si te transmití la inocencia, porque tu esperanza en que la nación ahora sí, después de 17 años, después de 4 gobiernos, ahora si que se va a transformar en el gran medio progresista que estábamos esperando es una idea, por decirlo suavemente, algo peregrina.
Un último punto: la crítica nunca ha sido a la imprenta ni a la nación SA sino al diario la nación, si he entendido bien.
Salud

1:46 PM  
Blogger Nada said...

Este post tiene tantos comentarios que hay que contribuir a que sea una marca imbatible.

Dos preguntas, burdamente inocentes, que todo defensor de La Nación debería poder responder:

1)Si el 2010 Sebastián Piñera logra convertirse en presidende de la República ¿sería legítimo que La Nación se dedicara a consagrara la mayor gloria de Tatán y a atacar a la caída Concertación, a los sindicalistas y a los subversivos de tanta minoría desagradable que hay por ahí?

2)Si en el caso de la televisión, buscando garantizar el pluralismo informativo se estimó conveniente una composición pluralista de su directorio (que el Senado no lo sea es otro cuento) ¿por qué ese argumento no es aplicable a La Nación?

Otra cosa. A quien tenga la intuición de que en las razones de Eduardo puede haber algo de cierto, pero ningún encanto, le recomiendo La Guerra de Galio, de Aguilar Camín. Allí hay un buen ejemplo de cómo se puede controlar la prensa multiplicando el número de diarios.

4:56 PM  
Blogger Citizen Almeida said...

Aprovecho de responder a Caturro y Pablo Julio a través de las preguntas de este último:

1) Si Piñera es presidente el 2010 hay razones más que de sobra para preocuparse, tanto más importantes que lo que haga La Nación. La concentración del poder político y el económico sería una tiranía insufrible que el tema que nos convoca sería un pichiruche. Pero, para no escabuir el bulto, lo que habría que hacer es transformar el diario de gobierno en un diario público. Desde luego que no es lo óptimo que La Nación sea del Gobierno, como no es óptimo que haya un duopolio, y ambas condiciones han condicionado la realidad de la industria, pero tampoco, Caturro, puedes llamarle a eso corrupción, porque ya te han explicado que La Nación no recibe un peso de fondos públicos.

2)Tu segunda pregunta te la respondes sólo. No puede usarse un modelo como el de TVN porque el Senado no es representativo. Punto. Ahora, si la preocupación es por el pluralismo, todos sabemos que este no se da en cada medio (o muy poco) sino en un conjunto de medios en el que cada cual hace su aporte.

Lo anterior lo aprendí en la sacrosanta Universidad Católica, por lo que la tesis de ese Aguilar que la contradice me parece seductora, pero sólo ha quedado enunciada.

7:05 PM  
Blogger Citizen Almeida said...

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7:06 PM  
Blogger Unknown said...

Andrés. ¿Dame un ejemplo de un país con un buen sistema de prensa que siga tu ideal?, ¿de verdad crees que The Clinic no se podría imprimir en Copesa? Seguramente no leíste la única entrevista que dió el dueño de ese grupo. Pero en el caso que tengas razón, porqué se necesita mantener en forma deficitaria La Nación para contar con una imprenta pública como Puerto Madero. ¿Tu crees que a una imprenta le viene bien financiar las pérdidas de un medio deficitario año tras año?. No veo ninguna necesidad de mantener juntos al Diario Oficial, a La Nación y a Puerto Madero. Si cada uno es necesario que vayan al Parlamento como entidades públicas que son y argumenten cada uno por sus presupuestos, en forma transparente. El control que hace La Nación de las prácticas empresariales es pobre, además nadie se entera. A mi lo que me irrita es que con las pérdidas acumuladas de La Nación, que pueden superar ya los diez mil millones de pesos, sólo en los gobierno de la concertación, me entere por este Blog que el premiado Miguel Paz además recibe bono por las "ganancias" de su empresa. Al menos eso se entiende de la frase que se despachó al final del post que estamos criticando: "los que están preocupados por el uso de sus impuestos para financiar el diario pueden estar tranquilos porque La Nación S.A. se financia sola y distribuye ganancias entre sus dueños y trabajadores". Aunque quizá, para tranquilidad de contribuyentes como los que estamos pagando en estos dìas los impuestos, Miguel Paz no se considere un trabajador de La Nación S.A.

