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Fashion Victims
Por Tanto Gusto
Lisboa (BuscoAlgoBarato Press/Agencias) Mira, antes que nada, primero que todo, ¿quién es uno para andar juzgando a la gente? ¿quién es uno para decir qué es cuerdo y qué no? ¿dónde está el límite? ¿cuál es la línea? ¿la frontera? ¿el hito? Yo te lo diré. La frontera es mi paciencia: me tiene harto el cuento de Maddie. Ya sabes querida que a mí los párvulos no me provocan particular simpatía (no te lo tomes personal, tu pequeño Murdoch es adorablemente silencioso), pero no por eso me voy a alegrar de que le sustraigan los hijos a la gente. Mi hastío no es con la niña, es con el espectáculo montado alrededor. Es con la foto repetida hasta el asco, con la mancha del ojo transformada en logo, con las giras europeas de dos ingleses de buena facha lamentándose de una tragedia que ellos y los medios han transformado en una Oenegé propia, rotativa con elementos de culebrón venezolano y bronceado permanente.
Algo me disgusta de esta historia de gente guapa que pierde a su hija en la playa mientras come en un restorant del resort. ¿Será que no me gusta la estética resort? ¿qué los ghettos veraniegos de noreuropeos en los países del sur tienen algo sórdido, algo de borrachera barata? ¿será que el mundo está lleno de cajas de leche y cuentas de luz con el rostro de niños perdidos feos y sin prensa? ¿será que la chica es demasiado linda como para que todos no nos condolamos más y queramos que tanto dolor solidario SE NOTE, se publique a tres columnas incluso del otro lado del mundo? ¿será que hasta la desgracia ajena puede llegar a ser un signo de estatus en la nueva cartografía del estrellato solidario, de la lástima planetaria por la mala pata del rico, del famoso o lindo (Britney, Lindsay)? Un dolor abstracto y lo suficientemente trendy como para que Mirna Schindler haga un reportaje en plan Reportera del Crimen de bajo presupuesto y David Beckham se saque la foto gratis (sin Posh Spice, que seguro hubiera cobrado). Me da escalofríos la competencia de las telefónicas europeas por ver quien dona más y con más bombos y la gira permanente de los McCann en una suerte de conferencia de prensa global, con recepciones con autoridades paneuropeas que deben temblar de solo pensar que si no reciben a los MacCann quedaran como malos y pérfidos en un mundo lleno de gente tan buena.
Tuyo
TG
10 Comments:
La foto de la supuesta Maddie en Marruecos ha interesado mucho más a los medios chilenos que a los británicos. Portada hoy en LUN y comentario obligado en matinales, pero apenas breves en el Guardian o el sitio de la BBC. Quizás sea porque somos los ingleses de Sudamérica, ¿no?
TG siempre con la palabra justa...
Ok, es cierto todo lo que dices, pero también lo es que la niña se perdió (¿la mataron, la secuestraron, quién fue?) y hasta hoy no se sabe nada de ella...
Bueno, pero TG dice que su mala onda no es con la pobre cabra, sino con el circo montado alrededor. Concuerdo con él.
Ahora, a lo mejor estoy loco, pero creo que la clave es la foto. Hay algo en la expresión de la niña en ese primer plano que tiene un cruce entre Benetton y grabado cristiano.
Su mirada no es 'inocente', ni está 'asustada' ni expresa alguna emoción clara. Está en blanco. A lo más expresa curiosidad.
Se le ven los dientes, pero no está sonriendo. La piel le luce blanca pero podría ser el flash.
Lo que sugiere la foto es algo así como 'asombro'. O curiosidad.
Ella nos estudia a nosotros.
En todo caso, no creo que la imagen justifique o sea el origen del circo. Creo que calzó perfecto con un montón de circunstancias del momento, y con un miedo que -parece- es súper propio de gringos/ingleses/franceses y dice relación con ese mito de los tipos que van a turistear a un país 'salvaje' y se topan el horror en pleno resort, justo en el corazón de su suite.
La historia de Madeleine es como la rata disfrazada de perrito o la laucha en la botella de cerveza: es un mito urbano encarnado.
En ese sentido es perfecta para su explotación, porque es un drama humano básico, sin aristas políticas (como fue la detención de Pinochet) o sociales (O.J. Simpson) que pierdan sentido para otros países. Es un drama que se explica y entiende en dos líneas.
