El medio blog

Un medio dedicado a los medios.

Tuesday, August 01, 2006

Hermógenes no pasa de moda (o se busca columnista de derecha)

Podrán discutir si es más o menos rigurosa que la Enciclopedia Británica pero nadie puede reclamar que Wikipedia no es completa si hasta Hermógenenes Pérez de Arce, tiene su lugar ahí. De acuerdo a la información de la enciclopedia on line, en enero el abogado cumplió 70 años, de los cuales se ha pasado cuarenta y cuatro escribiendo en el Mercurio. Felicidades para él y para el diario que lo acogió de potrillo.
Pese a ser un dinousaurio de la columna, o quizás por eso mismo, el señor Pérez de Arce no parece estar ni cerca de la jubilación y al contrario está más pop que nunca. Sigue formando parte del consejo editorial del diario y mantiene su columna de los miércoles, que habitualmente es la que mayor cantidad de comentarios recibe en el blog mercurial. Ahora último también se ha vuelto común verlo firmar con gran despliegue y anuncios en portada los domingos en el Cuerpo D. Hace dos semanas dio su visión de la salida de Andrés Zaldívar del gabinete. El último fin de semana el suplemento incluía las habituales de Lavín y Peña y una de Roberto Mayorga, que merece una mención aparte porque pide o profetiza algo la llegada de un tipo de líderes muy curioso: “Que reúnan en sí un conjunto de virtudes, como las destrezas técnicas de un Hernán Büchi o un Nicolás Eyzaguirre, el racionalismo kantiano de un Carlos Peña, pero que sobre todo se distingan por la grandeza espiritual de un Alberto Hurtado” (si alguna vez un enguaje tal llega a materializarse en la política chilena, por favor corra por su vida).
Junto a ellos estaba Hermógenes analizando la caída de la popularidad de Bachelet en la encuesta CEP: la última de una serie de apariciones que ha hecho en el suplemento cada vez que pasa algo más o menos grande y que empezó antes de la llegada del nuevo director del Mercurio, por ahí por las presidenciales, cuando hizo de collera de Carlos Peña al comentar a los candidatos para la segunda vuelta.
Es probable que las apariciones de Hermógenes tengan algo con la necesidad de “marcar” a Peña, que aunque en los últimos meses se ha puesto un poco monótono, para más de alguno se había convertido en lo más interesante del suplemento.
También con la popularidad del propio Pérez de Arce que en los últimos años ha pasado de ser considerado odiosamente extremo a ser reivindicado como un genio de la columna y mago del sentido del humor, aunque sigue siendo igual de extremo y defendiendo a Pinochet incluso después de conocer el informe Rettig, Valech, las cuentas del Riggs y las últimas denuncias de narcotráfico (aunque la fuente sea I see dead people, cualquier cosa es verosímil a esta altura). Connotados concertacionistas han confesado como un placer culpable que en el fondo les gustan sus columnas. Mientras tanto, Carlos Peña le presenta un libro, el Clinic lo entrevista y le pide que escriba para el especial dedicado a Parra y Julio César Rodríguez lo invita a su programa para hacerle las mismas preguntas que le han hecho otras tantas veces (¿verdad que en su casa manda su señora?).
De puro extremo y tozudo, Pérez de Arce se ha convertido en un excéntrico y aceptarlo como en la prueba máxima de pluralismo. En el reino de la corrección política y la buena onda, su desparpajo se nota. Al mismo tiempo, Pérez de Arce es el más columnista de todos los que aparecen en las páginas de los medios, porque es de los pocos –sino el único- que no se dedica deportivamente sino que profesionalmente y casi con dedicación exclusiva a eso, lo que el da una cuota de libertad que otros no tienen.
Pero si bien Pérez de Arce pareciera tener muchos lectores no está claro cuál es su grado de influencia. Aunque en sus columnas en el Cuerpo D, trata de ser más analítico que militante, tanto así que la del domingo, donde recalcó que las encuestas son una foto del momento y no más, estaba casi moderada y eso no es lo que andan buscando los que lo siguen.
Es cierto que el año pasado el columnista logró reunir en CasaPiedra (o alguien las reunió por él) a mil y tantas personas que lo idolatran, lo quieren o se sienten interpretadas por él, pero habría que para cuántos, además de los participantes en esa comida homenaje, sus opiniones son una referencia a tener en cuenta y realmente las toman en serio.
El problema de todo esto, y que también explica la vigencia de Hermógenes es sencillamente que no hay otros. Si ya es difícil encontrar gente capaz de manejarse con relativa soltura en el formato de la columna, encontrar uno que más encima sea de derecha es para partirse la cabeza. Pregunten en los medios si no.