7:18 PM  
Blogger Unknown said...

Pablo, por favor no te tientes en transcribir la tesis del maravilloso libro de Aguilar Camín para que Andrés entienda el punto, quizá se anima y lo lee...

7:21 PM  
Blogger Uno Poniente said...

Andres,
Al menos admites que la nacion deberia ser un diario publico mas que un diario de gobierno, algo es algo. Aunque supongo que si tatan, o quien sea de derecha, lo ocupan en su momento para sus propios intereses politicos, lo consideraras como normal y aceptable (no te vayas a comprar el cuento que la politica es sinonimo de maldad).
No puedo dejar pasar otro punto. El diario la nacion pierde plata, el resto son tinterilladas. Con tu logica, como dijo alguien, metemos a los trenes con codelco y efe resulta ser una empresa exitosa y rentable. No contentos con eso, le daremos a sus ejecutivos bonos de productividad.... no se si reir o llorar. Como sea, no resiste ningun analisis.
Por otro lado, el solo hecho de ocupar un ente publico, pierda o gane plata, con fines politicos es y sera siempre corrupcion: se ocupa algo que nos pertenece a todos para beneficio de unos pocos.
Salud

7:01 AM  
Blogger Nada said...

Andrés, aquello de que "Si Piñera es presidente el 2010 [... ] lo que habría que hacer es transformar el diario de gobierno en un diario público" es de un brillo centelleante. Nada que diga podrá opacarlo ...

Respecto de TVN, claramente hacemos una evalución muy distinta. Cuando se ha descartado la infantil idea de que su directorio sea una suerte de asamblea que represente a todos los estamentos de la sociedad, rápidamente se concluye que su nominación por el senado es lo correcto.

11:37 AM  
Blogger Citizen Almeida said...

Estimados:

1) No sé de sistemas de prensa ideal, pero sí se que el chileno es uno de los más concentrados. Además no creo que el análisis se enriquezca mirando referentes, sino más bien estudiando la casuística chilena. En ella, se explica y justifica la existencia de La Nación, el resto son sermones.

2) Sí, creo que a The Clinic le sería muy difícil publicar en COPESA, pese a la entrevista que le dio a su dueño (o tu crees que ese fue un gesto de lealtad y alianza estratégica).

3) Respecto de la pérdida de plata de La Nación, eso no es materia del gobierno, sino de la junta de accionistas, y el directorio está comandado, por si no sabían, por los socios privados. Por lo mismo, ni LN, ni el Diario Oficial, ni Puerto Madero tienen que ir a ley de presupuesto.

4) Si la concertación no resuelve bien cómo hacer el cambio de mando, allá ellos. Poco me importa, pero si tuviera que aconsejarles, les diría que arreglen el tema antes de dejar de ser gobierno. En eso, no tengo ningún cartuchismo, la política es poder, y sólo constato que la derecha haría lo mismo que han hecho todos los gobiernos desde que La Nación fue fundada: usarla.

5) Pablo Julio. El debate puede ser áspero, pero no mala leche, tu edición sobre mis dichos de Piñera son francamente inaceptables. Dije que si sale Piñera habría cientos de temas más relevantes de preocuparse que La Nación, y que yo pensaba, en lo personal, que lo que habría que hacer es buscar la manera de que LN sea un diario público y no de gobierno, no a la medidad de las circunstancias (cambio de gobierno), sino como la mejor medida posible. Perdona si lo dije a pito de Piñera, pero la verdad es que no me siento todos los días a pensar qué hacer con La Nación, se me ocurrió ahí mismo.

Y por último) respecto de TVN, nadie puede decir que sea un buen canal y que sea público. Su estatuto anula toda oportunidad de generar un medio decente, y la prueba más fehaciente de ello es su tibieza editorial y sus contenidos paupérrimos que en nada se diferencian de Megavisión o Chilevisión.

3:40 PM  
Blogger Nada said...

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5:42 PM  
Blogger Nada said...

