YO ACUSO




Finalmente lo hizo y ha provocado reacciones furiosas. El lunes el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, le condonó la pena de cárcel a Lewis “Scotter” Libby. El ex alto asesor de la Casa Blanca había sido condenado en marzo a dos años y medio de cárcel, por mentir y obstruir las investigaciones en el caso Valerie Plame.
Por razones de seguridad en Estados Unidos es delito dar a conocer los nombres de los agentes encubiertos de la CIA, sin embargo, curiosamente después de que su marido, el ex diplomático Joe Wilson, acusara a la administración Bush de manipular los informes de inteligencia para promover la guerra contra Irak, el nombre de la agente Valerie Plame se filtró a los medios cuando el columnista Robert Novak, lo dio a conocer. Ante eso se inició una investigación judicial que terminó con Libby, ex jefe de gabinete de Dick Cheney, acusado no de haber filtrado el nombre sino que de perjurio, es decir de mentirle a un jurado sobre sus conversaciones con periodistas sobre la identidad de Valerie Plame.
El caso ha sido el episodio político-mediático de los últimos años y ha contado con testigos estelares de ambos mundos como Karl Rove, Bob Woodward o la detestable Judith Miller.
Después de algunos meses de especulaciones sobre qué haría al respecto, esta semana Bush le conmutó a su cercano los 30 meses en prisión, por considerar el veredicto excesivo, por lo que el hombre de confianza de Cheney solo deberá pagar la multa de 250.000 dólares y pasar dos años en libertad condicional, lo que comparado con la pena anterior no es nada malo.
Los demócratas han respondido enfurecidos ante la decisión de Bush. El candidato Barack Obama por ejemplo, aseguró que la medida "afianza el legado de una administración caracterizada por políticas cínicas y divisorias. Una administración que se ha colocado a si misma y a su ideología por encima de la ley”.
Sin embargo, por intermedio de Amaro Gómez-Pablos, llegué al enfático y caradura comentario del conductor de MSNBC, Keith Olbermann quien pidió con todas sus letras las renuncias de Bush y Cheney. Vale la pena ver los 10 minutos de arenga y en los que aparecen citados una serie de referentes periodísticos como Emile Zola, Edward R. Murrow y el caso Watergate. No se lo pierdan, es una crítica demoledora contra Bush y cia.
Aquí una trascripción de parte del discurso de Olbermann.