Claro, hay una serie de personajes como el mismo Hermógenes o Alvaro Bardón que pueden ser irreverentes, pero ya a esta altura, un poco predecibles. Tampoco hay muchos Tironis o Enriques Correas en la derecha, es decir tipos que desde su postura sean capaces de analizar los hechos sin incendiarse tanto. Eso explica, por ejemplo, que César Barros en el último año y un poco más se haya transformado en el “elitólogo de Chile. César Barros y por qué la élite prefiere a Ratzinger, César Barros, la elite y el Opus Dei; César Barros y por qué a la “tribu” le gusta o no le gusta Piñera; César Barros, los empresarios y Velasco y César Barros analista de la elite y la delincuencia porque fue testigo del robo a la joyería en el Parque Arauco. Como escribe bien y es capaz de reírse un poco, la Qué Pasa sabe que le apuntó y le está sacando cuanto partido puede. También David Gallagher cuando escribe de actualidad (y no de los viajes) o Héctor Soto, aunque da la sensación de que él es uno de esos personajes que la derecha no reconoce como suyos porque los encuentra demasiado liberales y moderados. En cuanto al columnista Joaquín Lavín, puede que se ande independizando de la UDI, pero después de verlo durante años en una permanente campaña presidencial promoviendo hasta reparticiones de tenedores va a costar bastante más tiempo creerle la pose de analista, ¿o a nadie le llamó la atención leerlo el domingo en El Mercurio?
Hay otros, no es necesario tocar todos los casos, lo dejo a gusto del consumidor, pero no son demasiados los que se destacan y mucho menos hay algo así como una generación de recambio. Juan Carlos Eichholz siempre trata de dejarlos contentos a todos. Harald Beyer no era el más entretenido pero sus columnas eran interesantes porque hablaba con datos y no era pura opinología. No obstante desapareció del Mercurio cuando se metió al comité de profesionales de la campaña de Piñera.
Alfredo Jocelyn Holt, que escribe en La Tercera y Qué Pasa, es inclasificable y al liberal de Lucas Sierra tampoco sabría en qué parte del espectro político ponerlo (supongo que eso es porque acá la derecha es liberal en lo económico y conservadora en las cosas valóricas, la Concertación e izquierda viceversa y la derecha liberal o no existe o no tiene mucha presencia) por lo que no los incluyo entre los de derecha aunque sean buenos columnistas.
Mientras, la Concertación aunque tampoco tiene para regodearse, si cuenta con los suficientes para haberse tomado con éxito las páginas de los diarios. Bueno, malos o regulares, hay varios instalados. Tironi se consagró años atrás con su Faúndez, Ascanio Cavallo, Patricio Navia, que últimamente anda obsesionado con destruir al actual gabinete, Cortes Terzi, otra vez Peña, los Clinic (Gumucio, Fernández) más otra tropa de de gente que aunque no escribe de temas contingentes dejan ver para donde van. La contraparte cultural de la derecha en el género de las columnas sería ¿quién? No sé, la Consuelo Aldunate y Vasco Moulian, que se ganó el premio limón por sus textos sobre niños en la revista Mujer.
En esta sequía influye el hecho de que ser de derecha no es algo popular, por lo que, salvo los más duros, pocos lo andan gritando. Quizás eso explica que los columnistas de esa tendencia sean fomes: no tocan temas contingentes sino que escriben desde otro planeta y aunque ahora se meten con la Bachelet, se cuidan mucho para referirse al popular Lagos, porque pueden caer mal.
Para qué hablar de cuando se trata de su propio sector: cuando finalmente se atreven a abordarlo o dicen obviedades o se van por las ramas, cosa entendible si se tiene en cuenta cómo reacciona la gente de la Alianza cuando alguien se va de lengua. Vale la pena recordar cómo le fue a Allamand años atrás dijo en una entrevista en la revista El Sábado que la Alianza estaba en crisis y que la candidatura de Lavín no andaba bien. Se incendiaron. O a Cornejo, Zalaquett y De la Maza usaron la palabra dictadura y hablaron de caras nuevas y modernización en la UDI. Los dos primeros todavía están pidiendo perdón, los que supuestamente los apoyaban desaparecieron y a De la Maza lo mandaron al refrigerador.
En ese escenario, el medio que la tiene más difícil es El Mercurio. Su competencia directa, La Tercera, ha adoptado un perfil más liberal algo así como somos de derecha pero moderados y acá caben todos. Mientras, no creo que El Mercurio haya renunciado a ser un medio con una línea de derecha más bien conservadora. Un diario así, con buenos columnistas, mucho más sentido del humor y una oposición que no va de guatapique en guatapique sería entretenidísimo, más todavía para quienes no comparten la línea porque metería ruido y daría para pelear y pelar. El problema es que la derecha y los suyos contribuyen muy poco con ese proyecto.

