Lo prometido es deuda: El Medio Blog (casi) en el SilalaPor AB y
AS
Tras haber destapado el acuerdo militar entre Bolivia y Venezuela para construir algunos puestos fronterizos,
El Mercurio llevó como nota principal de su edición del viernes 13 una foto del recinto militar boliviano que resguarda la frontera con Chile. El título fue
“Puesto militar boliviano inició funciones en la zona del Silala” (si les interesa verlo háganlo ahora. A partir de mañana no va a estar disponible).
“El recinto”,
cuenta el diario, “aún inconcluso, fue instalado en septiembre último y se ubica a sólo ocho kilómetros de la frontera. Equipo de
El Mercurio visitó el lugar y sostuvo un tenso diálogo con soldados que lo recibieron con disparos al aire. Ubicación obedece al propósito del Presidente boliviano de reforzar las zonas limítrofes”.
La nota da cuenta -evidentemente en otros términos- de que un fotógrafo y un periodista llegaron a la frontera por un paso no autorizado para sacarle fotos a un puesto militar de un país con el que no tenemos relaciones diplomáticas, lo que ha causado una discusión interesante. Mientras algunos abnegados trabajadores de la prensa consideran que la nota y foto tenían valor periodístico, otros, como hizo
Tanto gusto en este blog han recordado a
William Randolph Hearst. En 1898, tras la explosión en el buque norteamericano “Maine” en La Habana, el magnate de la prensa y padre de la prensa amarilla responsabilizó a través de su diario a España del sabotaje e instó al presidente McKinley a entablar batalla, iniciando un episodio que terminó con la Guerra de Cuba. Hoy se cree que la explosión fue producto de un accidente y se reprocha a Hearst haber promovido la escalada bélica para vender diarios.
Para entender el incidente entre
El Mercurio y el ejército boliviano hay que tener en cuenta que a fines de agosto Evo Morales anunció que instalaría un puesto militar en la zona del Silala, en la frontera con Chile, donde los dos países tienen un asunto no resuelto con respecto al uso del agua. Días después el Ministerio de Defensa de ese país dijo que el proyecto debería estar listo a fines de noviembre, que probablemente sería inaugurado por el presidente Morales y que iban en camino
50 militares a iniciar las labores para instalar el puesto de control.
El jueves 12 de octubre
El Mercurio envió a sus corresponsales en Antofagasta, el periodista Pablo Carrasco y al fotógrafo Glenn Arcos, a investigar el grado de avance del puesto boliviano. El equipo mercurial llegó hasta el control de carabineros que queda varios kilómetros antes de la frontera y les anunció sus planes. Si bien los policías los dejaron seguir, no los acompañaron y les dijeron que lo hacían bajo su propia responsabilidad. Los profesionales siguieron por una huella -generada por el tráfico ilegal que hay en el área- hasta el hito fronterizo.
“Sabía que me podían tomar detenido, era un riesgo que conocía”, dijo Carrasco en una conversación telefónica con El Medio Blog. “Glenn (Arcos) dice que estaba a unas dos o tres canchas de fútbol de distancia. Se quedó allí para poder tomar el ángulo desde el cual se ve la caseta”. El fotógrafo logró captar el puesto porque está a tres kilómetros del hito, y no a ocho como se informó en la nota (está a ocho kilómetros del río Silala). En caso de problemas, los enviados acordaron que si Carrasco se sacaba el gorro, era una señal para que Arcos retrocediera más.
“Quería entrevistar a los bolivianos”, dijo Carrasco. “Me quedé en la línea de la frontera y ellos empezaron a disparar. Lo tomé como que me quedara ahí. Los bolivianos se acercaron y yo no me moví”. Hizo bien, porque la patrulla se acercó hasta él disparando al aire, instándolo a que se arrojara al suelo y señalándole que estaba detenido. Cuando los ánimos se calmaron un poco, y ya conversando frente a frente, uno de los militares bolivianos le aseguró que tenía suerte y que le podrían haber disparado. Hay que recordar que hace algo menos de dos años un marino chileno que custodiaba un puesto fronterizo disparó a un peruano que entró a Chile por donde no debía y no se detuvo cuando se lo ordenaron: la franja de playa al norte de Arica.
Pero ¿Carrasco cruzó o no la frontera con Bolivia? Probablemente ni él ni los militares bolivianos lo sepan nunca: para trazar una línea se necesitan al menos dos puntos y en el lugar Carrasco y los bolivianos tenían a la vista tan solo un hito: en esas circunstancias es imposible saber exactamente por donde va el límite. “Me recordó la película Mi mejor enemigo”, dijo Carrasco y agrega: “les dije que era periodista y, de la forma más amigable posible, que andaba en onda pacífica”.
El periodista estuvo conversando alrededor de una hora con los militares bolivianos. Hacia el final de la entrevista se produjo un episodio que no salió publicado: “una vez que termino de hablar con ellos y camino de vuelta… siento que me llaman. Me volví, pese a lo tenso que estaba, y me pidieron disculpas por haber disparado”, relató el profesional.
El episodio no generó repercusiones en Bolivia, hasta donde sabemos, excepto por una nota de una agencia llamada
Bolpress, que le pone y acusa a
El Mercurio de estar coludido con la CIA, pero que vale la pena leer para saber cómo se ven las cosas desde el otro lado. Mientras tanto en la Dirección de Fronteras y Límites del Estado (chileno) aseguraron a
El Medio Blog que no tienen ningún antecedente que provenga de la parte boliviana, es decir, que los vecinos no han presentado reclamos. Mientras, consultada sobre su visión de los hechos, una alta fuente del Ejército dijo a este blog que la acción de
El Mercurio fue poco prudente. No más, no menos. Que juzgue cada uno.