Andrés, más honesto que cuestionar mi edición -que sólo recorta una desviación del tema- es reconocer que tu propuesta fue simplemente un error.
No lo harás, porque, aunque no lo has dicho, pareces partir del supuesto de que un medio público debe compensar los desequilibrios de poder: si un sector controla muchos medios, entonces los medios públicos deben alinearse con el otro sector. Con esa lógica estoy en total desacuerdo. No sólo porque se justifica en una visión maniquea de la sociedad, sino porque traiciona el sentido de lo público. Así como las plazas, los hospitales o Carabineros, un medio público no es de unos u otros, sino de todos. De Tomás Moulian y de Ricardo Claro. No puede ponerse a favor de uno para atacar al otro, porque se debe a ambos.
¿Criticas a TVN porque se parece a los otros canales? Yo aplaudo a TVN porque con su éxito ha llevado a los otros canales a intentar parecerse al canal público.
Gracias a su equilibrio informativo -tosco, muchas veces, pero equilibrio al fin- ha establecido la vara con que se miden y califican los sesgos de los otros. Ignoro si fue la intención original, pero TVN ha sido un ejemplo de cómo evitar los excesos partidistas en un sector que no se puede regular sin atentar contra la libertad de expresión.

La respuesta a posturas audaces son otras posturas audaces. Las especulaciones contrafactuales son riesgosas, pero sólo intenta adivinar la conducta que hubiesen tenido a comienzos de los 90 la Megavisión de Claro u La Red con Melnick si no hubiese habido una alternativa equilibrada donde pudiesen refugiarse las grandes audiencias.

5:43 PM  
Blogger Unknown said...

Andrés, la ignorancia respecto a otros sistemas de prensa, que dignamente reconoces, explica en parte lo maniqueo y sobreideologizado de tu postura. Para mi nuestro sistema es suficientemente complejo, similar al de sociedades desarrolladas. Su tamaño y variedad está condicionado por el tamaño de la población y la economía como por ese bajo desarrollo cultural promedio. Se trata de medios ligados a grupos económicos y a un importante actor estatal en la televisión. El futuro del ejercicio del periodismo profesional parece estar garantizado por la competencia creciente que se da entre actores relativamente equilibrados en los diversos soportes. En el sector de la prensa hay dos grupos relevantes -el grupo Mercurio y el grupo Copesa, que además de diarios tiene revistas y un grupo de cuatro radios-; en el sector televisivo hay otros cuatro actores significativos: el canal estatal, el de la Universidad Católica, Chilevisión de Piñera y Mega de Claro, que además suma a un diario económico especializado y un grupo de revistas. En la televisión por cable el 87% del mercado lo tiene VTR, empresa donde tiene participación de un 20% el mismo Claro aunque, como se demostró en el episodio de MTV, el control lo tiene la empresa de capitales norteamericanos, Liberty Media. En el sector de radios se está formando otro conglomerado importante alrededor del grupo español Prisa. Junto a estos grandes medios se encuentran otros actores menores, un medio escrito estatal más bien nominal, otros actores menores en la prensa periódica y en el sector de radios, algunos con cierto grado de influencia como la radio Cooperativa.
Sigo esperando que justifiques porqué es necesario que los chilenos nos veamos privados de las utilidades de la imprenta Puerto Madero como del Diario Oficial. No se porqué justificas que esos recursos vayan a financiar el déficit crónico de La Nación e incluso se transformen en un bono por "utilidades" para el premiado Paz. Lo que menos entiendo es tu entusiasmo por la participación privada en La Nación S.A. Sabes que el gobierno militar inventó aquello como una forma de sobrevivir la transición gracias a que estaba equitativamente repartido entre empresarios ligados tanto a la derecha, el centro como la izquierda de nuestro país. ¿Qué gracia le encuentras?

9:57 PM  
Blogger Uno Poniente said...