24 Comments:

Blogger Marisol said...

El único columnista "de derecha" con humor es uno que tuvieron un rato en el Cuerpo D. No recuerdo su nombre: en la foto sonreía y usaba suspensores. Lo vi por última vez hace unos meses. ¿Dónde está?

En todo caso, querida Angélica, como que lo que falta en los diarios no son columnistas de política, tengan el tono o la tendencia que sea. ¿Por qué aquí nadie puede escribir con profundidad y actualidad sobre ecología, géneros, relaciones humanas, freakonomics... calidad de vida, en definitiva? En el Guardian, los columnistas de política son minoría. Y es ¡the world's best paper! según mi opinión, que da igual.

8:52 PM  
Blogger Angélica Bulnes S. said...

En principio compro completamente el comentario de la Marisol y agradezco que alguien se tome la molestia de leer esa eternidad y màs encima comentar. Pero al final creo que el acercamiento a todos los temas que estas pidiendo pasa un poco por la polìtica o la postura ideològica. El Guardian toca muchos temas, pero es un diario bien polìtico.
No sè quien es el de suspensores y quedè metida.

9:17 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Angélica:

El éxito de Hermógenes no radica en su sentido del humor ni a una genialidad determinada. Sólo obedece al hecho de vivir en una época en la que está de moda rendirle culto a "lo feo".

Muchos de los que somos adictos a Hermógenes tenemos esa cosa exclusiva-excluyente de "hacer lo cool, pero igual nos reímos un rato de lo no cool".

En resumidas cuentas, nada muy diferente al culto a René de la Vega y toda la horda de Nostalgia Kitsch o el culto al Divino Anticristo.

Por ello, unir los conceptos de "valoración" y "Hermógenes" no es más que utilizar palabras elegantes para hacer políticamente correcto el hecho de que en el fondo de nuestros corazones muchos nos burlamos de sus rancias, necias y tozudas convicciones.

PS: Lo mejorcito en columnistas de derecha es Juan Carlos Eichholz. No me cabe la menor duda.


Marisol:

Todo eso que ha descrito se reduce a la política, por cuanto esos asuntos son materia subordinada a ella. Por lo tanto, necesitamos comentaristas políticos asumiendo la "diversificación" de las aristas políticas más allá de los juegos por el poder.

Por otra parte, en el blog de Patricio Navia hay un texto que publicó para Capital (apropiada para quienes no estamos interesados en gastar por esa revista: en ese caso, mejor comprarse una Gatopardo), sobre cómo ser un columnista a partir de su propia experiencia.

Bruno C.

10:29 PM  
Blogger Bruno Córdova said...

Sobre lo de Navia: No digo que sea bueno o malo... Sólo es un buen material para discutir.

Bx

10:31 PM  
Blogger Marisol said...