Me extendí, pero es que a mí me interesaba el caso por otro lado y porque -al igual que el autor de la augusta crónica que nos convoca- no me deja de fascinar que mi señora madre se horrorice frente al televisor viendo los despachos sobre Madeleine cuando en su ciudad hay pendejos que desaparecen o son maltratados a diario sin que se le mueva un pelo.
Una vez más...
Al fin Tanto Gusto!!! que quieres que te diga, el drama de Maddie me recuerda esa extraña mezcla que se da en los funerales de Melon City (mi terruño)donde el evento se transforma en la ocasión para figurar, no pocas veces he visto a familiares peleados a muerte, luchando por el glamour que da la pena negra frente al féretro o a la amiga desconocida lamentandose en exceso para parecer una heredera oficial.
Marisol, no creo que seamos los ingleses de Sudamérica. Somos los belgas de Sudamérica. En pocos países como en Bélgica y Chile la pedofilia está más enquistada en el poder político.
Basta ver la conducta de parlamentarios (hoy en la cárcel, pero no todos), políticos en general y lo que es peor, jueces de alta investidura que llevaban escolares de jumper a sus oficinas.
Para qué hablar del enclave nazi-pedofílico de Villa Baviera, visitado durante décadas por el Mamo Contreras, Pinochet y altos jueces, uno de la Corte de Apelaciones todavía en ejercicio (!). Enclave protegido por Carabineros y una red de funcionarios judiciales, además de varios políticos que los defendieron hasta que los hechos se hicieron indesmentibles.
En Villa Baviera desaparecían niños todos los años, los violaban y les lavaban el cerebro a vista y paciencia de millones de personas que no hicimos nada por ayudarlos, a pesar de las denuncias, tomadas en cuenta solamente por la prensa opositora (Cauce, Apsi, Análisis, Hoy y todas esas revistas que no supieron "adaptarse" al mercado, como andan diciendo por ahí los darwinistas del periodismo chileno). Busquen una sola portada de LUN, La Tercera, La Segunda o El Mercurio denunciando la desaparición de estos niños. No hay ninguna. Sabíamos que esto NO era un mito urbano. Lo vergonzoso es que la total impunidad de que gozaban estos señores, violando el imperio de la ley y la soberanía territorial, era defendida por conocidos e influyentes abogados NACIONALISTAS.
Nuestras autoridades democráticas demoraron harto en tomar acciones efectivas por detener este paraíso de la pedofilia. Avergüenza reconocer que tal vez ni siquiera lo hubieran hecho si no es por la presión del gobierno alemán, con su amenaza de cortar las millonarias ayudas en asistencia técnica y financiera.
Pero ahora nos tranquiliza la conciencia seguir el caso de una niña inglesa que desapareció allá lejos, en Portugal. Un caso horrible sin duda, pero no más horrible que Villa Baviera, Paul Schäffer, Lavandero, Spiniak, Sakarach, varios curitas nunca tocados por la justicia y una larga lista de nombres que tal vez nunca llegaremos a conocer. Gracias a ese desconocimiento seguirán desapareciendo y siendo violados niños y niñas que nunca saldrán en la primera plana de LUN.
Lo de Maddie tiene varias aristas, pero hay una a la cual no se resiste nadie...el morbo de "la noticia deseada" ..¿y si fueron los papás?
Angelica, realmente creo que te vas muy lejos en tus comentarios y que en Chile te limitas a El Mercurio, Capital, Navia, La Tercera y la revista Caras. Por ejemplo, nunca has hablado de la prensa alternativa o independiente, salvo para criticarla... Nada tienes que decir, por ejemplo, de la revista El Periodista y su última portada, donde toca el tema de la UNIACC y las becas Valech (www.elperiodidta.cl). me gustaría que debatamos sobre el punto, sin una mirada peyorativa y viendo si no hay una prensa buena en el país y que ignoramos o no comentamos porque tenemos estrechez de mente o de bolsillo.
Yo si, leo esa prensa y creo que lo hace bien. Casi sin recursos, a ratos, tiene mejor pluma que las capitales y las quepasa, que concentran avisos y menciones de los demás periodistas. Me gustaría que los quioscos volvieran a tener a los planb y a los rocinantes, a las analisis y apsis, en fin, tantos medios que desaparecieron y contaron mucho anes cosas que los otros callaron
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