Andrés,
Sería un gusto que respondieras a las preguntas sin sofismas. Si la Nación pierde o no plata es problema de los accionistas, y los accionistas -en el fondo- somos todos. Por eso sí debe importarnos el hecho que el diario la nación pierda plata que pagamos todos con nuestros impuestos.
Y es verdad que todos los gobiernos han usado la nación. Pero el hecho es que ese criterio no es suficiente para justificar: es una mera constatación. Aquí nos estamos preguntando si ese uso que el gobierno de turno hace de la nación es o no legítimo. Con esa lógica, tampoco deberíamos escandalizarnos con chiledeportes, o con efe, o con MopGate, o con tribasa: total, ha sido siempre así, qué más da.
Salud

12:11 PM  
Blogger no@no.cl said...

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1:46 AM  
Blogger Citizen Almeida said...

Pablo Julio:

me da lo mismo si estás conforme o no con la composición de la propiedad de los medios de comunicación. A mí me parece nocivo y pernicioso, y me parece que está bien que exista La Nación hasta que eso cambie, por un claro sentido de lo público: evitar el oligopolio. Además, lo público no es esa mamonería de andar diciendo por ahí que los Carabineros son de todos. No. Perfectamente sabemos a quién sirven y a quienes no la policía. Ejemplos hay miles. El agua, que es pública pero que la "administran" empresas privadas. En fin, para qué voy a seguir con ejemplos que demuestran que lo público en verdad no es de todos, sino de los que pueden acceder.

TVN es un pésimo canal de TV y al respecto no hay nada que decir. Ahora, si para tí es fabuloso que el resto de los canales busquen a su Rafa Araneda, bien por tí. Yo le agradezco a San Guchito los períodos en que he tenido cable.

Eduardo:

Tu saber me ha dejado anonadado. El único problema es que para el que se haya dado la lata de leerlos, la conclusión sigue siendo que Chile tiene un sistema de medios sumamente concentrado, cosa que ya dijimos (menos mal que este debate no ocupa papel, por lo del calentamiento global, digo yo). De todas formas tus datos los conoce cualquiera y contradicen tu tesis (la complejidad de la estructura de propiedad de los medios de comunicación).

Dices que sigues esperando tu tajada de lo que corta Puerto Madero, y que estás en contra de que su junta de accionistas haga lo que quiera. Entonces preocúpate también por TVN, que tampoco entrega un miserable peso al fisco. Tanto LN como TVN tienen por política reinvertir sus utilidades (ambos en 2004, no tengo datos más actualizados cortaron US $ 4 millónes).

La diferencia es que el holding de La Nación financia con ello un diario, mientras que TVN le paga la operación de papada a Julio César Rodríguez, el lifting a Carcuro, el solarium a Solabarrieta, el siquiatra a Jorge Hevia y las pensiones de Julio López Blanco.

5:24 PM  
Blogger Nada said...

Andrés, por las preferencias que me atribuyes, sospecho que no has notado que existe una gran diferencia entre lo que uno quiere hacer y lo que tiene derecho hacer. Si no la ves, no vale la pena discutir.

10:18 PM  
Blogger Unknown said...

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8:53 AM  
Blogger Unknown said...

Andrés. El hablar de corrido sin contenido es habitual entre un grupo de deportistas como también en adictos a las luces. Lo que me sorprende saber es que en tu caso puede ser consecuencia de una original opción verde. ¿Cómo llegaste a asumir el calentamiento global como incompatible con el análisis de los datos?. Para plantear comentarios es sano que superes esa tirria que te genera el papel. Conversemos en serio.
Porqué no me planteas un modelo que consideres interesante para tener un espacio de análisis. ¿Tenemos mayor concentración proporcional que otros países teniendo en cuenta el nivel educacional, el tamaño del mercado, etc.? Creo que el valor de verlo en términos comparativos es que evita asumir la mera ideología como hábitat. De verdad jamás he esperado tajada alguna de Puerto Madero, lo que me complica es que ciertos recursos públicos se usen en un déficit crónico de un medio que en la versión 2007 además hace mal su pega. Así como no creo que una mayor cantidad de señales de TV mejorarán nuestra pantalla, tampoco veo el sentido de mantener a La Nación.
Qué te parecería que se defina por presupuesto estatal un mercado de fondos públicos relevantes concursables en favor de proyectos mediales de calidad que complementen y enriquezcan lo que está al acceso de los diales y kioscos locales.

12:21 PM  

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