"Política de cuneta" como dicen los Fiskales Ad-hok. Claro que lo relacionado con calidad de vida es política, y para qué decir lo subversivo que puede ser un columnista que expone abusos anónimos en el trato social más simple. El problema es que para que lleguemos a entender eso nos falta mucho. Confieso que, gustándome la dinámica partidista, estoy cada vez más chata con que los pensantes de este país crean que pasarse dos semanas analizando los resultados de una encuesta nos llevará a algún lado interesante.

Angélica, leerte es un agrado. Nunca se hace largo.

1:28 AM  
Blogger Asu said...

Una vez el Pato Navia me dijo: "Si eres columnista, debes provocar algo".
Y creo que Hermógenes eso lo hace muy bien, porque genera reacciones.
A Carlos Peña lo leo con distancia, porque es muy Alvearista y sabemos que el Mercurio del domingo es muy influyente para tirar líneas sobre Su Gran Candidata.
Bien César Barros, escribe como hablar, es divertido y conoce gente y de ahí saca ideas.

12:01 PM  
Blogger www.unidadpopular.cl said...

Han leido las poesías de Navia en su blog. Uno podría pensar que podrían ser versos seudo intelectuales o inclinados peligrosamente hacia una especie de prosa politizada. Para nada. Son de amor.
Marisol: fue un placer leer tu entrevista a Margot Loyola. La mejor lectura de ese domingo. Mejor que cualquier columna.

1:13 PM  
Blogger Angélica Bulnes S. said...

Editor de criticones:
Gracias por el comentario, pero espera un segundo. Si mal no recuerdo (y si lo hice me equivoqué)nunca hablé de columnistas de izquierda sino que de columnistas de derecha y columnistas de la Concertación. Me parece que todos los que mencioné, es decir, Tironi, Cavallo, Gumucio, Fernández, Navia, etc. caen en esa última categoría. Ahora si la Concertación es de izquierda, centroizquierda o solamente de una derecha más moderada de lo que habitualmente entendemos por "la derecha", es otro tema. Eso y saludos.

2:58 PM  
Blogger Gonzalo Maza said...

Hermógenes es otro bicho raro más de la cada vez más extrema fauna local. Para poder llegar lejos, para ser "reconocidos", debemos hacer un personaje. Ser reducibles a un high concept, una cadena de palabras cuyo significado final puede ser atractivo.

Columnista-facho-pero-divertido, sería Hermógenes. Mauricio Israel, por ejemplo, y él mismo lo ha dicho en entrevistas, hace unos cinco años era un comentarista-de-fútbol-nada y hoy es un comentarista-de-la-realidad-desbocado-y-facho. Es curioso, pero en Chile agregarle el mote de "facho" a alguien todavía tiene atractivo para la gente (mal que mal, esta es la entrada más larga de la Coneja). En otras partes la sola idea de que alguien sea "facho" es repudiable, pero acá todavía tiene el tufillo de, qué se yo, "si es facho me imagino que tiene plata". "O la tuvo".

En fin. Solo quería decir que en rigor, Hermógenes es divertido (a veces, porque en general es ofensivo) pero sus columnas están sobrevarolaradas. A mí no me iluminan ninguna realidad: me la ocultan. Son un egotrip, cada una de sus palabras son un culto de Hermógenes a la personalidad de Hermógenes. Son agotadoras. Me producen la misma curiosidad de los evangélicos que gritan en las calles los días domingo. No es una curiosidad muy duradera.

Y no me vengan con cosas: la calidad de una "pluma" está directamente vinculada con aquello que esa "pluma" escribe. Forma y fondo, insisto, no son separables como el pan y el queso.

5:04 PM  
Blogger Julio Osses. said...

Ser facho es y será repudiable, Gonzalo. No te preocupes.

Una vez entrevisté a Armando Uribe y me dijo que en Chile todo el mundo es facho hasta que no demuestre lo contrario. ¿Y la Concertación?. Uf. Espero que ser bacheletista no termine significando haber cambiado el Venceremos por el Venderemos (...lo dice alguién que votó por ella y la defiende, ojo....).

¿Y Hermógenes...?. ¿No es la Maldonado sin falda?.

Este blog está muy bueno, Angélica.

Gracias por poner estos temas.

5:50 PM  
Blogger Julio Osses. said...

