A otro perro (verde) con ese hueso
Hace dos domingos se estrenó en Canal 13 cable
La Belleza de Pensar. Tras la polémica salida de Cristián Warnken, ahora la conducción se va rotando cada capítulo entre los chilenos Gonzalo Saavedra y Paulo Ramírez y los argentinos Pacho O’Donnell y Carlos Ares. Para no perder la marca,
Canal 13 Cable tuvo la mala idea de mantener el nombre y la escenografía tal como en el pasado, lo que reavivó la herida de su antiguo conductor.
Pese a que tras su pelea con
Canal 13, Warnken se convirtió en un asunto público, motivó exaltadas defensas (
“ya nada será igual”, anunció Jorge Peña Vial)* y hasta estrenó programa en televisión abierta,
los domingos en TVN, el entrevistador aún no se consuela y ayer volvió a la carga en su
columna mercurial. Entre alusiones a Violeta Parra y citas a Huidobro, el conductor empatiza con su amigo arquitecto al que le plagiaron un proyecto, denuncia que somos un país de copiones infelices y cuenta que el también ha sido asaltado “por ladrones de ideas, de cuello y corbata, gente que hasta dicta cátedras en prestigiosas instituciones donde se imparten cursos de ética, gente que aparece en los medios (y participa o, incluso, puede hasta llegar a dirigir alguno de ellos), sonriendo con halo de santidad. Lo entiendo, pero sé que lo único que uno no puede permitir es que esos ladronzuelos de capitanía nos quiten el sueño y nos impidan soñar... Eso sí que no: hay que mantener incólume la alegría de seguir inventando, más allá de la rapiña”.
Aunque no me sumo a la fascinación generalizada que despierta Warnken porque no me gustan sus preguntas grandilocuentes, hay que reconocer que lleva buenos invitados, se prepara, los deja hablar y que es mejor que exista a que desaparezca de la televisión. Pero eso es muy distinto a asumirse, como lo hace implícitamente ayer, como el creador de la entrevista cultural. Dos invitados y un par de cámaras es uno de los recursos más antiguos de la televisión. Llevar invitados que tienen poco espacio en la televisión a un estudio negro para crear una atmósfera intimista es lo mismo que hacía en 1988
Jesús Quintero en su programa en la
Televisón Española El
Perro Verde (en la foto) parecido a
La Belleza de Pensar (título de un
libro de Eduardo Anguita publicado en 1987) y que a su vez me cuentan que es solo una reformulación de un programa francés creado en los setenta, que se llamaba
Apostrophe y conducía
Bernard Pivot, quien sí habría sido uno de los pioneros. No creo que eso le reste mucho mérito a Warnken pero como dice con el poeta Diego Maquieira, a
quien tanto admira el entrevistador,
“Haber sido unos grandes copiones Fue lo nuestro”. Casi nadie se salva.
*Gracias Bruno Córdova por tu comentario con el dato para ir a artículos que ya no están disponibles en El Mercurio.