Volver al futuro

Los medioadictos tienen bastante con qué entretenerse este verano. En las últimas semanas han aparecido varias novedades. La primera, el Museo de Prensa que lanzó la UDP a fines de noviembre, una página web que recopila material que ha hecho historia en los medios chilenos. Hay líneas del tiempo sobre distintos temas, portadas olvidables e inolvidables, programas de televisión, etc. Todavía hay que agregar cosas pero no se acepta ese reclamo porque el que considere que falta algo relevante puede colaborar publicando artículos, imágenes, videos y audios.

También circula desde el lunes el especial que conmemora los 30 años del nacimiento de la desaparecida revista Análisis. Para recordar y reabrir el debate sobre la prensa independiente en Chile, varios integrantes del equipo de la revista liderados por Juan Pablo Cárdenas se unieron para hacer este número de 120 páginas (que de verdad son 120 páginas de contenido, sin avisos).

Lo que corresponde en este caso es celebrar el acontecimiento, llorar la desaparición de la revista, maldecir al duopolio e insultar al ex presidente Aylwin y a Tironi –director de la secretaría de comunicaciones durante el primer gobierno de la Concertación- por permitir y alentar la muerte de medios como Análisis. Pero aun a riesgo de parecer mala onda e insensible con una iniciativa que es por puro amor al arte tengo que decir que el número es fome. Reunirse después de todos estos años para entrevistar al siempre entrevistado Pablo Longueira, a Juan Gabriel Valdés o para publicar artículos sobre la irrupción del fútbol femenino, el maletín literario o denunciar la novedad de que ha crecido la concentración económica (cosa que a esta altura hasta Longueira dice) no parece muy excitante. Quizás porque yo tenía más expectativas o porque simplemente no me va ese tono tan solemne y grave que tiene la revista, creo que si el objetivo de este número especial era simplemente hacer un saludo y conmemorar, bien vale, mis felicitaciones. Pero por el contrario, si la idea era mostrarnos lo que nos estamos perdiendo con su desaparición, se quedaron cortos.

Para terminar: la Universidad de Chile, que también quiere hacer memoria, tuvo la muy buena idea de crear una colección sobre la historia de la prensa en Chile. Ésta se inauguró la semana pasada con el lanzamiento de los libros “El que se ríe se va al Cuartel: Historia de la Revista Apsi (Pico para Pinochet)”, de Francisca Araya y “Plan B: Una revista que remeció la prensa chilena”, de Cristián Cabalin. Como creo que los dos dan para comentar y que eso se perdería en este post, lo dejo hasta aquí por el momento y próximamente los retomo.