Me siento ajeno, lejano, al punto de vista agresivo e intolerante de Daniel con la opinión ajena, pero ciertamente le pondría todo el pino a defender su derecho y el de Angélica, Marisol, Bruno o quién sea, a expresar lo que considere necesario decir.

Eso, creo, es algo que un facho no haría. Por eso me cansan los fachos.

Saludos.
El PPT (Progre Tolerante Posero).

10:45 AM  
Blogger Julio Osses. said...

¿O PTP...?.

10:48 AM  
Blogger Alfredo Sepúlveda said...

No sé si el problema sea "ser facho", lo que sea que eso signifique. Creo que Uribe, como cuenta Julio, da una definición buena de ser facho.
El problema es que HPdA juega en otra división, una más fácil. Es fácil destacar diciendo que a Hitler los rusos no le respetaron los derechos humanos cuando tomaron Berlín, sobre todo si uno tiene "buena pluma", que HPdA tiene.
Pero otras firmas de derecha tratan de hablar en serio, y la tienen más difícil si las comparamos con don Hermógenes. Eichholz, sin ser santo de mi devoción, intenta hacerlo en serio. Se me ocurre que Bardón sí tiene puntos en serio, desde una perspectiva de derecha, y logra expresarlos con cierta, digamos, aunque no estoy seguro del término, gracia. Es bien repetitivo eso sí.

11:31 AM  
Blogger Bruno Córdova said...

Estimado Daniel:

Varios de nosotros somos lo suficientemente prejuiciosos como para otorgarle autoridad a Gonzalo Vial.

Deseamos una solución al sistema educacional, pero sin el tedio de soportar al sedicioso Mister Plan Zeta.

Bruno C.

8:08 PM  
Blogger Gonzalo Maza said...

Bueno, pasa acá y pasa en todas partes. Aprendí que la mejor manera de prender la mecha en los comentarios en un blog es escribir la palabra "facho". Porque es una palabra ciertamente despectiva, media anticuada, cortita como la punta de una flecha. Facho.

Bueno, como fui yo quien la puso en la colación del recreo, quizás sea bueno que me haga cargo.

"Facho" es una manera poco tolerante de nombrar a los intolerantes. Es una cucharada de su propia medicina. Por lo tanto, no hay que engolosinarse demasiado en usarla: como bien anota Daniel Huerta, cuando dice que repudiar a alguien por "ser facho" es una actitud algo "facha". Lo es, definitivamente. No es una palabra para levantar banderas enarbolándola. Es medio riesgosa... pero también útil para describir personajes como don Hermógenes.

Para mí, "facho" son los valores e ideas que promueven la supremacía de una raza (o grupo social, o nación) sobre otra y defiende la expresión de acciones violentas de esos valores.

Los fachos son provocadores, y muchos apuntan que un buen columnista debe ser provocador. Lo dice Patricio Navia en la última Capital. Pero discrepo: no creo que Ann Coulter sea una gran columnista por propugnar que los "liberales odian a Dios y a America", o que las viudas de 9/11 que no apoyaban a Bush eran una aprovechadoras. De hecho, es tema de debate en EEUU si ya es bueno de dejar de darle tanta pelota a expresiones fanáticas como esa, que levantan polvareda pero finalmente anulan el debate.

Porque gente como Hermógenes o la señora Coulter o Rush Limbaugh están en el negocio de esconder los verdaderos debates. No les acomoda que las cosas las conversemos y busquemos en conjunto aquello que es mejor para nuestros destinos. No somos dueños de esos destinos, parecen decir en sus bravuconadas. Sus expresiones manifiestan cierto mesianismo, cierto desprecio por quienes no tienen su educación o condición social. Disfrutan con la paradoja de que la misma democracia que desprecian les da espacio y atención y les aviva la cueca para que sigan diciendo las tonteras que dicen.

Por supuesto, allá ellos. Pero no me vengan con que son grandes columnistas. Quizás lo único interesante de sus miradas sea cierto inconformismo perenne, cierta disconformidad con los otros propia de los excéntricos. Hermógenes & Cia son finalmente un espectáculo más de las industrias de la entretención. Cuando El Mercurio le da más pelota, vuelve a manifestar su desprecio por la realidad y el debate democrático. Escuché el otro día que ya habían invitado a tres nuevos columnistas al Cuerpo D: El Flaco Dinamita, Pamela Jiles y Paulina Nin. Quieren armar un espiral de ego-trips, de arriba hacia abajo.

9:30 PM  
Blogger Gonzalo B said...

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1:19 AM  
Blogger Gonzalo B said...

El éxito de Ann Coulter también responde a un clima social en que el análisis burdo y el humor despectivo de colegio hacia blancos fáciles (en este caso, musulmanes, el partido Demócrata, gente que critica la guerra en Irak, etc.) cuenta con un mercado cautivo. Como todas las modas, eso se va a acabar cuando Estados Unidos despierte de la pesadilla de Bush (quien tiene unos índices de aprobación de apenas 30 por ciento) así como por simple cansancio. La oferta radial tiene muchos nombres de comentaristas pro-Republicanos (Coulter, Limbaugh, O´Reilly, Hannity, Savage, etc) pero todos dicen lo mismo, al igual que el equipo de gente que les escribe sus columnas.

A pesar de todos los estudios que se puedan hacer, Ann Coulter sigue siendo autora de libros best-seller y son muchísimos los diarios que distribuyen su columna. Hace un tiempo atrás, uno de mis columnistas favoritos, Ted Rall (www.tedrall.com) también criticó a las viudas del 9/11, pero como su influencia es menor y el tipo es de izquierda, muchos medios cedieron a la presión para rescindirle el contrato. Mientras el clima de histeria anti-terrorista no cambie, el facilismo de Coulter va a ser rentable.

Lo de Pérez de Arce, a mí parecer, es distinto, porque el tipo ha venido cultivando lectores por décadas. Fue sólo recientemente que Gumucio lo describió como "el mejor columnista de Chile" (o algo así) y un público más amplio se fijó en él, pero para entonces ya contaba con muchos lectores fieles.

A mí no me caben dudas que el tipo escribe bien, pero por otro lado viene publicando la misma columna hace años y lo único que cambia es la fecha. La razón por la que creo que destaca es porque publica entre un mar de mediocres o aburridos. Un poco de humor o algo semejante (por ejemplo, el llamar a sus lectores "feligreses") lo distingue inmediatamente de las fomedades de Tironi o Brunner, una reflexión pomposa de Hopenhayn o los comentarios repetitivos y sobre adjetivados de Lemebel.

En EEUU, por cada Coulter tienes un Stephen Colbert, Jon Stewart o un Rall. Por el lado más serio, tienes a Paul Krugman y quién sabe cuántos más. Es cierto, el mercado es más grande, pero eso no explica el que en Chile se publique a tanto columnista fome. Lo que se necesita es saber buscar nueva gente e incluso en blogs me he topado con personas que escriben mejor que tipos con tribuna en la prensa.

1:22 AM  
Blogger Jorge Enrique Díaz Pérez said...

Cuando estaba en la U (Portales) me tocó conocer a Hermógenes. Hacíamos Negro en el Blanco (un programa de Sergio Riesemberg que transmitía UCV los domingos) y nuestra invitada era Patricia Verdugo. Fuimos hasta su oficina en Providencia (en mi vida había visto tantos libros) y le grabamos su pregunta.

Se trata de un tipo serio, inteligente y, quizás lo más importante de todo, convencido.

Tal como dices, parte de las falencias de la derecha, es descuidar este aspecto. El tener un francotirador de peso como Pérez de Arce, pero con otro rifle claro está.

Saludo,s

11:08 AM  
Blogger Bruno Córdova said...

Insisto en mi teoría, el culto a Hermógenes Pérez de Arce proviene de una tendencia muy arraigada en este último momento: el culto a "lo feo", "lo indeseable" o "lo impresentable".

Para muchos quienes nos consideramos adeptos a sus columnas, lo leemos porque nos parece "curioso" que alabe cosas que nos parecen "impresentables". Mero placer kitsch.

Por ello, cuando ciertos progres endiosan la pluma de Hermógenes lo hacen para hacer políticamente correcto el placer culpable, porque en el fondo ellos (como muchos de nosotros) leemos un punto final esbozando una sonrisa burlona.

Bruno C.

2:54 PM  
Blogger Julio Osses. said...

Que agradable análisis, Maza. Tan completo. Un lujo.

"(...)Sus expresiones manifiestan cierto mesianismo, cierto desprecio por quienes no tienen su educación o condición social. Disfrutan con la paradoja de que la misma democracia que desprecian les da espacio y atención y les aviva la cueca para que sigan diciendo las tonteras que dicen(...)".

Estoy ciertamente por desmitificar el concepto de facho. Por utilizarlo, por debatirlo. A mi las columnas de Hermógenes me parecen muy, muy fomes, pero a la vez les reconozco el mérito de un correcto ejercicio de retórica. Estos franotiradores reaccionarios son como un actor que encontró su personaje. El que les sale mejor.

Como lo predecible en los comentarios del Padre Hasbún. No los vas a ver cambiar el fondo. Tampoco variar la forma. Le dan a sus lectores el mismo chiste con distintos protagonistas, todas las semanas.

Si los tomas en serio, cumplen con su deber. Si los tomas DEMASIADO en serio, pueden llegar a ser incendiarios.

¿Por què?.

Por que son fachos.

Intolerantes.

Y esa es una realidad pesada y evidente como el elefante del zoològico. Que aunque la disfracemos, la neguemos, está allí.

Facismo. Fundamentalismo. Un mundo raro y turbio que los años de apagón cultural ayudaron a fermentar como moho en un subterráneo sin ventilación.

Y lo siento mucho por quién resienta el uso "liviano" y ausente de culpa de la palabra facho.

Si siembras vientos, cosechas tempestades.

Si te comportas como facho, si opinas como facho, si censuras como facho, me siento con derecho a pensar y expresar mi más profunda sensación de que eres, sin lugar a dudas, un facho.

(...Y tal vez, a mucha honra. Who knows?).

8:59 PM  
Blogger Alfredo Sepúlveda said...

so un fascista.
Benito Mussolini

10:40 AM  
Blogger hachedete said...

A mi juicio, esta suerte de revival de HPdA como comentarista no sólo obedece a la escasez de alternativas, sino que también a una atávica tendencia de nuestro establishment político, en orden a folclorizar ciertos personajes cuyas posiciones, por extremas o encendidas, de otro manera no tendrían cabida en el cuadro general. Algo parecido le ocurrió a Gladys Marin en los 90... Lo de HPdA es una gladymarinización necesaria dada la marginalidad de su personaje.

12:15 PM  
Blogger Sebastián said...

Hermógenes es un mal necesario. En tiempos en que las derechas y las izquierdas tienen su frontera cada vez más diluida, en que apoyar a Pinochet está entre lo más políticamente incorrecto que hay, y en que los que votaron por el Sí se sonrojan cada vez más cuando lo confiesan (si es que lo confiesan), Hermógenes vendría siendo algo así como el único enemigo. En el ámbito de lo público (cómo estuve) él es el último facho (me permito usar el discutido término), y eso lo hace necesario para muchos. Bueno, el último junto con la Paty Maldonado, sólo que uno es más caricaturesco que otro. ¿Cuál? Eh, todavía no sé bien.

8:55 PM  
Blogger Leon Bloy said...

Me permito meter la cuchara y llamar la atención sobre un tema del inicio de este post. La falta de columnistas que pongan en los diarios la visión de mundo propia de la derecha, cualquiera que esta sea... facha/HPdA, liberal diluida /Eichholz, conservadora, etc.

Alguien habló del sonriente con suspensores; yo también creo que se trata de Joaquín García-Huidobro. Ahí tienen a una persona que puede hablar no sólo de política, que tiene buena pluma, que no es agresivo y que le podría dar otras vueltas de tuerca a los diarios que repiten y repiten nombres de lo que la dueña de este blog ha llamado columnistas/concertacionistas.

Haría bien equilibrar un poco el menú de columnistas (que dicho sea de paso, en el estudio de Fucatel, quedaron como chaleco de monos, porque muy pocos los leen) con algunas buenas plumas "conservadoras" como las de García-Huidobro.

5:23 PM  

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